Segundo epílogo

[Lucian]

Con el cuerpo todo cansado
de esquivar las balas del día,
me veo entregándome desesperado
a la noche, lejos de la agonía.

Mi insomnio a las tinieblas se integra
algo tranquilo y a la vez aturdido
y Satán, mi compañero se alegra
porque me creía perdido.

Detengamos un momento al amanecer
y demos paso al adormecimiento que nace
de esos gramos en un papel. Todo placer.
Alcohol, tabaco, no dejen que el dolor pase.

Quisiera hacer más grato el momento
y pedirte que te quedes esta noche conmigo.
No importa que no entiendas lo que siento.
No importa que me creas un mendigo.

Pero si acaso llegás a mirarme con humor,
puta de tristes y sucios cinco pesos,
sólo vas a lograr atizar más mi rencor.
Puedo estar solo. No necesito tus besos.



Esto fue escrito hace ya dos meses. Como ven en el título
es el epílogo de la "obra" que armé, la primera.
Ya hace tiempo que quiero que todo lo que voy
escribiendo, sea leído.