Como lo dije, no lo entenderias y por eso para que tratar de explicartelo. Seria como tratar de enseñarle a hablar con palabras a un chimpance
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Y yo te lo vuelvo a decir, la ciencia es racional no es una cuestion de fe, no es de creerse o no creerse, sino de demostrarse. La ciencia solo te ha llevado al punto de qué fue lo que pasó en los primeros instantes del Big Bang, no te muestra ninguna causalidad del mismo. pero tampoco hay una sola teoría sólida que sustente que el Big Bang se dio solo porque sí. allí es donde tú te quedas trabado y no logras comprenderlo, y terminas con tus descalificativo baratos propios de personas necias.
Cristo tumbó del caballo a San Pablo, SÍ. Y le recriminó por perseguirlo. Hay que tumbar a estos de su caballo de ateismo pseudocientífico.
Pablo era fanático anticristiano, los perseguía y los entregaba a las autoridades judías, él mismo atestiguó el martirio de San Esteban y en su interior creía que eso era lo correcto, no fue sino hasta el camino de damasco que Pablo fue tirado de su caballo de arrogancia y celo. Perdió la vista y la recobró hasta que recibió la buena nueva en Cristo.
¿Recrimino?... me hace falta leer o bien interpretar, que yo sepa le pregunto ¿por que me persigues?. Tampoco hay RECRIMINACIÓN cuando dice: -"Dura cosa te es dar coces contra el aguijón"-.
Fue hasta mas adelante QUE por Revelación de Cristo y Fé se convirtió... NO POR CARNE ni por SANGRE.
¿Donde hallo la recriminación?
El cuetionamiento es incriminatorio per sé, San Pablo creía que estaba defendiendo a Dios, y Dios le reclamó por perseguirle.
De la real academia de la lengua:
La pregunta ¿Porqué me persigues? es un reclamo, una censura a un comportamiento efectivo de San Pablo de perseguir a los cristianos. San Pablo se doblegó y creyó.Cita:
http://lema.rae.es/drae/?val=recriminar
Recriminar
2. tr. Reprender, censurar a alguien su comportamiento, echarle en cara su conducta.
San Pablo después sería muy rudo contra herejes y cismáticos:
Tito 3, 10 - 11
10 Al sectario, después de una y otra amonestación, rehúyele;
11 ya sabes que ése está pervertido y peca, condenado por su propia
sentencia.
Y lanzó anatemas:
1 Corintios 16, 22
22 El que no quiera al Señor, ¡sea anatema! «Maran atha.»