Ningun humano puede argumentar que sea dueño de la verdad, porque la verdad es de todos y no es de nadie en particular. La verdad es como el sol que nos alumbra, todos podemos recirbirlo, pero unos no pueden y otros se niegan. Los humanos podemos argumentar ser dueños de lo que cada uno ha descubierto de la verdad. la discusión entonces se centrará en quienes han descubierto la verdad como hasta ahora sucede. Este texto de la verdad es bien importante:
“¡ASÍ ES LA VERDAD!
Porque La Verdad Eterna no se viste de plumajes, no se esconde en cuevas ni en palacios. No se reduce a la oscuridad de filosofías. No se presenta en vanagloria y orgullo. No señala elegidos, ni persigue hombre alguno para que crea en ella. La Verdad está sencillamente allí, a la voluntad de quien desee encontrarla. Al nacer del sol todos los días señalando, son sus rayos cuanto debemos saber. En la sonrisa y llanto del niño con el que lloramos por necedad. En la no-tomada en cuenta flor, regalando sus aromas; como aromas y flor es la Sabiduría Interior. Viene en los vientos que arrullan bosques y montañas donde duermen los cansados que despiertan. Yo la veo al caer las hojas y gotas de rocío significando La Vida que viene y va. En esas aguas: fuentes, ríos y mares de edades tiempos de encarnaciones y aprender. La Verdad la ven mis ojos y palpita en mis sentidos con la Creación que me rodea. Ella vive en mi corazón por encima de las vicisitudes y se levanta con EL YO SOY... Mi Soy.
Mi Alma la interpreta, mi Espíritu toma fuerza en ELLA y mi corazón se alimenta y SOY... ¡ASÍ ES LA VERDAD!”