Para escribir algo hilado hay que ser un hombre activo. Yo nací en el fragmento. He escrito también textos más hilados, pero no vale la pena citarlos. Ahora ya sólo escribo aforismos:
soy víctima de mis propias ideas. Como todo lo que he hecho era atacar la literatura, atacar la vida, atacar a Dios, ¿por qué habría de escribir algo hilado en esas condiciones? ¿Para probar qué? Fue una lógica inflexible la que me condujo a esa actitud y, además, es la más indicada para mi temperamento. Nunca he escrito nada sin partir de los datos vividos. Todo lo que he escrito, lo he escrito por esto y esto y esto, porque, como ya he dicho, he tenido la ventaja de no ser profesor, de no enseñar, de no practicar profesión alguna y, por tanto, no estar sometido a ninguna clase de rigor intelectual. Siempre me he considerado irresponsable. Por tanto, para mí escribir es decir lo que quiero, sin perjuicio de contradecirme, eso no tiene la menor importancia
EMILE CIORAN, Conversaciones, Tusquets, Barcelona, 1996, pág. 61, traducción de Carlos Manzano