parzival
02-ago.-2013, 21:10
Sirva este fragmento de Cortázar como introducción:
"Así andaban, Punch and Judy, atrayéndose y rechazándose como hace falta si no se quiere que el amor termine en cromo o en romanza sin palabras".
Duerme profundamente esta noche
Mientras esa avidez de ti subsiste
En mi piel, en mis hojas y en mis deseos.
Deja que fume el cigarrillo y los
Momentos compartidos y que
La lluvia moje estas horas de extravío.
La mañana vendrá, puntual como siempre
Y alejará sin remedio a tus besos,
Entonces pensaré en llevar en mi bolsillo,
De contrabando, cada caricia y cada
Mirada, acaso algún roce proscrito
Que le robé a tu falda ajustada.
Comenzaré a diluirme en tu recuerdo,
En esas horas amargas de la tarde,
Caminaré entre charcos y soledades
Salpicando a las calles de ti y no sabré
Distinguir mis deseos de mis miedos,
Pensando en ese cielo concebido en tu piel.
Es la evocación de esos ratos míos
Sobre tu pecho el que subyuga y avasalla
Sin remordimiento y sin piedad estos
Momentos de infinita soledad
Que transcurro entre callejuelas
Y sombras vestidas de piel.
¿Acaso no corre el blanco de tus alas
Por mi pensamiento, en esas horas
Donde el crepúsculo se desvanece
Por entre las cortinas y la imaginación?
Es agonía la distancia y el tiempo
En que sobrevivo abrazado a tu recuerdo.
Vendrá la noche, oscura y misteriosa
A renovar nuestros delirios, y de
Tu blanca piel surgirán mis clamores
Avivando tu húmedo deseo de mí
Y yo penetraré en tu cuerpo
Y en tus secretos, gozoso, amoroso.
Y vuelve el ciclo eterno de este amor extraño,
La mañana de olvido y alejamiento,
La tarde ambarina de
Añoranzas y necesidades
Y la noche que nos sirve
Para refugiar nuestro amor infrecuente.
Parzival
"Así andaban, Punch and Judy, atrayéndose y rechazándose como hace falta si no se quiere que el amor termine en cromo o en romanza sin palabras".
Duerme profundamente esta noche
Mientras esa avidez de ti subsiste
En mi piel, en mis hojas y en mis deseos.
Deja que fume el cigarrillo y los
Momentos compartidos y que
La lluvia moje estas horas de extravío.
La mañana vendrá, puntual como siempre
Y alejará sin remedio a tus besos,
Entonces pensaré en llevar en mi bolsillo,
De contrabando, cada caricia y cada
Mirada, acaso algún roce proscrito
Que le robé a tu falda ajustada.
Comenzaré a diluirme en tu recuerdo,
En esas horas amargas de la tarde,
Caminaré entre charcos y soledades
Salpicando a las calles de ti y no sabré
Distinguir mis deseos de mis miedos,
Pensando en ese cielo concebido en tu piel.
Es la evocación de esos ratos míos
Sobre tu pecho el que subyuga y avasalla
Sin remordimiento y sin piedad estos
Momentos de infinita soledad
Que transcurro entre callejuelas
Y sombras vestidas de piel.
¿Acaso no corre el blanco de tus alas
Por mi pensamiento, en esas horas
Donde el crepúsculo se desvanece
Por entre las cortinas y la imaginación?
Es agonía la distancia y el tiempo
En que sobrevivo abrazado a tu recuerdo.
Vendrá la noche, oscura y misteriosa
A renovar nuestros delirios, y de
Tu blanca piel surgirán mis clamores
Avivando tu húmedo deseo de mí
Y yo penetraré en tu cuerpo
Y en tus secretos, gozoso, amoroso.
Y vuelve el ciclo eterno de este amor extraño,
La mañana de olvido y alejamiento,
La tarde ambarina de
Añoranzas y necesidades
Y la noche que nos sirve
Para refugiar nuestro amor infrecuente.
Parzival