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Ver la Versión Completa : Se nos murió de camino



Nietzscheano
13-oct.-2017, 10:28
Una vez estuve de viaje en uno de tantos pueblos cafetaleros de los que hay aquí, no del todo montañosos pero tampoco ubicados completamente en la llanura, pueblos laderosos que a base de fuerza de brazos le robaron el bosque a la montaña y se fundaron en lugares lejanos, perdidos podría decirse. Ahí me enamoré: me enamoré del lugar, de las costumbres, de sus gentes y de la hija del terrateniente, del retoño del patrón. Y ella, por un corto tiempo también lo estuvo de mi. O eso me gusta pensar porque el día que San Pedro llamó a este laborioso caficultor el diablo quiso que mi novia me mandara a freir churros. Fue algo así como "muerto el Rey, viva el Rey" porque resulta que el susodicho y agobiado padre de la niña me agarró un cariño que nunca pensé que pudiera yo despertar en alguien más y menos en un viejo de esos toscos del campo. Cuando lo conocí al señor éste, ya llevaba cierto tiempo luchando contra el cáncer y después de eso estuvo enfermo cerca de un año más hasta que falleció; yo supongo que la chica al ver el nada despreciable bien que le hacía al viejo mi compañía se dijo: "no es nada feo el tipo éste, está joven, es gracioso y simpático y es notable el bien que la hace al viejo su compañía... ¡Qué diablos! Véngase pa' cá". Y así, mis viajes al campo eran pura felicidad hasta el día en que murió mi bien ponderado ex-suegro. Ese día mi no tan bien ponderada ex-novia no me dirigió la palabra en toda la tarde, durante la noche la busqué hasta por los más recónditos lugares del viejo caserón y no la encontré hasta la madrugada cuando ya eran pocos los que quedábamos en el velatorio: estaba durmiendo campantemente y a pierna suelta y tendida la muy sinvergüenza mientras yo, su novio, el hijo que su padre nunca tuvo, se moría de frío y de soledad en aquellos apartados cafetales y su padre yacía, también frío, en un torneado cajón de madera de roble. El día siguiente antes de partir hacia el cementerio recordó que tenía novio, vino hacia mi como a eso de las 8 de la mañana, no me saludó y sin verme a los ojos balbuceó algo que nunca puedo recordar con exactitud pero que básicamente era "no somos más nada, no me llame más y no me busque". En fin la vida no se detiene, y la muerte tampoco, y de ahí nos fuimos todos al cementerio a realizar los solemnes actos sepulcrales: unos con sombrillas para protegerse del sol, otros tostándose del calor, todos con dolor y yo sin novia.

El viejo contaba la siguiente historia entre grandes carcajadas y risotadas muy a sabiendas del disgusto que le causaba a su señora esposa siempre que lo hacía: resulta que en las cogidas (época de recolección de café) de sepa cuál año del Señor el Loco Peralta (sólo por ponerle un nombre) se nos enfermó y como pasaban los días y no se recuperaba y no le bajaba la calentura (fiebre) decidimos llevárnoslo a San Vito (cabecera de cantón como a 40 kilómetros) para que lo atendiera un doctor. De camino nos íbamos montando una borrachera del demonio que ustedes no tienen idea, todos borrachos dele que dele al guaro'e caña (licor de contrabando hecho a base de caña de azúcar) y el enfermo ahí en la carreta convaleciente. La cuestión es que a mitá de camino se nos va muriendo el hijueputa Peralta y nosotros: "¿ahora qué hacemos?". Se nos ocurrió que el muerto se nos podía poner malo y decidimos hacerle un ataúd con unos palos que cortamos y unas tablas que le bajamos a la carreta. La cuestión es que este hijueputa era largo como el verano y no nos cupo en la caja e'muerto que le'icimos entonces [y aquí comenzaba el viejo a reirse sin que hubiera quién pudiera pararlo y la esposa protestaba y bajaba a todos los santos habidos y por haber] nos tocó quebrarle las patas (piernas) al hijueputa para poder meterlo y devolvernos. Y métale al guaro los otros dos días de vuelta al pueblo con el muerto entre la caja. Remataba con estas palabras revestidas de una fingida solemnidad: "si no hubiéramos ido tomando tantísimo guaro, capaz que llegábamos a tiempo a San Vito y se salvaba el hijueputa ése del Loco Peralta".

Violetta
13-oct.-2017, 11:39
Me encantó, me atrapó desde el principio. No me gusto la última decisión de la novia y me reí con el muertito jajaja

Dale, dale.

Nietzscheano
13-oct.-2017, 11:49
Me encantó, me atrapó desde el principio. No me gusto la última decisión de la novia y me reí con el muertito jajaja

Dale, dale.

Gracias Viola. No le había puesto las cursivas a algunas palabras y frases para que se entienda mejor el sentido y la tonalidad. Ya está. Yo me reí también grandemente con el muerto ése, con el hijueputa ése :D :D :D

Violetta
13-oct.-2017, 11:51
Gracias Viola. No le había puesto las cursivas a algunas palabras y frases para que se entienda mejor el sentido y la tonalidad. Ya está. Yo me reí también grandemente con el muerto ése, con el hijueputa ése :D :D :D

Si es tuyo hay que firmarlo.

Nietzscheano
13-oct.-2017, 11:57
Si es tuyo hay que firmarlo.

Es mío sí ¿dudabas de eso? jaja. Es que está tan bien escrito que hasta parece de Asturias o de Rulfo. :D :D :D

Ahorita lo borro para que no me lo roben.

Violetta
13-oct.-2017, 12:01
Es mío sí ¿dudabas de eso? jaja. Es que está tan bien escrito que hasta parece de Asturias o de Rulfo. :D :D :D

Ahorita lo borro para que no me lo roben.

No lo borres!!!!!! Ta bueno.

Deberías continuar la historia.

Juan Antonio Hinojosa
13-oct.-2017, 16:33
EG1yN9Hw64w


Música de fondo

Nietzscheano
13-oct.-2017, 16:43
EG1yN9Hw64w


Música de fondo

Calza a la perfección el tema musical. :thumbup::thumbup:

Gracias por la visita y por tomarte el tiempo para la lectura.

Violetta
16-oct.-2017, 09:44
EG1yN9Hw64w


Música de fondo

Jajajaja oye, pero con eso dan ganas de bailar, más risa nos dará el cadáver patas largas.

Biby
22-oct.-2017, 20:45
Linda sorpresa, un relato ameno, con gracia y muy evocador..

Felicidades..

Me ha gustado..

Besines literarios.. Smack...!!