Trabajando amigo.
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Para los que alardean en cierto hilo de una amistad manifiesta con Jesús, el mismo Jesús invalida su pretendida amistad.
“Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga”.
(Mateo 6:5 - Biblia de Jerusalén)
Los evangelios son libros doctrinarios que intentan ensalzar a Jesús. Todo lo que cuentan son mentiras. El final que tuvo Jesús no pudo suceder si arrastraba multitudes y sanaba enfermos.
¿Qué entendían los evangelistas por multitud?
¿Y por multitudes?
Queriendo inflar los números, nos dicen que Jesús estaba rodeado de multitudes (eso está escrito en los evangelios).
Y sanaba a diestro y siniestro. A todos los que iban.
Y resucitaba. Al menos, a tres.
Y tenía amigos en todos los estamentos sociales. Ricos, pobres, publicanos y rameras.
Pero esa mentira queda manifiesta al final: El pueblo gritó “suelta a Barrabás”.
Nunca una mentira tuvo las patas tan cortas.
Aunque el siguiente pasaje se trata de una interpolación hecha por algún copista (según los estudiosos de la Biblia), que si leemos el pasaje completo nos muestra cuales eran sus verdaderas intenciones, yo voy a hacer una observación que este añadido en nada favorece a Jesús.
Veamos lo que dice el pasaje de Juan:
“Después de esto, hubo una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
2 Hay en Jerusalén, junto a la Probática, una piscina que se llama en hebreo Betesda, que tiene cinco pórticos.
3 En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del agua.
4 Porque el Ángel del Señor bajaba de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua; y el primero que se metía después de la agitación del agua, quedaba curado de cualquier mal que tuviera.
5 Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.
6 Jesús, viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: «¿Quieres curarte?»
7 Le respondió el enfermo: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy, otro baja antes que yo.»
8 Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y anda.»
(Juan 5:1-8 - Biblia de Jerusalén).
¿Qué sucede contigo, Jesús?
¿Pasas entre una multitud de enfermos y solamente sanas a uno?
Te transcribo lo que cuenta Mateo de ti:
“Y Jesús iba por toda Galilea, enseñando en sus sinagogas y proclamando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
24 Y se extendió su fama por toda Siria; y traían a El todos los que estaban enfermos, afectados con diversas enfermedades y dolores, endemoniados, epilépticos y paralíticos; y El los sanaba.
25 Y le siguieron grandes multitudes de Galilea, Decápolis, Jerusalén y Judea, y del otro lado del Jordán”.
(Mateo 4:23-25 - Biblia de las Américas)
¿Te acostumbraste a hacer milagros cuando estabas rodeado de multitudes (según tus historiadores)?
¿Te gustaba ser Jesucristo Superstar?
¿No había suficiente aforo en la Piscina de Betesda de espectadores que pudieran aplaudir tus milagros?
Con amigos así, sobraban los enemigos ¿Verdad, Jesús?
Entre unos y otros, en el siglo XXI nada sabemos de tu vida real.
En este foro, el trio de la Biblia a la Carta hace desaparecer rápidamente cualquier hilo que no les convengan.
Tienen cuarenta hilos abiertos que todos dicen: "Hay que predicar el evangelio y los misericordiosos mandamientos de Jesucristo". Y de vez en cuando
copian y pegan algo que repiten una y otra vez.
Terminarán por quedarse solos.
Cuando nos enteramos de las acciones violentas de cualquier extremista religioso ¿Nos resulta normal este versículo?
“Y sucedió que, a media noche, Yahveh hirió en el país de Egipto a todos los primogénitos, desde el primogénito de Faraón, que se sienta sobre su trono, hasta el primogénito del preso en la cárcel, y a todo primer nacido del ganado”.
(Éxodo 12:29 - Biblia de Jerusalén).
…Y seguramente duermes plácidamente…