Al menos a mi me alegra que la autosugestión te haya funcionado,
y sin temor a equivocarme, pienso que Tomás opinaría de la misma forma.
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Al menos a mi me alegra que la autosugestión te haya funcionado,
y sin temor a equivocarme, pienso que Tomás opinaría de la misma forma.
¡Me vas a hablar tú a mí de dolores!
Si contaras que se te había partido un brazo, y orando se te había curado, empezaría a pensar que había intervención divina.
¡Pero un simple dolor! ¿Qué nos quieres vender, Wigberto?
Bendiciones en nombre de Ieshu.
¿Ves, cómo puedo pensar que realmente te alegra?
En pocas palabras, parece que tu quisieras que me diera un cáncer o algo similar. Pero ojo, aunque así fuera, no creerías porque eres malo.
Eh visto gente de otra religión que incluso se medican con fármacos para aliviarse, a quienes también les dan males pasajeros, y no se curan por más que le pidan a su "diosito" y a sus "santos".
Cuando les da diarrea, les dura lo que ha de durar, y su "diosito" no puede hacer nada para cambiar eso. No se diferencian en eso a los agnósticos y a los ateos.
Efectivamente, en eso no se diferencian los agnósticos de los ateos. Ahí tienes razón.
Tanto ateos como agnósticos saben que lo que te cura son las medicinas.
Y tanto ateos como agnósticos saben que la autosugestión funciona como un placebo.
Y te contaré algo: un gran amigo mío, que falleció por viejo a los noventa y tanto, curó su dolor del cáncer a los huesos mediante prácticas Yoga.
ÉL sabía perfectamente que el Yoga, que es una práctica totalmente natural y nada de divina, puede actuar sobre los centros del dolor de la misma forma que lo puede hacer la práctica de la "oración".
No hay intervención divina en esos procesos fisio-psicológicos.
Los que piensan que su "diosito" los puede curar son los creyentes ignorantes y fanáticos, y no los agnósticos o los ateos.
Bendiciones en nombre de Ieshu.
"El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón; el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón".
No se llama Jesús (no pronunciar), no era un latino, su nombre no salió de los gentiles o paganos, sino un hebreo, por eso se llama Ieshu. Y así se dijo:
"El que es la gloria de Israel no es hombre para mentir, ni hijo de hombre para arrepentirse".