Si bien es cierto que se citan algunos pasajes que pueden indentificarse como Bíblicos, y que hay también en el Libro de Mormón un par de citas a libros que probablemente harían parte de la Biblia si no se hubiesen perdido, en realidad, las cosas contenidas en el Libro de Mormón son muy, pero muy diferentes de lo que parece te habías imaginado.
Según los propios alegatos del Libro de Mormón, el mismo fue escrito por profetas distintos a los que figuran en la Biblia, los que pese a pertenecer a una rama de la casa de Israel, escribieron sus profecías y textos sagrados sobre este otro lado del mundo; vale decir, en las Américas.
El Libro de Mormón no es la Biblia. Ni tampoco aquellos libros que se perdieron y que podrían haber pertenecido a la Biblia.
Es un juego de escrituras separado.
Pero, que fue escrito a la manera de los textos Bíblicos, en calidad de escritura santa de una rama desgajada de la casa de Israel. Y que discursa sobre el trato de Dios con ese pueblo, conteniendo en sus páginas el evangelio según les fue manifestado a ellos y el testimonio de sus profetas sobre Jesucristo, quien también, según el relato, se les presentó a esta gente después de su resurrección en Jerusalén.