El que ora como fariseo
lista de todo lo que hace
y se cree mejor que los demás
Le digo a cada uno de ustedes que no piense
de sí mismo más de lo que debe pensar,
sino que piense de un modo que demuestre buen juicio”
(ROM. 12:3).
La humildad nos lleva a poner su voluntad
por encima de la nuestra
y a pensar que los demás son superiores a nosotros.
Como resultado, tenemos una buena relación
con Jehová y con nuestros hermanos
Ahora bien, si no tenemos cuidado,
la actitud orgullosa y egoísta
de las personas del mundo de Satanás
podría influir en nosotros.
Al parecer, algunos cristianos del siglo primero
corrían este peligro, ya que el apóstol Pablo
le dio este consejo a la congregación de Roma:
“Le digo a cada uno de ustedes
que no piense de sí mismo más
de lo que debe pensar, sino que piense
de un modo que demuestre buen juicio” (Rom. 12:3).
Como vemos, Pablo reconoció que debemos tener cierto grado
de autoestima. Pero la humildad nos ayudará a tener
una opinión equilibrada de nosotros mismos.