Cita:
¿Qué punto de vista tiene el apoyo del registro fósil?
Darwin reconoció: “Si numerosas especies [...] en realidad han comenzado su existencia de una vez, ese hecho sería mortal para la teoría de la evolución” (The Origin of Species [El origen de las especies], Nueva York, 1902, Parte II, pág. 83). ¿Indica la prueba existente que “numerosas especies” llegaran a la existencia al mismo tiempo, o señala a desarrollo gradual, como afirma la enseñanza de la evolución?
¿Se han hallado suficientes fósiles como para llegar a una conclusión sólida?
Porter Kier, científico de la Institución Smithsoniana, dice: “En museos de todo el mundo hay cien millones de fósiles, todos catalogados e identificados” (revista New Scientist, 15 de enero de 1981, pág. 129). A Guide to Earth History (Guía a la historia de la Tierra) añade: “Con la ayuda de los fósiles los paleontólogos pueden darnos ahora un cuadro excelente de la vida de las edades pasadas” (Nueva York, 1956, Richard Carrington, edición Mentor, pág. 48).
¿Qué muestra, realmente, el registro fósil?
El Bulletin del Museo Field de Historia Natural de Chicago señaló: “La teoría de [evolución] de Darwin siempre ha estado estrechamente relacionada con prueba procedente de los fósiles, y probablemente la mayoría de la gente supone que los fósiles suministran una parte muy importante del argumento general que se presenta a favor de las interpretaciones darvinianas de la historia de la vida. Por desgracia, esto no es rigurosamente verdadero. [...] en aquel tiempo, tal como ahora, el registro geológico no presentó una cadena delicadamente graduada de una evolución lenta y progresiva” (enero de 1979, Vol. 50, núm. 1, págs. 22, 23).
A View of Life (Una vista de la vida) declara: “Comenzando a la base del período cámbrico, y extendiéndose por unos diez millones de años, todos los grupos principales de invertebrados ‘esqueletizados’ se presentaron por primera vez en el más espectacular aumento de diversidad que haya acontecido sobre nuestro planeta” (California, 1981, Salvador E. Luria, Stephen Jay Gould, Sam Singer, pág. 649).
El paleontólogo Alfred Romer escribió: “Debajo de esto [el período cámbrico], hay un vasto grosor de sedimentos en los cuales debería esperarse que estuvieran los progenitores de las formas cámbricas. Pero no los hallamos; estos lechos más antiguos están casi desprovistos de indicación de vida, y pudiera decirse que el cuadro general es consecuente, razonablemente, con la idea de una creación especial en el principio de los tiempos cámbricos” (revista Natural History, octubre de 1959, pág. 467).
El zoólogo Harold Coffin declara: “Si es correcto el concepto de una evolución progresiva desde lo sencillo hasta lo complejo, en el cámbrico se debería encontrar a los antecesores de estas criaturas vivientes totalmente desarrolladas; pero no se han hallado, y los científicos admiten que hay poca probabilidad de que alguna vez se hallen. Sobre la base de los hechos solamente, sobre la base de lo que en realidad se encuentra en la Tierra, la teoría de un súbito acto de creación en el cual fueron establecidas las formas principales de vida encaja mejor” (revista Liberty, septiembre/octubre de 1975, pág. 12).
Carl Sagan, en su libro Cosmos, reconoce con candidez: “La prueba fósil pudiera ser consecuente con la idea de un Gran Diseñador” (Nueva York, 1980, pág. 29).
¿Pudiera ser que el proceso evolutivo tuviera lugar como resultado de mutaciones, es decir, cambios drásticos que tuvieran lugar de súbito en los genes?
Science Digest declara: “Los revisionistas de la evolución creen que las mutaciones en genes regulativos clave pueden ser precisamente los ‘martillos neumáticos’ genéticos que su teoría de saltos significativos exige”. Sin embargo, esa revista también cita la siguiente declaración del zoólogo británico Colin Patterson: “El razonamiento superficial anda sin restricción. No sabemos nada acerca de estos genes maestros regulativos” (febrero de 1982, pág. 92). En otras palabras, no hay ninguna prueba en apoyo de la teoría.
The Encyclopedia Americana reconoce lo siguiente: “El hecho de que la mayoría de las mutaciones son dañinas al organismo parece difícil de conciliar con el punto de vista de que la mutación sea la fuente de materia prima para la evolución. Ciertamente los mutantes que se ilustran en los libros de texto de biología son una colección de fenómenos y monstruosidades, y la mutación parece ser un proceso destructivo, más bien que constructivo” (1977, tomo 10, pág. 742).