Pues qué hijo puta has escogido por dios!!! jajajajaja
Aquí tienes otras poquitas blasfemias y no hay bemoles a apredearme churri!!
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De acuerdo a la narración de 1 Re:19, Elías huye de Jezabel, la mujer del rey Acab quien lo ha amenzado de muerte y huye a Judá. En el camino se queda dormido dos veces y un ángel le asiste y le ordena que vaya al monte Horeb caminando cuarenta días y sus noches respectivas y se introduce en una cueva. Es allí donde Jehová Dios lo encuentra y lo consuela mostrando su Espíritu y le ordena que vaya a Siria, Damasco con la instrucción de ungir por rey a Hazael como rey de Siria, a Jehú como rey de Israel y a Eliseo como profeta sucesor.
Al pasar Elías frente a Eliseo le coloca su manto, Eliseo comprende este gesto simbólico, hace un festín de despedida a su gente y sigue a Elías para colocarse a su servicio y Elías lo consideró como si fuera su hijo. En Gilgal, camino a Bet-el, Elías vé un torbellino en el cielo y Eliseo es premonido de que Elías dejará de estar con él, Elías le pide que los acompañe a Jericó y luego llegan ambos al Jordán. En este lugar, Elías le concede un deseo a Eliseo que es «doble espíritu» (doble de la sabiduría) y entonces Elías es arrebatado por «un carro de fuego». Eliseo lo vé partir y se queda con el manto de Elías con el cual golpea la orilla del Jordán y las aguas del río se abren. Al verlo, los profetas de Jericó se postran y lo honran.
Después de contarnos todo esto, se relata el siguiente extracto en 2 Reyes 2:23-25
23Después subió de allí á Beth-el; y subiendo por el camino, salieron los muchachos de la ciudad, y se burlaban de él, diciendo: ¡Calvo, sube! ¡calvo, sube!
24Y mirando él atrás, viólos, y maldíjolos en el nombre de Jehová. Y salieron dos osos del monte, y despedazaron de ellos cuarenta y dos muchachos.
25De allí fué al monte de Carmelo, y de allí volvió á Samaria.
«Las iglesias evangélicas son las mafias del siglo XXI»
SANTIAGO GAMBOA
El escritor colombiano analiza la frágil paz de su país en la novela 'Será larga la noche'
El escritor colombiano Santiago Gamboa regresó a su país hace un lustro, después de tres décadas en el extranjero, para vivir de cerca el proceso de paz que afrontaba el país. Como intelectual y como columnista del diario 'El espectador', se comprometió con el fin de la violencia. «El proceso acabó en sinsabor porque en el referéndum salió 'no'», reconoce Gamboa, que indagó en las causas de ese rechazo de la mayoría de la población a apoyar los acuerdos de paz. «Hubo muchos engaños y muchas 'fake news'», recuerda ahora Gamboa, que sobre ese análisis de la frágil realidad de Colombia levanta su nueva novela, 'Será larga la noche' (Alfaguara).
«Colombia es un país que tenía muchas heridas, y algunas siguen sangrando, siguen existiendo la violencia y la inseguridad», afirma Gamboa. Pero a su vez, nuevos agentes han irrumpido en la agitación colombiana. El más destacado de ellos, las iglesias evangélicas, que cobran un papel protagonista en el libro del escritor. «Aunque no todas responden a los mismos intereses, las iglesias evangélicas de Colombia han sido nefastas y contaminantes para la política. He podido comprobar personalmente que los pastores llevan una vida contraria a lo que predican. Son estrafalarios, están metidos en prostitución. Para mí, son los mafiosos del siglo XXI», explica Gamboa. Y lo son, continúa, porque cobran a sus feligreses una parte de sus ingresos («el 10%», concreta el autor), de manera que manejan grandes cantidades de dinero y han convertido la fe en un negocio.
