repasate todos los foros de misericordia los míos y los de elizabeth.
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Jesús es la vida
“Que todo el que reconozca al Hijo y demuestre fe en él tenga vida eterna” (JUAN 6:40).
“Yo soy el pan vivo que bajó del cielo.
Si alguien come de este pan, vivirá para siempre” (lea Juan 6:51)
“El pan que yo voy a entregar es mi carne”
Algunos de los que oyeron a Jesús se escandalizaron
al oírle decir que entregaría su carne para que el mundo viviera.
A lo mejor pensaron que tendrían que comer la carne literal de Jesús,
lo que los convertiría en caníbales.
Pero Jesús luego añadió un detalle aún más impactante:
“Si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre,
no tienen vida en ustedes mismos” (Juan 6:53).
Pues si comprendes que Jesucristo es la vida y es el pan bajado del cielo, ya te digo yo que es el mejor médico que existe y la mejor medicina ya te la ha dado.
El Evangelio y sus misericordiosos mandamientos.
Pero esta medicina a ti no te gusta, porque prefieres tu doctrina judaizante y tus mandamientos y preceptos de hombres.
Pillado.
Con su sangre cura a los que ponen fe en su sacrificio
(Hebreos 10:19) Por lo tanto, hermanos, ya que tenemos valor para usar el camino de entrada al lugar santo
por medio de la sangre de Jesús
(1 Juan 1:7) Sin embargo, si andamos en la luz,
así como él mismo está en la luz, estamos unidos entre nosotros,
y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.
(Hebreos 12:24) a Jesús el mediador de un nuevo pacto
y a la sangre que se salpicó, que habla mejor que la sangre de Abel.
(Hebreos 13:12) Por eso, Jesús también sufrió fuera de la puerta de la ciudad
para santificar al pueblo con su propia sangre.
(Efesios 2:13) Pero ahora, en unión con Cristo Jesús,
ustedes, que en un tiempo estaban lejos,
han llegado a estar cerca por la sangre del Cristo.
LA sangre es el pacto dice aqui
(Hebreos 13:20) Que el Dios de la paz,
que con la sangre de un pacto eterno
levantó de entre los muertos al gran pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesús,
(Juan 6:53) Así que Jesús les dijo:
“De verdad les aseguro que,
si no comen la carne del Hijo del Hombre
y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes mismos.