Nietzscheano
17-sep.-2014, 17:29
Cuenta la historia que hace 467 años un hombre cometió el tercer gran error de su vida: desperdiciar los días que le quedaban buscando un tesoro que sólo habitaba en la mente de algunos necios aborígenes de las tribus mayas que moraban en las proximidades de La Pirámide de la Danta en los territorios que hoy son el límite entre las actuales Guatemala y México.
Según decían los viejos mayas, el1 camino hacia el corazón de una mujer se lograba hallando un tesoro llamado "Guía práctica para dejar rezumar las palabras que el orgullo ha empantanado." que se encontraba oculto entre tres pilares conocidos como: "El de la Espera Sempiterna", "El de la Comprensión de lo Incomprensible" y "El de la Pasión Absoluta".
Los necios mayas buscaban insistentemente este tesoro muy a pesar de todo lo que la vida les podía brindar sin abocarse a su búsqueda. Nuestro hombre, habiendo cometido ya el primer error que fue afrentar más por omisión que por error a su amada, quiso subsanarlo yendo en busca del tesoro de la "Guía práctica para dejar rezumar las palabras que el orgullo ha empantanado." y no hizo otra cosa que incurrir inevitablemente en su segundo gran error: no reconocer la metáfora sobre Los Pilares en donde se encontraba escondido el tesoro.
No se sabe cuándo vivió nuestro hombre a partir del año 1547 de nuestra era buscando este tesoro, lo que se sabe es que pereció tratando de hallarlo sin saber que lo tenía más cerca de lo que pensaba y sin saber que ese tesoro era espiritual y no material.
Según decían los viejos mayas, el1 camino hacia el corazón de una mujer se lograba hallando un tesoro llamado "Guía práctica para dejar rezumar las palabras que el orgullo ha empantanado." que se encontraba oculto entre tres pilares conocidos como: "El de la Espera Sempiterna", "El de la Comprensión de lo Incomprensible" y "El de la Pasión Absoluta".
Los necios mayas buscaban insistentemente este tesoro muy a pesar de todo lo que la vida les podía brindar sin abocarse a su búsqueda. Nuestro hombre, habiendo cometido ya el primer error que fue afrentar más por omisión que por error a su amada, quiso subsanarlo yendo en busca del tesoro de la "Guía práctica para dejar rezumar las palabras que el orgullo ha empantanado." y no hizo otra cosa que incurrir inevitablemente en su segundo gran error: no reconocer la metáfora sobre Los Pilares en donde se encontraba escondido el tesoro.
No se sabe cuándo vivió nuestro hombre a partir del año 1547 de nuestra era buscando este tesoro, lo que se sabe es que pereció tratando de hallarlo sin saber que lo tenía más cerca de lo que pensaba y sin saber que ese tesoro era espiritual y no material.