Y a mi la tuya.
Saludos
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¿Quién sabe si quizá todo el amor mío no fue más que un engaño de los sentidos, de la fantasía?.
Fiodor Mijailovich Dostoievski
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No veo la imagen:(
Una rosa blanca de exquisitez belleza,
Camina por los jardines de la vieja casona,
En la noche melancólica de aquel lugar,
Donde las estrellas palidecen ante el brillo
De aquel rostro de esta Rosa Blanca.....
¡OH! Rosas Blancas fueron cortadas en el jardín,
Para adorna con sus hermosuras el florero de cristal,
Sabiendo que solo por unos días será hermosas,
Ha pasa el tiempo se marchitaran,
Y cada pétalo de sus hermosuras caerá,
Uno a uno en el piso frió de aquel salón.
Vos Rosa Blanca ere así, marchita tu alma esta,
Por tanto desamor que as recibido por amar,
¡OH! Rosa blanca abre tu alma al amor,
sueña con un nuevo amanecer de dicha a tu ser.
Sueña Rosa Blanca, sueña, deja que la ilusión,
Entre otra vez a tu triste corazón.........
Donde tu nuevo amor te lleve a mares turquesa,
Entremezclado con el cielo azul de primavera,
Donde el viento sopla con fuerza las lonas,
Del pequeño velero y la brisas de mar juega con las nubes....
Sueña Rosa Blanca, sueña, deja que la ilusión,
Entre otra vez a tu triste corazón.........
Donde te abrace contra su pecho,
Así las espinas desgarre su cuerpo,
Su sangre roja pasión bañe tu alma,
De una nueva ilusión as ser amada........
Sueña Rosa Blanca, sueña, deja que la ilusión,
Entre otra vez a tu triste corazón.........
Donde cada poro de su piel quede
Impregnado de la exquisitez,
De tu fragancia Rosa Blanca,
Sella este amor con un beso,
De tus labios Rojo Pasión
Sueña Rosa Blanca, sueña, deja que la ilusión,
Entre otra vez a tu triste corazón.........
Sueña Rosa Blanca, sueña, deja que la ilusión,
Entre otra vez a tu triste corazón.........
BY LOBOGRIS(J.F.H.)
No soy poeta, ni escritor, ni músico, ni actor, ni compositor, ni escultor, ni pinto, solo escribo algo que me sale de mi alma, lo descubrir por alguien que me motivo hacerlo, pero pienso que este amigo se equivoca con respeto a esto, creo yo que estas cualidades nacer con la persona.......... :001_smile:
Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda,
espíritus fraternos, luminosas almas, ¡salve!
Porque llega el momento en que habrán de cantar nuevos himnos
lenguas de gloria. Un vasto rumor llena los ámbitos;
mágicas ondas de vida van renaciendo de pronto;
retrocede el olvido, retrocede engañada la muerte;
se anuncia un reino nuevo, feliz sibila sueña
y en la caja pandórica de que tantas desgracias surgieron
encontramos de súbito, talismánica, pura, riente,
cual pudiera decirla en sus versos Virgilio divino,
la divina reina de luz, ¡la celeste Esperanza!
Pálidas indolencias, desconfianzas fatales que a tumba
o a perpetuo presidio condenasteis al noble entusiasmo,
ya veréis el salir del sol en un triunfo de liras,
mientras dos continentes, abonados de huesos gloriosos,
del Hércules antiguo la gran sombra soberbia evocando,
digan al orbe: la alta virtud resucita
que a la hispana progenie hizo dueña de siglos.
Abominad la boca que predice desgracias eternas,
abominad los ojos que ven sólo zodíacos funestos,
abomidad las manos que apedrean las ruinas ilustres,
o que la tea empuñan o la daga suicida.
Siéntense sordos ímpetus en las entrañas del mundo,
la inminencia de algo fatal hoy conmueve la Tierra;
fuertes colosos caen, se desbandan bicéfalas águilas,
y algo se inicia como vasto social cataclismo
sobre la faz del orbe. ¿Quién dirá que las savias dormidas
no despierten entonces en el tronco del roble gigante
bajo el cual se exprimió la ubre de la loba romana?
¿Quién será el pusilánime que al vigor español niegue músculos
y que al alma española juzgase áptera y ciega y tullida?
No es Babilonia ni Nínive enterrada en olvido y en polvo
ni entre momias y piedras reina que habita el sepulcro,
la nación generosa, coronada de orgullo inmarchito,
que hacia el lado del alba fija las miradas ansiosas,
ni la que tras los mares en que yace sepultada la Atlántida,
tiene su coro de vástagos, altos, robustos y fuertes.
Únanse, brillen, secúndense tantos vigores dispersos;
formen todos un solo haz de energía ecuménica.
Sangre de Hispania fecunda, sólidas, ínclitas razas,
muestren los dones pretéritos que fueron antaño su triunfo.
Vuelva el antiguo entusiasmo, vuelva el espítiru ardiente
que regará lenguas de fuego en esa epifanía.
