Hay una gran diferencia, estimado Kimo.
Yo se que Peter Pan es un libro de fantasías, mientras que tú piensas que los mitos de la era del bronce son realidad.
eso piensas tu
son fantasias tuyas que no tienen apoyo en nada
lo que yo creo tiene apoyo en un libro profetico
que se ha cumplido en el pasado y se cunplira en el futuro
lo que tienes que hacer es respetar las creencias de los demas
y no minimizar a las personas
porque no puedes respaldar tus creencias
gracias doonga
Mentir está muy mal.
Y tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me nacerá el que debe gobernar a Israel: sus orígenes se remontan al pasado, a un tiempo inmemorial.
Miqueas 5:2
Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel.
Mateo 2:6
Y el tal jesús no gobernó jamás nada de nada, por eso Mateo lo cambió a su rollo, bueno Mateo tampoco la multitud de escribientes anónimos.
Menudo guía ... les metió una caminata de mas de 2.000 Km cuando con 600 había llegado. Claro que es que Moisés no sabía que la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta.
Pero bueno cansarse no se cansarían mucho porque tardó 40 años en hacerlos con lo cual nos sale un recorrido diario de 200 mts jajajajajajaa
Un dato que puede resultar interesante es que únicamente en el año 334 el Papa Julio I dictaminó que Jesús había nacido el 25 de diciembre. No era, como podría creerse, una fecha escogida al azar por cuanto dicha fecha coincidía con las festividades que se realizaban en muchos pueblos durante el solsticio de invierno: las ceremonias vikingas en honor de Odín, las Saturnalias romanas, el nacimiento del dios Indoiraní Mitra, etc. De ahí que el nacimiento de Jesús El Cristo haya sido fácilmente asimilado al retorno del sol, al regreso de la luz.
Al rito pagano del nacimiento del sol y su transformación en el nacimiento de Jesús se le fueron incorporando muchos elementos externos y propios de otras culturas, tal el caso del árbol al que muchos pueblos le rendían culto por considerarlo sagrado por distintos motivos, “el más común, desde Grecia hasta Noruega era el roble, pero con el devenir del cristianismo se cambió al inconmovible roble por el abeto pues, según los misioneros, la forma triangular de la enramada correspondía al Padre, el Hijo y el Espíritu santo. Este tres mágico caló muy bien en todas partes ya que era un numero venerado por muchos pueblos miles de años antes de la “venida” de Jesús, y de esta manera bastante singular se impuso el abeto y con el correr de los siglos el pino”.
Igual análisis podemos hacer de Papá Noel, los Reyes Magos, los animales que “rodearon” a Jesús en su nacimiento en una cueva –hecho que solo se encuentra en los Evangelios Apócrifos- y que responden, como hemos dicho, a formas de educación primitivas que obedecieron a ciertos momentos de la historia humana, enmarcados por un deseo vehemente de simbolizar sus esperanzas, deseos, frustraciones y anhelos.