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Esta canción es preciosa y realmente muy romántica; la conocí gracias a un amigo de otro foro, él es un cazador de sueños. ^^
Besos, Néstor
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Esta canción es preciosa y realmente muy romántica; la conocí gracias a un amigo de otro foro, él es un cazador de sueños. ^^
Besos, Néstor
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Uy!! ¿Quién no guarda cartitas de amor escritas con sangre del amado?:001_rolleyes:
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Andrea Bocelli - Quizás, quizás, quizás...
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https://www.bing.com/videos/search?q...DA81&FORM=VIRE
Cualquier bolero enamora. Tiene muchos años, pero como dijo el otro: Recordad es vivir dos veces...¿Subiran asi los impuestos y los gastos?
Juan, elegiste un bolero precioso, pero muy triste; sin embargo, da para tomarse unas copitas de vino, ponerse como tomatitos, bailar un poquitín acalorados y... escuchar más boleros. :biggrin:
¿A qué viene lo de los impuestos? ¿Me cambias el tema porque te dolió el pisotón de mi baile sexy y ya te quieres sentar?:laugh:
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La leyenda del beso - Shasha Gryzlov
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La bella música de la opera Los cuentos de Hoffmann, de Jacques Offenbach, es evocadora. Contextualizándola en la peli, La vida es bella, Barcarolle, como tema músical queda perfecta para esa triste pero encantadora historia de amor.
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Lakmé es una ópera en tres actos con música de Léo Delibes y libreto en francés de Edmond Gondinet y Philippe Gille, basado en la novela Rarahu ou Le Mariage (Rarahu o El matrimonio), de Pierre Loti (1880).
Delibes escribió la partitura en el período 1881–82. Se ambienta en la India Británica de mediados del siglo XIX. La ópera incluye el famoso y popular Dúo de las flores (Sous le dôme épais) para soprano y mezzosoprano interpretado en el acto primero por el personaje principal, Lakmé, la hija de un sacerdote brahmán, y su criada Mallika.2 Otra aria famosa de la ópera es la Canción de las campanillas (L'Air des clochettes) en el acto segundo. Como otras óperas francesas de la época, Lakmé capta el ambiente de Oriente que estaba en boga durante la parte final del siglo XIX en línea con otras obras operísticas como Los pescadores de perlas de Bizet y El rey de Lahore de Massenet.3
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A finales del siglo XIX, durante la colonización británica de la India, muchos de los habitantes locales fueron obligados a practicar su religión en secreto.
Gerald, un oficial inglés, entra sin querer a un templo secreto hindú. Ahí encuentra a Lakmé, hija de Nilakantha, principal sacerdote del templo. Gerald y Lakmé se enamoran al instante. Nilakantha se entera del allanamiento al templo por parte de Gerald y busca vengarse de la referida profanación.
En el bazar, Nilakantha hace que Lakmé cante con el fin de identificar al oficial Gerald. Una vez que lo reconoce, Nilakantha lo apuñala, dejándolo malherido.
Lakmé lo recoge y lo lleva a un escondite, donde lo atiende durante su recuperación. Mientras Lakmé busca agua sagrada para confirmar su amor con Gerald, su amigo el oficial inglés Frederic encuentra a Gerald y le recuerda sus deberes como miembro del regimiento. Cuando Lakmé regresa, se da cuenta de que, debido a las palabras de Frederic, Gerald ha cambiado y su amor se ha perdido. Ella prefiere morir con honor que vivir en desamor, y decide quitarse la vida comiendo una hoja de datura. Su padre regresa y, al encontrarlos, quiere matar a Gerald, pero Lakmé le cuenta que ambos han bebido del agua sagrada y ahora es uno de ellos. Muere serenamente.
Información de Wikipedia.
Flower duet, de Léo Delibes
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¡Precioso el dueto de las flores!
http://40.media.tumblr.com/1a67d3595...1xgso1_500.jpg
Hola, luego de dar un paseo por varios temas, me he decidido a presentarme en éste porque me concidero una romatica en proceso de reconstrucción, me da gusto comenzar a participar con ustedes :)
dejo mi aporte al tema:
Esto es amor
Gioconda Belli
No recuerdo discursos contra mis débiles brazos,
guardando la exacta dimensión de tu cintura;
recuerdo la suave, exacta, lúcida transparencia de tus manos,
tus palabras en un papel que encuentro por allí,
la sensación de dulzura en las mañanas.
Lo prosaico se vuelve bello
cuando el amor lo toca con sus alas de Fénix,
ceniza de mi cigarro que es el humo
después de hacer el amor,
o el humo compartido,
quitado suavemente de la boca sin decir nada,
íntimamente conociendo que lo del uno es del otro
cuando dos se pertenecen.
No te entiendo y quisiera odiarte
y quisiera no sentir como ahora
el calor de las lágrimas en mis ojos
por tanto rato ganado al vacío,
al hastío de los días intrascendentes,
vueltos inmortales en el eco de tu risa
y te amo monstruo apocalíptico de la biblia de mis días
y te lloro con ganas de odiar
todo lo que alguna vez me hizo sentir
flor rara en un paraíso recobrado
donde toda felicidad era posible
y me dueles en el cuerpo sensible y seco de caricias,
abandonado ya meses al sonido de besos
y palabras susurradas o risas a la hora del baño.
Te añoro con furia de cacto en el desierto
y se que no vendrás
que nunca vendrás
y que si venís seré débil como no debería
y me resisto a crecerme en roca,
en Tarpeya,
en espartana mujer arrojando su amor lisiado para que no viva
y te escondo y te cuido en la oscuridad
y entre las letras negras de mis escritos
volcados como río de lava entre débiles rayas azules de cuaderno
que me recuerdan que la línea es recta
pero que el mundo es curvo
como la pendiente de mis caderas.
Te amo y te lo grito estés donde estés,
sordo como estás
a la única palabra que puede sacarte del infierno
que estás labrando como ciego destructor
de tu íntima y reprimida ternura que yo conozco
y de cuyo conocimiento
ya nunca podrás escapar.
Y sé que mi sed solo se sacia con tu agua
y que nadie podrá darme de beber
ni amor, ni sexo, ni rama florida
sin que yo le odie por querer parecérsete
y no quiero saber nada de otras voces
aunque me duela querer ternura
y conversación larga y entendida entre dos
porque sólo vos tenés el cifrado secreto
de la clave de mis palabras
y sólo vos pareces tener
el sol, la luna, el universo de mis alegrías
y por eso quisiera odíarte como no lo logro,
como sé que no lo haré
porque me hechizaste con tu mochila de hierbas
y nostalgias y chispa encendida
y largos silencios
y me tenés presa de tus manos mercuriales
y yo me desato en Venus con tormentas de hojarasca
y ramas largas y mojadas como el agua de las cañadas
y el ozono de la tierra que siente venir la lluvia
y sabe que ya no hay nubes,
ni evaporización,
ni ríos,
que el mundo se secó
y que no volverá jamás a llover,
ni habrá ya nieve o frío o paraíso
donde pájaro alguno pueda romper
el silencio del llanto.