El hecho de que al Padre se le llama el verdadero Dios en Juan 17:3 y el Hijo es llamado verdadero Dios en 1 Juan 5:20 es prueba de que ambos son Dios. A ambos se les llama el “verdadero” (ver Apocalipsis 3:7).
"Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David; el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre."