https://www.youtube.com/watch?v=5RcaENcAPhU
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Todas las religiones son un fraude. Ahora bien, de todos los fraudes, el cristianismo es el más grande por ser el de mayor envergadura.
Pero más fraude es cuando los propios representantes no creen en Dios. He aquí una frase de León X en una carta dirigida al Cardenal Bembo en el siglo XVI:
" De tiempos inmemoriales, cuánto beneficio nos ha proporcionado esa fábula de Jesucristo"
En un muy apretado resumen:
1º Cierta propensión humana al pensamiento mágico.
2º Ignorancia y saber poco y mal y saber en forma insuficiente.
3º Temor
Estas tres primeras intentan explicar el “porque” del individuo y a nivel social tenemos:
1º Su asociación con el poder a poco de nacer, es decir al configurar un poder asociado al mayor imperio de esa época. De ahí en más, el cristianismo siempre se unió al poder político imperante sin distingos. (La política y sus dogmas, es prima hermana de las religiones). Esa asociación la torno muy importante en Occidente.
2º La colonización por parte de las potencias europeas que diseminó misioneros por doquier y empujó de todas formas -buenas y malas- a los nativos para adoptar esta religión. (Sucedió igual con la esclavitud, algo completamente aceptado por “la religión del amor” hasta hace muy poco):
3º La forma de adoctrinamiento y captación, desde el abuso parental desde el nacimiento (recordemos que todos los seres humanos venimos al mundo sin dioses ni dogmas y somos literalmente “arrojados a las ideas religiosas”). Luego vamos atravesando (en países de mayoría cristiana) por toda clase de presiones del entorno familiar, grupal, barrial comunal, social.
Todas las religiones son un fraude. Ahora bien, de todos los fraudes, el cristianismo es el más grande por ser el de mayor envergadura.
Pero más fraude es cuando los propios representantes no creen en Dios. He aquí una frase de León X en una carta dirigida al Cardenal Bembo en el siglo XVI:
" De tiempos inmemoriales, cuánto beneficio nos ha proporcionado esa fábula de Jesucristo"
En un muy apretado resumen:
1º Cierta propensión humana al pensamiento mágico.
2º Ignorancia y saber poco y mal y saber en forma insuficiente.
3º Temor
Estas tres primeras intentan explicar el “porque” del individuo y a nivel social tenemos:
1º Su asociación con el poder a poco de nacer, es decir al configurar un poder asociado al mayor imperio de esa época. De ahí en más, el cristianismo siempre se unió al poder político imperante sin distingos. (La política y sus dogmas, es prima hermana de las religiones). Esa asociación la torno muy importante en Occidente.
2º La colonización por parte de las potencias europeas que diseminó misioneros por doquier y empujó de todas formas -buenas y malas- a los nativos para adoptar esta religión. (Sucedió igual con la esclavitud, algo completamente aceptado por “la religión del amor” hasta hace muy poco):
3º La forma de adoctrinamiento y captación, desde el abuso parental desde el nacimiento (recordemos que todos los seres humanos venimos al mundo sin dioses ni dogmas y somos literalmente “arrojados a las ideas religiosas”). Luego vamos atravesando (en países de mayoría cristiana) por toda clase de presiones del entorno familiar, grupal, barrial comunal, social.
¿Por qué las iglesias evangélicas son tan atractivas para el público?
Más allá de la cohesión ideológica, que facilita la articulación política de los evangélicos, Chesnut enlista otros cuatro factores que contribuyen al éxito del movimiento pentecostal entre los latinoamericanos. Uno de ellos es el hecho de que las iglesias evangélicas adoptaron ritos "más consistentes con la cultura de los pueblos de la región".
En ese sentido, las canciones de alabanza y la forma más informal y directa para que los pastores hablen sobre partes de la Biblia jugarían un papel importante.
Otro aspecto enlistado por el investigador son las redes de apoyo creadas por las iglesias evangélicas para intervenir en los problemas de las comunidades, como casos de alcoholismo, criminalidad y drogadicción.
El tercer factor sería el criterio flexible para la formación de sacerdotes (los obispos y pastores).
"Una gran ventaja que tienen las iglesias pentecostales es que los pastores se pueden casar y no tienen los mismos requisitos educacionales. Un sacerdote católico forma parte de la élite latinoamericana en lo referente al nivel educacional", dice.
"Esa facilidad de no exigir una extensa formación académica ni celibato permitió una mayor entrada de las iglesias pentecostales en las capas más pobres".
Más allá de eso, el investigador destaca que sectores conservadores de la clase media y alta de Estados Unidos y América Latina vieron que sus posiciones tenían eco en las nuevas iglesias evangélicas. Entre esas agendas están la preocupación por la educación sexual en las escuelas, el temor a lo que llaman "ideología de género", y la posición firmemente contraria a la flexibilización de leyes relacionadas con el aborto.
"Había una población que compartía esos valores: defendía una agenda anti-LGBT, el antifeminismo y era contraria a la legalización del aborto. Esas personas no tenían líderes que representaran esas perspectivas de la manera deseada", dice Chesnut.
¡¡Borregos con poder!!, así les va!!.
Iglesias evangélicas, franquicias de fe neoliberal
Llegadas desde los EE UU en los años 70 del siglo pasado, el avance de las iglesias neopentecostales —también llamadas evangélicas— en América Latina en las últimas décadas parece imparable.
El actual presidente de El Salvador, Nayib Bukele, político oriundo del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), acaba de protagonizar un autogolpe cívico-militar y lo ha hecho con la fe del converso. Después de ingresar en el parlamento rodeado de policías y militares, se sentó en la silla presidencial y ordenó el inicio de la sesión “amparado por un derecho divino”, según propias palabras. A renglón seguido se entregó a una oración, después de lo cual abandonó la sala para salir al encuentro de cientos de seguidores que lo vitoreaban en el exterior del recinto. El mandatario ha venido contando con el apoyo explícito de las iglesias evangélicas salvadoreñas.
Asimismo, en las recientes elecciones presidenciales peruanas el Frente Popular Agrícola del Perú (FREPAP), brazo político de la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (AEMINPU) saltó al plano institucional consagrándose como la segunda sigla más votada. Poco antes, durante el golpe militar en Bolivia, la presidenta de facto —Jeanine Añez— asumió el cargo biblia en mano con una explícita declaración de fe: “Dios ha permitido que la Biblia vuelva a entrar a Palacio. Que Él nos bendiga”, proclamó. Mientras, un coronel del ejército boliviano —entre vítores— afirmaba en un vídeo “reivindico y consagro a las fuerzas armadas de Bolivia para Jesucristo”. El hecho de que, desde su Constitución de 2009, Bolivia se asuma como un estado laico, amplifica la gravedad del gesto destituyente de ambos.
La concatenación de estos episodios señala –en la esfera religiosa- una creciente influencia de las iglesias neopentecostales y el paralelo eclipse del catolicismo y, en el plano político y cultural, la cada vez más firme implantación de aquellas. Lo analiza detalladamente el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) en su informe “Iglesias evangélicas y el poder conservador en Latinoamérica”. Estas expresiones hacen gala de un discurso conservador y ultraderechista, de corte autoritario. Y se posicionan como alternativa antagónica a los movimientos populares en favor de la (re)conquista de derechos sociales y políticos perdidos y otros por conseguir en favor de sectores de reciente visibilidad, como el feminismo, el movimiento LGTBI, minorías racializadas, y excluidos en general.
Este evangelismo oficia de soporte de gobiernos neoliberales como los de Sebastián Piñera (Chile), Jair Bolsonaro (Brasil), Lenin Moreno (Ecuador), Iván Duque (Colombia), Mauricio Macri (Argentina) y al actual golpismo boliviano. Y su influencia crece de forma sostenida en República Dominicana, Costa Rica, México, Guatemala y Perú. Sus mensajes se transmiten por radio, televisión y redes sociales, a través de un aparato mediático que se financia con aportes de los feligreses y, en algunos casos, de grupos empresariales.
LA MARGINACIÓN SOCIAL, CLAVE PARA LA CAPTACIÓN DE ADEPTOS
La ausencia de derechos y la marginación social unidos a la carencia de asistencia pública son datos clave para la implantación del pentecostalismo. Este opera sobre colectivos abandonados, que no tienen un espacio de existencia, y les construye ese lugar, “crea redes de apoyo mutuo entre los fieles que, al final, funcionan y hacen que, objetivamente, mejoren. Y así va tomando el espacio que debería ocupar la gestión pública”. Y agrega: “a veces operan como hospitales espirituales. Gente muy deprimida que no funcionó en los sistemas de salud y va a uno de estos sitios y se siente bien. Deja los antidepresivos y encima no está sola, tiene teatro, cine, la ficción que necesita para lidiar con la realidad, lo tiene todo ahí”.
Sin embargo, aunque actúan en “lo social”, lo hacen con una lógica antagónica a cualquier promoción de protagonismo del oprimido, todo se juega en el ámbito individual, “en el pentecostalismo hay una división cosmológica: por una parte, está ‘el mundo’, que pertenece al diablo, y por lo tanto las derivadas sociales que en él se expresan no interpelan a la iglesia, esta solo se va a ocupar del ámbito individual, donde ‘no existe’ lo social”, ilustra Marcelo Mendes. “Su formato (...) se ha mercantilizado de un modo tan potente, que es difícil discernir dónde termina lo sagrado y empieza lo profano”.
“De repente, casi sin percibirlo, estás consumiendo música religiosa en la calle, en la TV, es un avance muy silencioso”, describe Mendes
Pero, es claro que ese sujeto masacrado reacciona, sea bajo la forma de alcoholismo y drogodependencia, o de matriz delictiva, o como culpa, miedo y padecimiento. Este último estamento es candidato por excelencia a entrar en el reino de dios. Para ellos hay un repertorio expresivo con antecedentes escénicos —entre otros— en el espiritismo, a través de la práctica de rituales colectivos, donde los fieles son “poseídos” por fuerzas que no controlan, “es algo de corte medieval que traducen como posesión demoníaca —un fenómeno del cuerpo— del que ellos se hacen cargo, lo contienen y le otorgan un sentido, que en otros espacios religiosos no le dan. Ahora se les escucha y se les da un reconocimiento social. Y eso es muy potente y es la base para entender este movimiento”, agrega.
Pero el evangelismo no se limita a estas prácticas, también utiliza otros vehículos de subjetivación, algunos de matriz artística. “Siempre ha habido un prejuicio de que el pobre no necesita arte y sin embargo, estas iglesias revelan una demanda de arte, son auténticas performances con canto, ballet, música. Y es en las periferias más duras. El catolicismo clásico lo tiene muy difícil para competir con esto”, observa Marcelo.
Su formato, consustancial y mimético con el neoliberalismo, “se ha mercantilizado de un modo tan potente, que es difícil discernir dónde termina lo sagrado y empieza lo profano. El credo, después de haberse separado de las lógicas del Estado, ahora vuelve a unirse y sin que nadie se dé cuenta. De repente, casi sin percibirlo, estás consumiendo música religiosa en la calle, en la TV, es un avance muy silencioso”, describe. Y explica que el propio catolicismo, en su preocupación por no perder definitivamente la batalla, intenta aggiornarse a través de la Renovación Carismática Católica, que no es sino la neopentecostalización de la iglesia. Reacciona por la vía de generar toda una generación de nuevos curas, cantantes, presentadores de TV, que cumplen todos los criterios de este movimiento evangélico.
La Biblia, tal y como la conocemos, fue recopilada por primera vez en la historia en el siglo III antes de Cristo, cuando setenta sabios judíos fueron invitados por el rey Ptolomeo II a acudir a Alejandría para aportar a la famosa biblioteca la historia del pueblo de Israel (lo que hoy llamamos el Antiguo Testamento). Durante meses, pusieron por escrito la memoria de miles de años del pueblo de Israel, desde Adán, hasta Moisés, incluyendo los libros históricos, sapienciales y proféticos.
Su trabajo se tradujo del arameo y hebreo antiguos al griego. Así nació la llamada Biblia de los Setenta o Alejandrina (también Septuaginta), en la que se basa el texto cristiano actual.
Una recopilación hebrea de la historia de pueblo de Israel, llamado texto masorético ('tradición', en hebreo), se hizo en el siglo IX DC. Es la versión hebraica que no incluye el Nuevo Testamento.
El Nuevo Testamento y la recopilación de los Evangelios que retrataron la vida de Jesús, tuvo numerosas fuentes y autores. El papiro más antiguo del Nuevo Testamento es un fragmento de Juan que data de los años 125-130 d.C.
Sin rastro físico
De aquellos originales de la Biblia alejandrina, al igual que los textos de los filósofos griegos presocráticos, no hay ningún rastro físico. Todo aquello se esfumó debido a los saqueos e incendios de la legendaria biblioteca, pero también debido a su débil soporte de transmisión: el papiro, la vitela y el cuero, no resisten el paso del tiempo. Lo mismo sucedió a los escritos evangélicos
¿Cómo sobrevivió ese conocimiento?
Durante años, se han hecho miles y miles de copias de copias. Sin embargo, eso produjo una duda hermenéutica: "Los textos antiguos fueron copiados por batallones de escribas, frecuentemente en los monasterios, y sufrieron numerosas afrentas que van desde la simple falta de ortografía o de atención del copista, hasta la correccción doctrinal y voluntaria", afirman Roselyne Dupont-Roc y Philippe Mercier enLos manuscritos de la Biblia (Ed. Verbo Divino). Como cada copia siempre tenía algún error de interpretación o de transcripción, la paleografía cristiana se ha esmerado en comparar copias con otras copias para recomponer un texto lo más parecido al original.
¿Se había hecho un buen trabajo o había pasajes falsos o equívocos? ¿Estaban los cristianos de todo el mundo confiando en unos textos erróneos?
Los manuscritos del mar Muerto
Cuando dos pastores beduinos penetraron por error en 1947 en una cueva en busca de una cabra perdida, y descubrieron antiguos rollos encerrados en vasijas, se desató una de las disputas paleográficas más fascinantes de la historia.
Esos rollos contenían extractos o pasajes enteros de los libros de la Biblia. Se les denominó los rollos del Mar Muerto. Procedían del año 150 a.C hasta el 70 d.C. Muy pronto surgieron teorías curiosas sobre su contenido: unos afirmaban que esos textos daban una vuelta a los Textos Sagrados, los cuales habían sido deformados a lo largo de los siglos por la historiografía cristiana.
Otros, añadieron que la Iglesia no quería dar a conocer su contenido pues contenían reveladoras contradicciones sobre Jesús. Los hubo que dijeron que era el mejor testimonio del Nuevo Testamento, y hasta que Jesús formó parte de la comunidad de los esenios, la secta enigmática que había escrito y guardado esos textos en vasijas.
Nada de eso es verdad.
Los textos hallados en las cuevas de Qumrán, a orillas del Mar Muerto, son fragmentos procedentes de unos 800 manuscritos que, en su origen, se presentaron en forma de rollos. Muchos de esos manuscritos son copias de copias, pues en la antigüedad, el papiro era desgraciadamente, la forma más popular de transmitir el saber. Y el papiro se deteriora fácilmente.
Antiguo Testamento
¿Qué contenían entonces? En parte son textos bíblicos, del Antiguo Testamento, y en parte son textos religiosos no bíblicos de diverso signo, como reglas morales y legales. Existen unos 200 manuscritos bíblicos entre los que se encuentran 32 copias del Libro de los Salmos, 28 copias del Deuteronomio, 21 copias del Libro de Isaías, citas ínfimas (los teffilim, o pequeñas tiras de cuero), con citas del Éxodo y del Deuteronomio, tiras que se ponían en un estuche y que se llevaban en el brazo o sobre la cabeza.
Los manuscritos esenios permitieron completar algunos pasajes oscuros de las Sagradas Escrituras, pero no descubrieron nada realmente fascinante, a pesar de que se trató de uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del siglo XX.
Reconstrucción exacta
Al cotejarse los manuscritos de Qumrán con las versiones modernas de la Biblia, muchos exegetas y paleógrafos respiraron tranquilos al comprobar que la historiografía cristiana, después de todo, había trabajado con enorme exactitud: había logrado componer unos escritos sagrados bastante certeros.
Los manuscritos de Qumrán demostraron que el trabajo de los doxógrafos y paleógrafos cristianos fue serio y atinado durante siglos, y que en Qumrán solo había textos del Antiguo Testamento.
Y a pesar de que, más recientemente, el padre Josep O'Callahan, (experto papirólogo), vio en algunos de estos trozos de Qumrán pequeñas frases del Nuevo Testamento, un examen más profundo constató que la vida de Jesús no estaba recogida en los manuscritos.
¿Quiénes eran estos esenios?