Juntas las testas ancianas ceñidas de líricos lauros
y las cabezas jóvenes que la alta Minerva decora,
así los manes heroicos de los primitivos abuelos,
de los egregios padres que abrieron el surco prístino,
sientan los soplos agrarios de primaverales retornos
y el rumor de espigas que inició la labor triptolémica.
Un continente y otro renovando las viejas prosapias,
en espíritu unidos, en espíritu y ansias y lengua,
ven llegar el momento en que habrán de cantar nuevos himnos.
La latina estirpe verá la gran alba futura,
y en un trueno de música gloriosa, millones de labios
saludarán la espléndida luz que vendrá del Oriente,
Oriente augusto en donde todo lo cambia y renueva
la eternidad de Dios, la actividad infinita.
Y así sea esperanza la visión permanente en nosotros.
¡Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda!
Al transcribir el poema SALUTACION DEL OPTIMISTA en el ultimo post mio,no ha salido
la firma del autor RUBEN DARIO
Para y óyeme ¡oh Sol! yo te saludo
Y estático ante ti me atrevo a hablarte;
Ardiente como tú mi fantasía,
Arrebatada en ansia de admirarte,
Intrépidas a ti sus alas guía.
¡Ojalá que mi acento poderoso,
Sublime resonando,
Del trueno pavoroso
La temerosa voz sobrepujando,
¡Oh sol!, a ti llegara
Y en medio de tu curso te parara!
¡Ah! si la llama que mi mente alumbra
Diera también su ardor a mis sentidos,
Al rayo vencedor que los deslumbra,
Los anhelantes ojos alzaría,
Y en tu semblante fúlgido atrevidos
Mirando sin cesar los fijaría.
¡Cuánto siempre te amé, sol refulgente!
¡Con qué sencillo anhelo,
Siendo niño inocente,
Seguirte ansiaba en el tendido cielo,
Y extático te vía
Y en contemplar tu luz me embebecía!
De los dorados límites de Oriente,
Que ciñe el rico en perlas Oceano,
Al término asombroso de Occidente
Las orlas de tu ardiente vestidura
Tiendes en pompa, augusto soberano,
Y el mundo bañas en tu lumbre pura.
Vívido lanzas de tu frente el día,
Y, alma y vida del mundo,
Tu disco en paz majestuoso envía
Plácido ardor fecundo,
Y te elevas triunfante,
Corona de los orbes centellante.
Tranquilo subes del cenit dorado
Al regio trono en la mitad del cielo,
De vivas llamas y esplendor ornado,
Y reprimes tu vuelo.
Y desde allí tu fúlgida carrera
Rápido precipitas,
Y tu rica encendida cabellera
En el seno del mar trémula agitas,
Y tu esplendor se oculta,
Y el ya pasado día
Con otros mil la eternidad sepulta.
¡Cuántos siglos sin fin, cuántos has visto
En su abismo insondable desplomarse!
¡Cuánta pompa, grandeza y poderío
De imperios populosos disiparse!
¿Qué fueron ante ti? Del bosque umbrío
Secas y leves hojas desprendidas,
Que en círculo se mecen,
Y al furor de Aquilón desaparecen.
Libre tú de la cólera divina,
Viste anegarse el universo entero,
Cuando las aguas por Jehová lanzadas,
Impelidas del brazo justiciero,
Y a mares por los vientos despeñadas,
Bramó la tempestad; retumbó en torno
El ronco trueno y con temblor crujieron
Los ejes de diamante de la tierra;
Montes y campos fueron
Alborotado mar, tumba del hombre.
Se estremeció el profundo;
Y entonces tú, como Señor del mundo,
Sobre la tempestad tu trono alzabas,
Vestido de tinieblas,
Y tu faz engreías,
Y a otros mundos en paz resplandecías.
Y otra vez nuevos siglos
Viste llegar, huir, desvanecerse
En remolino eterno, cual las olas
Llegan, se agolpan y huyen de Oceano,
Y tornan otra vez a sucederse;
Mientra inmutable tú, solo y radiante
¡Oh sol! siempre te elevas,
Y edades mil y mil huellas triunfante.
¿Y habrás de ser eterno, inextinguible,
Sin que nunca jamás tu inmensa hoguera
Pierda su resplandor, siempre incansable,
Audaz siguiendo tu inmortal carrera,
Hundirse las edades contemplando,
Y solo, eterno, perenal, sublime,
Monarca poderoso dominando?
No, que también la muerte,
Si de lejos te sigue,
No menos anhelante te persigue.
¿Quién sabe si tal vez pobre destello
Eres tú de otro sol que otro universo
Mayor que el nuestro un día
Con doble resplandor esclarecía!!!
Goza tu juventud y tu hermosura
¡Oh sol!, que cuando el pavoroso día
Llegue que el orbe estalle y se desprenda
De la potente mano
Del Padre Soberano,
Y allá a la eternidad también descienda,
Deshecho en mil pedazos, destrozado
Y en piélagos de fuego
Envuelto para siempre, y sepultado
De cien tormentas al horrible estruendo,
En tinieblas sin fin tu llama pura
Entonces morirá. Noche sombría
Cubrirá eterna la celeste cumbre;
Ni aun quedará reliquia de tu lumbre!!!
JOSE ESPRONCEDA