Pero no solo eso. «También manipulan alredededor de tres o cuatro millones de votos, y en un país en el que votan unos diez millones de personas, eso significa que pueden decidir las elecciones», asevera Gamboa. ¿Pero por qué han cobrado tanto vigor las iglesias evangélicas? «Se han aprovechado de la inseguridad del país, de la falta de educación de la gente, de la miseria... Millones de personas viven en situaciones muy desfavorecidas, con ausencia de salud y hundidos en el alcoholismo, y esos bolsones de miseria, esas tragedias sociales, esos barrios marginales, son los lugares en los que los pastores evangélicos captan a sus feligreses. Se aprovechan de la debilidad del Estado, porque es el Estado el que debería cubrir esas carencias», continúa Gamboa.
En 'Será larga la noche' aparece el personaje de una exguerrillera de las FARC reconvertida en ayudante de la periodista que protagoniza la historia. «Una parte de los miembros de las FARC se ha reinventado y ahora acompañan a turistas que hacen senderismo, hacen cerveza artesanal, cultivan café o se han convertido en deportistas de primer nivel. Pero otra parte, que volvió a sus casas tras la desmovilización, han sido asesinados por el Ejército o han muerto en emboscadas de familias rivales con las que estaban enfrentados», desvela Gamboa, que cuenta que «la guerra la han hecho campesinos» y que Colombia, tras 50 años de violencia, se ha convertido en «un país de huérfanos». «En realidad, es una doble orfandad, porque son huérfanos de padres y también de un Estado que tampoco los ayuda», concluye el autor de obras como 'Páginas de vuelta' (1995), 'Perder es cuestión de método' (1997), 'Los impostores' (2001), 'El síndrome de Ulises' (2005), 'Necrópolis' (2009), 'Plegarias nocturnas' (2012), 'Una casa en Bogotá' (2014) y 'Volver al oscuro valle' (2016).
CONCILIO DE ARLES (314 e.c)
En el año 314, inmediatamente después de su plena legalización, la Iglesia cristiana ataca a los paganos: el concilio de Ancira denuncia el culto a la diosa Artemisa. Mediante el edicto del año 315 templos paganos fueron destruidos por las ordas cristianas y los sacerdotes paganos asesinados. *
Constantino empieza a promulgar leyes favorables al cristianismo católico y en contra del resto de «herejías» (otros tipos de cristianismo). Además de leyes contra todo tipo de paganismo.
Entre el año 315 y el siglo VI miles de creyentes paganos fueron asesinados.
317 – Se dictan leyes contra la magia y los filtros amorosos.
318 – Una ley fue especialmente funesta para el Estado; por ella se permitió a los obispos el presidir tribunales para la administración de la justicia entre cristianos o entre cristianos y paganos, con lo que el Estado renunció a la administración de la justicia, y los obispos se convirtieron en auténticos funcionarios estatales, con cargos impropios del suyo. El obispo de Roma, Silvestre, obligó a los clérigos a acudir a estos tribunales eclesiásticos. A finales del siglo los obispos se dedicaban ya, como resultado de estas medidas constantinianas, a profesiones civiles. El primero que desempeñó tales cargos fue san Ambrosio.
A comienzos del siglo siguiente el cargo de obispo estaba desprestigiado totalmente. El citado Silvestre reguló ya la carrera eclesiástica. Constantino, no obstante, por motivos económicos, prohibió a los miembros de las clases altas del Imperio, recibir las órdenes sagradas, para que no dejasen de pagar contribuciones. Otras leyes defendían a la Iglesia Católica de las acusaciones de los herejes y castigaban a los judíos que perseguían a sus correligionarios pasados al cristianismo.
319 – Se prohibió a los adivinos y a los sacerdotes paganos el entrar en las casas privadas a hacer adivinaciones.
321 – Una ley precisa que si un rayo cae sobre el palacio imperial o sobre un edificio público y un particular ha consultado a los adivinos sobre la significación de este hecho, según las costumbres paganas, debe contar la respuesta al emperador.
323 – Amenaza con graves penas a los no cristianos que fuercen a los eclesiásticos o al pueblo cristiano a celebrar los sacrificios de purificación paganos. De donde se deduce que los paganos podían perfectamente celebrar públicamente las ceremonias de su culto, pero no hacer propaganda de ellas entre los cristianos. Constantino no arremetió directamente nunca contra el paganismo. Su política de favorecer al cristianismo indirectamente fue funesta para el primero.
