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Contestando a la pregunta del hilo:
antes que nada, los seres humanos no somos totalmente malos o totalmente buenos, sino que somos un compendio de actitudes bondadosas y actitudes de mal. Nos diferenciamos en el porcentaje de cúanto de unas o de otras caracterizan nuestro ser en el mundo, cómo procedemos con nuestros semejantes. Hay gente muy bondadosa y gente muy mala, en los dos extremos de las posibilidades, y luego las variantes.
Cuando discriminamos a otro ser humano por el color de su piel, por el peso de su cuerpo, por sus creencias religiosas, por cómo vive su sexualidad (o por lo que fuera) no es por maldad que lo hacemos, sino es lo que el psicoanálisis explicó muy bien: es porque cuando descubrimos en nuestra niñez la diferencia anatómica entre los dos sexos nos queda en el inconsciente un trauma, que hace que rechacemos luego en la vida al diferente. En el momento de ese descubrimiento, la niña piensa qué habrá hecho de malo que no tiene el pene que sí exhibe el niño, y el niño piensa qué habrá hecho de malo que le ha crecido el pene que no tiene la niña.
Cuánto más fuerte ha sido el shock, será más discriminadora la persona en el futuro. Esto ha sido corroborado, comprobado en infinidad de tratamientos psicoanalíticos en infinidad de casos clínicos registrados por los profesionales... El trauma humano causado a los seres humanos al descubrir la diferencia anatómica entre los dos sexos.
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