Tú mismo dices que no está mal que nos alegremos por el nacimiento de Jesús, pero se te ocurre que es distinto celebrarlo.
¿Y cuál es la diferencia? ¿En la intensidad de la alegría? ¿En la cantidad de personas? ¿En que se hagan demostraciones visibles de felicidad?
No hay ninguna diferencia.
Si está bien que nos acordemos del hecho.
Que reunidos unamos nuestra alegría con la de otros.
Si está bien que leamos el relato Bíblico.
Que cantemos con gozo sobre ello.
Que tengamos pinturas representando los sucesos del hecho.
Que veamos representaciones fílmicas o teatrales del acontecimiento.
Si no está mal que inspirados por la bendición que significó esto para el mundo, nos hagamos el bien los unos a los otros y reine un mejor amor y paz entre los hombres.
¿Entonces, por qué habría que decirle a la gente que deje de hacerlo?
En realidad, tu verdadero motivo, es que en la doctrina que recibes de tus lideres no está bien visto celebrar ningún nacimiento.
Y escusas no les van a faltar.
Pero, no por ello, todo lo que he mencionado va a dejar de ser buenas obras, y gratas a los ojos de Dios.