Los verdaderos cristianos no son pobres de Espíritu porque el espíritu de Dios es derramado sobre ellos, y les hace seguir fielmente lo que dice el Evangelio. Así que esa traducción no corresponden con las enseñanzas del Evangelio. Hay traducciones mas comprensibles como la siguiente.
"Bienaventurados los que tienen espíritu de pobre".