(Fuentes: ,José María Blázquez: Constantino el Grande y la Iglesia)
En el año 324 el emperador Constantino declara el Cristianismo como la única religión oficial del Imperio Romano.
(Fuentes: Concilio de Nicea I)
En el siglo IV el emperador romano Constantino I el Grande se llevó a Constantinopla (actual Estambul) una de las pocas piezas que aun quedaban: la columna serpentina que se levantaba exenta y que nadie consideraba de valor después de que los focenses se llevaron 700 años antes su trípode de oro. Todavía se conserva.
En Dydima, en Asia Menor, saquea el oráculo del dios Apolo y tortura a los sacerdotes paganos hasta la muerte. También desahucia a todos los paganos del monte Athos y destruye todos los templos “paganos” del lugar.
(Fuentes: Constantino I “el grande” – “Persecución a los paganos”. El oráculo de Delfos – “Decadencia)
En el año 326 el Emperador Constantino, siguiendo las instrucciones de su madre Helena, destruye el templo del dios Asclepio en Aigeai de Cilicia y muchos templos de la diosa Afrodita en Jerusalén, Afaka en el Líbano, Mambre, Fenicia, Baalbek, etc.
En el año 330 el Emperador Constantino roba los tesoros y las estatuas de los templos paganos de Grecia para decorar Nova Roma (Constantinopla), la nueva capital de su Imperio.
En el año 341 el Emperador cristiano Flavio Julio Constancio persigue «a todos los adivinos y helenistas». Muchos paganos griegos son encarcelados o ejecutados. Sacerdotes cristianos como Marcos de Arethusa o Cyrill de Heliopolis eran famosos «destructores de templos.»
EDICTO DE TESALÓNICA (380 e.c.)
Edicto de los emperadores Graciano, Valentiniano (II) y Teodosio Augusto, al pueblo de la ciudad de Constantinopla.
«Queremos que todos los pueblos que son gobernados por la administración de nuestra clemencia profesen la religión que el divino apóstol Pedro dio a los romanos, que hasta hoy se ha predicado como la predicó él mismo, y que es evidente que profesan el pontífice Dámaso y el obispo de Alejandría, Pedro, hombre de santidad apostólica. Esto es, según la doctrina apostólica y la doctrina evangélica creemos en la divinidad única del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo bajo el concepto de igual majestad y de la piadosa Trinidad. Ordenamos que tengan el nombre de cristianos católicos quienes sigan esta norma, mientras que los demás los juzgamos dementes y locos sobre los que pesará la infamia de la herejía. Sus lugares de reunión no recibirán el nombre de iglesias y serán objeto, primero de la venganza divina, y después serán castigados por nuestra propia iniciativa que adoptaremos siguiendo la voluntad celestial.»
(Dado el tercer día de las Kalendas de marzo en Tesalónica, en el quinto consulado de Graciano Augusto y primero de Teodosio Augusto.)
El 27 febrero del año 380, un edicto del emperadorFlavio Teodosio convierte el Cristianismo en la religión exclusiva del Imperio Romano, requiriendo que «todas las naciones que están sujetas a nuestra clemencia y moderación deben continuar practicando la religión que fue entregada a los romanos por el divino apóstol Pedro«. Los no-cristianos son llamados «repugnantes, herejes, estúpidos y ciegos». En otro decreto, Teodosio llama «locos» a todos aquellos que no creen en el dios cristiano y prohíbe toda discrepancia con los dogmas de la Iglesia. Ambrosio, obispo de Milán, empieza a destruir todos los templos paganos de su zona. Los sacerdotes cristianos dirigen a la población hambrienta contra el templo de la diosa Demeter en Eleusis e intentan linchar a los sacerdotes paganos Nestorio y Priskos. El sacerdote pagano Nestorio, de 95 años de edad, termina los Misterios de Eleusis y anuncia la predominancia de la oscuridad mental sobre la raza humana.