Muchos ateos se vuelven reactivos ante la religión seguramente por una mala experiencia, haber sido obligados
a ir a la iglesia de niños, haber ido a un colegio de curas o monjas, etc.
En realidad, son tan hooligans como muchos creyentes porque no han procesado sus sentimientos y emociones
en torno a la figura de Dios, simplemente reaccionan en su contra para dejar claro su rechazo.