El puzzle imposible

Desde que era joven siempre he tenido claro que para conquistar a una mujer hay que contar con el aprecio de su madre. Es engorroso, lo reconozco, pero yo con tal de echar un buen polv…, perdón, no sé en qué estaba pensando, quería decir que por amor soy capaz de todo.

Además ¿Qué gustos puede tener una vieja chocha como ella?..., pues lo clásico supongo: la tele, el cine, chismorrear (eso no lo saqué en la conversación), y cosas así.
Pero no, a la muy cabrona le gustaba hacer puzles. Yo tuve uno de niño, de esos de cubo con seis caras. Solo eran seis piezas con personajes Disney, ya sabéis: Cenicienta, Pinocho, etc. Bueno pues resulta que me trabé con el de los 7 enanitos y me cogí tal cabreo que salió el puzzle volando por la ventana y en vida he vuelto a hacer otro. ¿A ver que le iba a decir?, ya supondréis que lo normal, le dije que era el campeón mundial de hacer puzzles más o menos.

Lo que no sabía yo era el tamaño de los rompecabezas que la gustaban a la arpía aquella. Eran de 5.000 piezas los menores. Y luego los enmarcaba y los colgaba como cuadros. Así que me dijo que le enseñara alguno mío. Jopé,¿ y que leches le enseño yo ahora? .
Me costó una pasta, pero pagué para que me lo hicieran y lo enmarcaran. 8.000 piezas. La bruja esa iba a flipar... Y si que flipó.

- ¡¡¡Que maravilla!!!, eres mucho mejor que yo sin duda. Sin duda podrás ayudarme con uno que me acabo de comprar. Es de 40.000 piezas, y lo quiero presentar a un concurso. ¿Verdad que harás eso por mí?, para ti será como cocer y cantar.

Me había metido en un lío, lo reconozco, pero yo con tal de echar un buen polv…, perdón, no sé en qué estaba pensando, quería decir que por amor soy capaz de todo. Al fin y al cabo todo es buscar la mejor solución para el peor problema.

- Buenas, es el asilo "Mejor imposible", si verdad, es que estaba pensando si os ofertar actividades lúdicas totalmente gratis.

Unos cuantos días me pasé yendo por allí, sobre todo para ver como avanzaba la obra. Pues nada, no había forma de que encajara una pieza con otra.
Al final busqué la foto del cuadro y la imprimí. Mandé ampliarla tamaño superposter y la pegué sobre cartón. Sobre muchos cartones. Y luego me pasé tres días pintando las separaciones de las piezas sobre una plantilla. Pero por fin lo conseguí.
Diréis que impresioné a la vieja chocha, más resultó ser más lista de lo que yo pensaba:

- Muy bonito si, ¿pero ahora dime jovencito?. ¿Cómo conseguiste acabarlo?. Resulta que te hice una pequeña trampa. Yo me guardé una pieza..

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