Según se desprende del texto referido a la Regla de la Comunidad, los esenios eran un grupo judío "fuertemente estructurado, con su propia jerarquía y sus funcionarios, cuyos miembros ponían en común todos sus bienes, participaban en comidas comunitarias, y se hallaban sometidos a una disciplina muy estricta, con penas y castigos para cualquier transgresión", comenta Florentino García Márquez en la reseña 'Los manuscritos de Qumrán'. En suma, un grupo de judíos conviviendo hace más de dos mil años bajo mismas reglas que los kibutz del siglo XX.
¿Por qué se habían retirado al desierto, imitando al profeta Isaías? Según se desprende de otro texto encontrado en Qumrán, (la Regla de la Guerra), se llamaban a sí mismos Los Hijos de la Luz, se habían retirado para purificarse, y esperaban volver a Jerusalén "al final de los tiempos", después de haber vencido a Los Hijos de las Tinieblas.
Los textos del Mar Muerto son públicos desde 1991, cuando las autoridades arqueológicas de Israel (que controlan el acceso a los documentos desde la Guerra de los Seis Días en 1967), permitieron la libre consulta a todos los documentos. Desde esa fecha, se han ido fotografiando, y desde hace pocos años, se podían consultar en internet en este formato. Pero ahora, con Google, se pueden consultar de una forma mucho más cómoda: digitalizados. Y además, Google Maps aporta la localización exacta de aquellos manuscritos.
¿Y la vida de Jesús?
Aunque parezca increíble, reunir las partes del Nuevo Testamento fue una tarea incluso más ardua para los eruditos. Tras la muerte de Jesús, en la primera mitad del siglo I, sus milagros y obras fueron pasando de boca en boca hasta extenderse por todo el Mediterráneo. En la segunda mitad del siglo I había decenas de versiones: en siríaco, en copto, en latín, en griego culto, en armenio.... Algunas coincidían. Otras no.
El caso es que a medida que pasaba el tiempo, aumentaba el número de versiones. Cuanto más famoso era Jesús, y más se extendía el cristianismo por el mundo, más difícil era encontrar 'la versión' fiable de su vida.
En el 370 se elaboró una lista que contenía cuatro evangelios creíbles, además de epístolas o cartas de San Pablo, hechos de Apóstoles y el Apocalipsis de San Juan. En un concilio celebrado en 397 después de Cristo fueron consagrados después de cotejar unos con otros, y descartar varias versiones.
- El evangelio de San Mateo es el más directo pues Mateo fue uno de los discípulos de Jesús, a quien fue encomendada una misión de apostolado por el mundo.
- San Marcos y San Lucas no conocieron a Jesús pero oyeron de él por los relatos de San Pablo. Eran sus discípulos.
- Por último, está el evangelio de San Juan, el más joven de los discípulos. Este evangelio diferente a los otros tres en su redacción y en su estilo.
Ahora bien, estos evangelios pudieron haber sido escritos por ellos, o por comunidades de fieles que recogieron estas versiones y las compilaron entre el siglo I y el III. Luego, esas versiones fueron copiadas centenares de veces hasta que los concilios las consagraron.
¿Y dónde están los manuscritos?
Los eruditos de hoy calculan que hay a su disposición hasta 150.000 manuscritos antiguos. Pero dentro de esa marabunta de manuscritos, se ha determinado cuáles son los más fiables.
Son manuscritos se hallan hoy en el Vaticano, en San Petersburgo, en París, en Cambridge... De alguno solo hay pequeños trozos que han tenido que ser complementados con versiones posteriores.
El manuscrito más antiguo y completo del Nuevo Testamento es el Codex Sinaiticus, conservado en la Biblioteca Británica de Londres. Está escrito en griego uncial (un tipo de letra mayúscula), y data del 330-350 después de Cristo.
Pero si hablamos de trozos sueltos, el más antiguo procede del 125-130 después de Cristo, se llama el papiro Rylands y procede del evangelio de San Juan. Está escrito por ambas caras y se conserva en la Biblioteca Rylands de Manchester.
Cada año, aparecen nuevos 'trozos' del Nuevo o del Antiguo Testamento, y entonces se desata una pelea para saber si es copia fiel, o si es una versión mal trabajada.
El último texto apareció en 2012 y provocó un pequeño revuelo en marzo de 2014, cuando fue dado por cierto por la Harvard Theological Review. Se trata de un pequeño pasaje del Nuevo Testamento datado entre el VI y el IX d.C. y que expone esta frase: "Jesús les dijo: mi esposa...".
