Que complejo es el ser humano.
Según la historia, y unos años después de morir Jesús, y bajo los césares de Roma, muchas personas que no habían conocido a Jesús, y por creer en él, fueron martirizadas (incluso con sus hijos).
El cristianismo se asienta en la sangre de sus mártires.
Que contraste, si comparamos a estos cristianos con aquellas personas que sí conocieron a Jesús. Que oyeron sus palabras. Que fueron alimentados. Que vieron sus milagros. Que vieron sus resurrecciones. Que, incluso, fueron resucitados.
El calificar a éstos de inteligentes, es calificar a los otros de irresponsables.
Los opositores de Jesús no tenían las vivencias que tenían sus seguidores.