Aprende...
Los mandamientos que Jesús enseña en el Evangelio es necesario guardarlos para entrar en la vida porque así lo mandó Jesús, quien dijo:
"Yo soy el camino, y la verdad, y la vida".
Nosotros no anulamos nada de las Escrituras que coinciden con los mandamientos y enseñanzas que Jesucristo enseña en el Evangelio y no los contradicen.
Fue Jesucristo el que anuló todos los mandatos del Viejo Testamento o de cualquier parte de las escrituras que contradicen los mandamientos del Evangelio.
Entonces para nosotros es muy respetable todo aquello que coincide con los mandamientos del Evangelio y no los contradice.
Pero hay que tener cuidado con los mandatos de las escrituras que contradicen los mandamientos que Jesucristo enseña en el Evangelio, pues los mandamientos que Jesucristo enseña en el Evangelio son los verdaderos mandamientos de Dios desde siempre y para siempre.
Nosotros no anulamos nada, y mucho menos lo que coincide con lo que Jesucristo enseña en el Evangelio y no lo contradice.
Lo que ha quedado anulado por Jesucristo de las Escrituras son los mandatos del Viejo Testamento que Jesucristo abolió porque no era de Dios, pues Jesucristo no había venido a abolir la verdadera ley de Dios, sino que nos dio a conocer los verdaderos mandamientos de Dios, que son los que Jesucristo enseña en el Evangelio, no todos los que están escritos en el viejo testamento.
Nada ha quedado anulado.
Tu JAMAS has respetado las palabras de Jesús:
No penséis que he venido para abrogar la ley ó los profetas: no he venido para abrogar, sino á cumplir.
Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas.
Jesucristo estaba hablando de la verdadera ley de Dios, que es la que Él mismo enseña en el Evangelio, porque Él dijo que ésta es la ley y los profetas:
Mateo 7:12
Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas.
Una de las leyes que Jesucristo abolió del Viejo Testamento es la ley que mandaba hacer ojo por ojo y diente por diente, pues la ley de Jesucristo mandaba hacer lo que querías que te hubieran hecho a ti, no que tú hicieras a los demás el mal que a ti te habían hecho.
Se ve que doonga y otros muchos no quieran la ley de Jesucristo que mandaba hacer a los demás lo que querías que ellos hicieran contigo, no el mal que ellos te habían hecho a ti.