Nadie duda ya de sus falsedad.
LOS ORÍGENES ANGLOSAJONES DEL FENÓMENO. EL CASO DE ARETHA FRANKLiN
El pentecostalismo forma parte de la vieja historia del cristianismo, pero en torno a 1920 aparece en Los Ángeles (EE UU) un movimiento que introduce un cambio profundo. Nace en la iglesia metodista un fenómeno que da protagonismo a gente que no tenía visibilidad social, “en la época era muy raro que una mujer, un negro o un latino ocupasen lugares de poder social, aún en el espacio de las organizaciones religiosas”, señala Marcelo Mendes. Y, en simultáneo, el espacio religioso se convirtió en una especie de hospital social, donde se curaba de enfermedades que el sistema público o privado de salud no atendía, “aunque numéricamente no fue tan importante, sí fue significativo desde el punto de vista de los fundamentos, hizo tambalear los cimientos de la iglesia metodista, la llevó a reconfigurarse y se formó un nuevo grupo”, puntualiza.
“El de Aretha Franklin fue un caso paradigmático”, recuerda Mendes. En una época en los EEUU donde era imposible que una mujer tuviera un lugar de protagonismo, “gana primero un lugar de destaque dentro de su iglesia y cuando consigue mostrar que es una cantante excepcional, la Universal compra el producto y lo lanza, pero ella ya tenía su público”, explica.
EL EVANGELISMO NEOPENTECOSTAL Y EL NEGOCIO DE LA FE
Mendes explica que en su implantación originaria en América Latina —inicios de los 70 del siglo pasado—, el neopentecostalismo ofició de dique de contención al avance de la Teología de la Liberación. Esta rama del catolicismo —en sintonía con los procesos revolucionarios del continente— defendía el legítimo derecho de los pobres a gozar de una existencia digna, pese a su condición de tales. En la calzada opuesta, el obispo Edir Macedo, fundador de la brasileña Iglesia Universal del Reino de Dios y promotor de la Teología de la Prosperidad (sic), sostiene: “nosotros queremos que ese hombre sea rico, que ascienda en la escala social, no queremos un pobre que acepte su pobreza”.
La ausencia de derechos y la marginación social unidos a la carencia de asistencia pública son datos clave para la implantación del pentecostalismo
El entrevistado da una clave de conexión de sentido entre los valores claves del neoliberalismo y la fe evangélica: “así como hemos aprendido con Weber que el protestantismo tiene un encaje con el capitalismo, el neopentecostalismo va a tenerlo con el neoliberalismo, porque genera un ‘sujeto hecho a sí mismo’, donde el Estado no interviene”. Explica que este evangelismo se acopla de tal modo incluso a la prédica neoliberal en favor del emprendedor que admite el derecho de los fieles a abrir su propia iglesia y se autodenominen ‘pastor por revelación’ —el elemento teológico que justifica ese paso— y se conviertan en pastores evangélicos, “esto se inscribe en la lógica del capital y el consumo; cada uno puede crear su propio business neopentecostal”, aclara.
Y, en esa expansión, explica Mendes, hace gala de la misma labilidad que el neoliberalismo: “Continuamente están surgiendo nuevas iglesias evangélicas, el movimiento ha trascendido sus orígenes en la Iglesia Universal del Reino del Dios, de Edir Macedo y no se subordina jerárquicamente a ella, que tiene su propio sistema de franquiciado, un dispositivo muy parecido a las franquicias comerciales”.
La ausencia de derechos y la marginación social unidos a la carencia de asistencia pública son datos clave para la implantación del pentecostalismo. Este opera sobre colectivos abandonados, que no tienen un espacio de existencia, y les construye ese lugar, “crea redes de apoyo mutuo entre los fieles que, al final, funcionan y hacen que, objetivamente, mejoren. Y así va tomando el espacio que debería ocupar la gestión pública”. Y agrega: “a veces operan como hospitales espirituales. Gente muy deprimida que no funcionó en los sistemas de salud y va a uno de estos sitios y se siente bien. Deja los antidepresivos y encima no está sola, tiene teatro, cine, la ficción que necesita para lidiar con la realidad, lo tiene todo ahí”.
