Violetta
21-ago.-2014, 10:39
Los jefes tóxicos
Rosaura Barahona
Un lector me recomendó un libro que yo deseo recomendar a ustedes. Se llama: “Neomanagement: jefes tóxicos y sus víctimas”. Está editado por Aguilar y el autor es Iñaki Piñuel, un español especializado en un fenómeno llamado mobbing, o sea, el acoso psicológico en el trabajo. No es muy reciente, pero sigue siendo muy válido.
El libro es ligero y fácil de leer porque está bien escrito, pero lo que dice no es superficial. Retrata a esos jefes que abundan ahora y que desean controlarlo todo. Ésos que consideran inútil e ineficiente a quienes no trabajan 18 horas diarias, 7 días a la semana. Mucha gente se descubre en el libro porque si bien describe a los jefes tóxicos, también a sus víctimas, voluntarias o no.
El libro explica por qué los jefes tóxicos se creen mejores cuando lo controlan todo y cómo seleccionan a sus víctimas. Mujeres con necesidad de trabajo, jóvenes desempleados, minusválidos, adultos que empiezan a mostrar signos de la edad. Todos ellos necesitan el trabajo y lo cuidan porque no les sería fácil conseguir otro. Y entonces muchos los explotan: les pagan menos, abusan de su tiempo y les cargan la mano.
Los jefes tóxicos son workaholics o adictos al trabajo (el término ya castellanizado se usa en la literatura de este campo), porque carecen de una vida personal sana y le sacan la vuelta a enfrentar lo que les espera en casa.
Sus hijos sufren lo que se llama el síndrome de orfandad. Es decir, son huérfanos sin serlo en realidad porque su padre vive, pero cuando él se levanta, los niños ya se fueron al colegio y cuando el padre regresa, ya se durmieron. Los domingos, el papá quiere dormir o ver la tele sin ser molestado. ¿Cuándo habla, juega o convive con ellos? ¡Rara vez! Y menos ahora que todo el mundo convive con la pantallita manual.
Sus esposas son viudas del trabajo y la vida privada marital, como la familiar, casi no existe o se deteriora día a día. Los jefes tóxicos presumen de su celular abierto 24 horas al día, 7 días a la semana, 12 meses al año. Como si fuera un mérito, cuando es una tristeza.
El tema es mucho más serio de lo que parece. Por eso le recomiendo leer este libro de horror. Horror de los límites que ha rebasado la economía salvaje cuyo objetivo es enriquecer a todos, pero enriquece sólo a unos cuantos de forma ignominiosa porque es a costa de la vida personal de los demás.
Horror de los victimarios y horror de las víctimas. Lea el libro y ojalá no se reconozca en ninguna parte de él.
http://www.librosalcana.com/607057.jpg
Rosaura Barahona
Un lector me recomendó un libro que yo deseo recomendar a ustedes. Se llama: “Neomanagement: jefes tóxicos y sus víctimas”. Está editado por Aguilar y el autor es Iñaki Piñuel, un español especializado en un fenómeno llamado mobbing, o sea, el acoso psicológico en el trabajo. No es muy reciente, pero sigue siendo muy válido.
El libro es ligero y fácil de leer porque está bien escrito, pero lo que dice no es superficial. Retrata a esos jefes que abundan ahora y que desean controlarlo todo. Ésos que consideran inútil e ineficiente a quienes no trabajan 18 horas diarias, 7 días a la semana. Mucha gente se descubre en el libro porque si bien describe a los jefes tóxicos, también a sus víctimas, voluntarias o no.
El libro explica por qué los jefes tóxicos se creen mejores cuando lo controlan todo y cómo seleccionan a sus víctimas. Mujeres con necesidad de trabajo, jóvenes desempleados, minusválidos, adultos que empiezan a mostrar signos de la edad. Todos ellos necesitan el trabajo y lo cuidan porque no les sería fácil conseguir otro. Y entonces muchos los explotan: les pagan menos, abusan de su tiempo y les cargan la mano.
Los jefes tóxicos son workaholics o adictos al trabajo (el término ya castellanizado se usa en la literatura de este campo), porque carecen de una vida personal sana y le sacan la vuelta a enfrentar lo que les espera en casa.
Sus hijos sufren lo que se llama el síndrome de orfandad. Es decir, son huérfanos sin serlo en realidad porque su padre vive, pero cuando él se levanta, los niños ya se fueron al colegio y cuando el padre regresa, ya se durmieron. Los domingos, el papá quiere dormir o ver la tele sin ser molestado. ¿Cuándo habla, juega o convive con ellos? ¡Rara vez! Y menos ahora que todo el mundo convive con la pantallita manual.
Sus esposas son viudas del trabajo y la vida privada marital, como la familiar, casi no existe o se deteriora día a día. Los jefes tóxicos presumen de su celular abierto 24 horas al día, 7 días a la semana, 12 meses al año. Como si fuera un mérito, cuando es una tristeza.
El tema es mucho más serio de lo que parece. Por eso le recomiendo leer este libro de horror. Horror de los límites que ha rebasado la economía salvaje cuyo objetivo es enriquecer a todos, pero enriquece sólo a unos cuantos de forma ignominiosa porque es a costa de la vida personal de los demás.
Horror de los victimarios y horror de las víctimas. Lea el libro y ojalá no se reconozca en ninguna parte de él.
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