Texto Diario miércoles, 4 de abril de 2018
Texto Diario miércoles, 4 de abril de 2018
http://wol.jw.org/es/wol/dt/r4/lp-s/2018/4/4
Si me están llevando de vuelta,
llegaré a ser cabeza de ustedes (Juec. 11:9).
Jefté conocía muy bien la historia de Israel.
Dicha historia lo ayudó a entender claramente
lo que estaba bien y lo que estaba mal desde
el punto de vista de Jehová (Juec. 11:12-27).
Jefté dejó que los principios de la Ley guiaran
su forma de pensar y sentir. Sabía que Jehová
odia el rencor, que desea que todos
sus siervos se amen. Además,
la Ley le enseñó que no estaba bien
ignorar a quien necesitara ayuda,
aun si fuera alguien que lo odiara
(Éx. 23:5; Lev. 19:17, 18).
Es posible que el ejemplo
de otros hombres de fe también lo ayudara.
Uno fue José, que fue bueno
con sus hermanos aunque lo odiaban
(Gén. 37:4; 45:4, 5).
Pensar en ese y otros ejemplos quizás
ayudó a Jefté a comportarse de una
manera que agradara a Jehová.
Es cierto que le dolió muchísimo
que sus hermanos lo trataran mal,
pero nada iba a impedir que
apoyara a Jehová y a su pueblo (Juec. 11:1-3).
Texto Diario domingo, 8 de abril de 2018
Texto Diario domingo, 8 de abril de 2018
La sabiduría de arriba es primeramente casta,
luego pacífica,
razonable,
lista para obedecer,
llena de misericordia
y buenos frutos (Sant. 3:17).
Estar al tanto de este hecho debería impulsarnos a rechazar cualquier entretenimiento que alimente malos pensamientos o inclinaciones. Así es, si percibimos cómo piensa Jehová, entenderemos que no podemos entretenernos con libros, películas o juegos con contenidos que él odia. No necesitaremos que nadie nos lo diga, pues su Palabra nos lo deja bien claro. Al tener que tomar decisiones sobre diversos asuntos, puede que haya más de una opción que sea correcta y que agrade a Jehová. Ahora bien, si tenemos que tomar una decisión importante, ¿por qué no lo consultamos con un anciano o con otro hermano de experiencia? (Tito 2:3-5; Sant. 5:13-15). Claro, no estaría bien que les pidiéramos a otros que decidieran por nosotros. Debemos aprender a desarrollar nuestra capacidad para distinguir lo correcto de lo incorrecto (Heb. 5:14). Recordemos las palabras inspiradas de Pablo: “Cada uno llevará su propia carga de responsabilidad” (Gál. 6:5).