Sin embargo, aunque actúan en “lo social”, lo hacen con una lógica antagónica a cualquier promoción de protagonismo del oprimido, todo se juega en el ámbito individual, “en el pentecostalismo hay una división cosmológica: por una parte, está ‘el mundo’, que pertenece al diablo, y por lo tanto las derivadas sociales que en él se expresan no interpelan a la iglesia, esta solo se va a ocupar del ámbito individual, donde ‘no existe’ lo social”, ilustra Marcelo Mendes. “Su formato (...) se ha mercantilizado de un modo tan potente, que es difícil discernir dónde termina lo sagrado y empieza lo profano”.
“De repente, casi sin percibirlo, estás consumiendo música religiosa en la calle, en la TV, es un avance muy silencioso”, describe Mendes
Evangélicos: el nuevo reino terrenal de la ultraderecha en América Latina
La derecha latinoamericana ha visto en ese auge evangélico una puerta abierta para captar votantes en un nicho social que tradicionalmente se le ha resistido: los pobres.
Edir Macedo, fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios, vio cumplida su profecía de la 'nación divina' cuando su amigo Jair Bolsonaro tocó el cielo (del Palacio del Planalto) en 2018. Macedo es el arquetipo de los líderes religiosos que han ido acumulando riqueza y poder político en América Latina. Las iglesias evangélicas avanzan sin freno en una región que era el semillero de la Iglesia católica hasta hace poco. Cien millones de fieles llenan sus templos y escuchan las soflamas antiabortistas de los pastores pentecostales. Pero su discurso no se circunscribe al ámbito religioso.
Gracias a imperios mediáticos como el que ha levantado Macedo en Brasil, los evangélicos son hoy un influyente lobby político. A Dilma Rousseff casi le cuesta la presidencia en 2010 su idea de despenalizar el aborto. En plena campaña electoral y ante la presión de los evangélicos, tuvo que matizar su propuesta. Leviatán para todas las iglesias, el aborto ha servido ahora de excusa a los evangélicos argentinos para denostar a la escritora argentina Claudia Piñeiro, guionista de El Reino, una serie de televisión que refleja las promiscuas relaciones entre el poder político y algunos líderes espirituales.
Estrenada recientemente en ese averno audiovisual llamado Netflix, la serie ha batido récords de audiencia en Argentina. A la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina le ha debido sentar a cuerno quemado que la ficción se inspire en las veleidades terrenales de algunos pastores. Edir Macedo, fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios, vio cumplida su profecía de la 'nación divina' cuando su amigo Jair Bolsonaro tocó el cielo (del Palacio del Planalto) en 2018. Macedo es el arquetipo de los líderes religiosos que han ido acumulando riqueza y poder político en América Latina. Las iglesias evangélicas avanzan sin freno en una región que era el semillero de la Iglesia católica hasta hace poco. Cien millones de fieles llenan sus templos y escuchan las soflamas antiabortistas de los pastores pentecostales. Pero su discurso no se circunscribe al ámbito religioso.
Gracias a imperios mediáticos como el que ha levantado Macedo en Brasil, los evangélicos son hoy un influyente lobby político. A Dilma Rousseff casi le cuesta la presidencia en 2010 su idea de despenalizar el aborto. En plena campaña electoral y ante la presión de los evangélicos, tuvo que matizar su propuesta. Leviatán para todas las iglesias, el aborto ha servido ahora de excusa a los evangélicos argentinos para denostar a la escritora argentina Claudia Piñeiro, guionista de El Reino, una serie de televisión que refleja las promiscuas relaciones entre el poder político y algunos líderes espirituales.
Edir Macedo, fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios, vio cumplida su profecía de la 'nación divina' cuando su amigo Jair Bolsonaro tocó el cielo (del Palacio del Planalto) en 2018. Macedo es el arquetipo de los líderes religiosos que han ido acumulando riqueza y poder político en América Latina. Las iglesias evangélicas avanzan sin freno en una región que era el semillero de la Iglesia católica hasta hace poco. Cien millones de fieles llenan sus templos y escuchan las soflamas antiabortistas de los pastores pentecostales. Pero su discurso no se circunscribe al ámbito religioso.
Gracias a imperios mediáticos como el que ha levantado Macedo en Brasil, los evangélicos son hoy un influyente lobby político. A Dilma Rousseff casi le cuesta la presidencia en 2010 su idea de despenalizar el aborto. En plena campaña electoral y ante la presión de los evangélicos, tuvo que matizar su propuesta. Leviatán para todas las iglesias, el aborto ha servido ahora de excusa a los evangélicos argentinos para denostar a la escritora argentina Claudia Piñeiro, guionista de El Reino, una serie de televisión que refleja las promiscuas relaciones entre el poder político y algunos líderes espirituales.
Estrenada recientemente en ese averno audiovisual llamado Netflix, la serie ha batido récords de audiencia en Argentina. A la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina le ha debido sentar a cuerno quemado que la ficción se inspire en las veleidades terrenales de algunos pastores. Y se han cebado con Piñeiro, autora de éxito editorial y defensora de los derechos de las mujeres: "Es sabido el encono que ha expresado la escritora y guionista de esta obra desde su militancia feminista durante el debate de la ley del aborto hacia el colectivo evangélico de la Argentina, representado por millones de ciudadanos que no coincidían en su posición respecto del tema", rezaba su poco beatífico comunicado.
La influencia de los evangélicos en la política argentina es todavía limitada y su implantación social es menor que en otros países de la región (alrededor del 15%). Distinto es el caso de Brasil, donde los evangélicos representan ya el 30% de la población y sus líderes tienen una notable presencia en el Parlamento y en los gobiernos locales desde hace años. Marcelo Crivella, obispo de la Iglesia Universal del Reino de Dios, fue senador, gobernador del estado de Río de Janeiro y alcalde de su capital entre 2017 y 2020. Pertenece al Partido Republicano Brasileño, muy ligado a los neopentecostales.
Antes de acabar su mandato como alcalde, cayó preso por corrupción. En prisión tal vez escuchara la letanía proveniente de alguna de las miles de congregaciones evangélicas de Brasil: "Para de sufrir". Su tío Edir Macedo hace tiempo que no sufre. Con su poderoso arsenal mediático (posee la cadena de televisión Récord, varias emisoras de radio y dos periódicos), hace y deshace a su antojo. Ha amasado una fortuna y ahora tiene un aliado de lujo en Brasilia, el ultraderechista Bolsonaro, a quien ayudó a ganar las elecciones en 2018. Los congresistas evangélicos fueron ya decisivos en el impeachment que sacó a Rousseff de la presidencia en 2016. A la hora de votar, la mayoría invocó a Dios.
La doctrina pentecostal (relevancia del Espíritu Santo, relación directa con Dios, prosperidad terrenal, etc.) fue implantándose en América Latina desde mediados del siglo XX. Antes ya había echado raíces en Estados Unidos, cuya influencia en las iglesias latinoamericanas ha sido notoria. Ante las experiencias progresistas de la católica teología de la liberación (con la que confraternizaron los movimientos insurgentes latinoamericanos), a partir de los años 80 los sectores conservadores norteamericanos apostaron por la "teología de la prosperidad" que predicaban los carismáticos y elocuentes pastores evangélicos.
Según un estudio del Pew Research Center realizado en 2014, cerca del 20% de los latinoamericanos se declaraban evangélicos. Los católicos continúan siendo mayoría (alrededor del 70%) pero su declive es constante (representaban el 94% hasta los años 60) pese a los esfuerzos del Vaticano por frenar la sangría. Las continuas giras de los papas por la región eran parte de esa estrategia. Un informe más reciente de Latinobarómetro (2018) confirma esa tendencia ascendente de la doctrina evangélica en detrimento de la católica, si bien su crecimiento no es homogéneo. Hay países como México o Paraguay donde el catolicismo no se resiente tanto mientras en Brasil el descenso es continuo. Y Centroamérica cuenta ya con más evangélicos que católicos.
La política se ha impregnado del discurso de las iglesias neopentecostales en muchos países. El cómico evangélico Jimmy Morales, en la mira de la justicia por presunta financiación electoral irregular, gobernó en Guatemala entre 2016 y 2020. Y en Costa Rica estuvo a punto de llegar a la presidencia en 2018 Fabricio Alvarado, otro dirigente en la órbita de los evangélicos. Ganó la primera vuelta al grito de "¡No se metan con las familias!", en referencia a la educación sexual laica que comenzaba a impartirse en las escuelas costarricenses. No superó la segunda vuelta electoral pero el poder del lobby evangélico sigue muy presente en el país.
https://www.publico.es/internacional...ca-latina.html