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Violetta
26-ago.-2015, 14:36
Samuel Ullman nació en Alemania en 1840. De origen judío, su familia emigró a los Estados Unidos en 1851 escapando de la discriminación que prevalecía en su país. Se establecieron en el estado de Mississippi.

En su juventud luchó en la Guerra Civil del lado confederado resultando herido, a consecuencia de lo cual perdió un oído y se lesionó el otro al punto de quedar definitivamente sordo años más tarde.

Terminada la guerra contrajo matrimonio con la hija de un acaudalado comerciante con la cual procreó seis hijos. Aunque con el correr de los años alcanzó una posición reconocida en la sociedad de su ciudad, llegando a sobresalir por su lucha en bien de las igualdades educativas para los ciudadanos sin distinción de raza, sus ideas no cayeron bien entre muchos de sus conciudadanos sureños que abrazaban ideas racistas.

Cuando la sordera le obligó a retirarse de los negocios, dedicó el resto de su vida a su segundo amor: la poesía.

Pasando de los setenta escribió un poema ("Juventud") que nunca imaginó que llegaría a ser tan difundido como lo fue luego de la 2da. Guerra Mundial.

Al final de aquella conflagración el General Douglas MacArthur fue nombrado Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en el Japón. Entre otros cometidos, su desafío era el de reconstruir una nación devastada por la guerra y herida casi mortalmente en su orgullo por las hecatombes de Hiroshima y Nagasaki. El poderío las aquellas dos bombas atómicas había causado mayor daño que el de las 350 000 víctimas resultantes del bombardeo y el causado por los efectos posteriores de la radiación. Había destruido la autoestima del pueblo japonés.

En medio de tan suprema misión, el General MacArthur hizo del poema de Samuel Ullman un lema de vida. Colgó el poema en su oficina y lo citaba a menudo en sus discursos.

De alguna manera insospechada las palabras del poema prendieron en el corazón del pueblo japonés, infundando en su corazón nuevas fuerzas para sobrevivir a la agonía de la derrota y volver sus ojos hacia un futuro promisorio. Le proveyó de la energía necesaria para reconstruir la nación y sus vidas.

En 1993, con fondos aportados tanto por sociedades civiles americanas como japonesas, se creó en Museo Samuel Ullman en la mansión que había sido su hogar en Birmingham, Alabama.

Su poema tiene un carácter intemporal. Encierra uno de los mayores secretos de la vida: que nos son los años los que aportan la energía que la mueve, sino la actitud y perspectiva con que se la vive. En el ejercicio del diario vivir bueno sería incorporar la rutina de releer el poema y analizar en qué medida sigue teniendo vigencia en el corazón de cada uno de nosotros.

Juventud.

La Juventud no es un período de la vida, es un estado del espíritu,
no es una cuestión de mejillas sonrosadas, labios rojos o rodillas ágiles;
es una cuestión de la voluntad, una cualidad de la imaginación,
una intensidad emotiva,
es el frescor de las fuentes más profundas de la vida.

La juventud es una victoria de la audacia sobre la timidez,
del afán de aventura sobre el gusto por la comodidad.
Existe más a menudo en el hombre de sesenta que en el muchacho de veinte.
No se envejece por cumplir años.
Se envejece únicamente cuando se abandona el propio ideal.

Los años arrugan la piel,
pero abandonar el entusiasmo arruga el espíritu.
Las preocupaciones, la pérdida de la autoconfianza, el temor y la desesperación…
Éstos son los enemigos que hacen doblar la cabeza hacia la tierra
y llevan el espíritu hacia el polvo.

Ser joven es conservar a los sesenta o setenta años
un corazón valiente y el deseo de sorprenderse…
El maravilloso éxtasis por las estrellas y por las cosas estrelladas…
El valor ante los desafíos…
La afición a las cosas y a meditarlas,
la intrepidez ante los acontecimientos,
el deseo del niño hacia todo lo nuevo,
la alegría por el juego de vivir.

Eres tan joven como lo es tu propia confianza,
tan viejo como tus dudas,
tan. joven como la confianza en ti mismo,
y tan viejo como tus temores;
tan joven como tu esperanza,
tan viejo como tu desesperanza.

Seguirás siendo joven mientras tu corazón
sea capaz de interpretar los mensajes de belleza,
de valor, de entusiasmo, de grandeza
y de fuerzas que te envían la tierra, los hombres o el infinito…

Cuando las fibras de tu corazón estén rotas
y su fondo esté cubierto por las nieves del pesimismo o heladas por el cinismo,
entonces… serás viejo,
y que Dios tenga piedad de tu alma.

http://www.vidafelizahora.net/images/samuel_ullman.jpg

Samuel Ullman.


Hermoso, verdad? :001_smile: