Las autoridades venecianas en plena peste negra habían tomado la terrible decisión de que todo aquél que mostrase el más mínimo síntoma de infección sería transladado a la isla, con lo que algunos aprovecharon para deshacerse de un enemigo enviándolo en un viaje sin retorno a Poveglia, aún cuando estuviese sano... Gente en la isla que sobreviviese milagrosamente a la peste bubónica vagaba por ella hasta morir de hambre o era cazado por los guardias que los arrojaban a la fosa común... Siglos después el doctor y director del centro psiquiátrico ocasionó la muerte de varios internados por los experimentos que realiza-
ba sobre ellos.
Odio, mucho odio... Dolor, mucho dolor...
Casi un infierno en la tierra, y mucha energía negativa en el aire. Algunos de los que entran en la isla para acompañar a los pocos que ingresan para filmar o a
los parapsíquicos, dicen que se les paran los pelos del cuerpo. Uno de ellos dijo que un fantasma se le apareció y le amenazó para que se fuera y no volviera.
Me atrevo a decir que algunas cosas serán ciertas y otras no, pero algo hay para investigar allí.
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