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Rusko
06-may.-2012, 15:12
Hoy he leído en el periódico La Razón, un reportaje sobre exorcismos que me ha parecido interesante:

http://www.larazon.es/noticia/1416-el-exorcitas-cara-a-cara-con-el-demonio


El Exorcistas. cara a cara con el demonio

Una de cada tres diócesis españolas tiene un exorcista oficial, pero ellos querrían que hubiese más. Su función, dicen, es ayudar a las personas que sufren por la actividad demoniaca

Era una oración por los enfermos después de una misa, en la periferia de Barcelona. Unas 30 personas iban en fila hacia el altar y mosén Joaquín rezaba por cada uno, con el gesto de imponer las manos a cada persona.

Aquella chica, de unos veinte años, un poco gordita, se dobló de forma completamente antinatural en cuanto el sacerdote empezó a rezar sobre ella: su espalda se paralizó en un arco casi perfecto, su cabeza, echada hacia atrás, tocaba el suelo con el pelo largo. Se mantenía así, apoyada sólo en los pies, de una forma imposible, fija, rígida. Mosén Joaquín apartó la mano, pidió agua bendita y la aspergió sobre aquella contorsionista congelada como un puente humano.

La chica cayó de espaldas, pero pareció rebotar como si tuviese un muelle invisible en los omóplatos. Desde el suelo daba botes enormes, incomprensibles, impulsada sólo con la espalda, entre aullidos que espantaban a todos los presentes, incluyendo a este periodista.

El padre Joaquín no se inmutó. Formado como exorcista en Colombia, con el obispo Augusto Uribe Jaramillo, tenía permiso del cardenal de Barcelona para ejercer. No dejó que nadie tocara a la chica, le arrojó más agua, rezó sobre ella, y de repente la muchacha se quedó tumbada, tranquila, como dormida. Al acabar la oración, el sacerdote, la joven y su familia se quedaron un rato en la sacristía. Al parecer, ella se había involucrado en alguna práctica de magia o brujería, abriendo sin querer la puerta a la actividad demoniaca.

«No existe la magia buena», explica el padre Salvador Hernández Ramón, exorcista oficial de la diócesis de Cartagena-Murcia. «O es estafa, o es magia negra e implica la actuación de demonios. El brujo es alguien que ha pactado con demonios, buscando poder, pero al final el demonio siempre acaba dominando y dañando al brujo. Algunos magos, cuando ven que ya les va mal, vienen a mí, me piden ayuda, y su liberación requiere muchos años de exorcismos y una conversión y cambio de vida».

El padre Salvador habla largo y tendido en el reciente libro del periodista José María Zavala «Así se vence al demonio» (LibrosLibres). Lo hace por la misma razón que su maestro, el exorcista oficial de la diócesis de Roma, el padre Gabriel Amorth, que en 1990 publicó su libro «Habla un exorcista»: para evangelizar, ayudar a la gente oprimida por el Maligno, prevenir contra las prácticas de riesgo (brujería, «new age», adivinación, amuletos...) y animar a una vida de sacramentos y cercanía con Dios.

Porque la persona acosada por demonios sufre. Hay muchos grados: desde la leve «obsesión demoniaca» hasta la auténtica y poco frecuente posesión. Muy a menudo el «paciente» siente que él no controla su vida, experimenta fenómenos extraños, una gran tristeza, tentaciones de suicidio, odio y deseos de dañar a los demás. Otros sufren enfermedades y dolores inexplicables. La salud y la personalidad cambian sin explicación aparente.

Escuela de exorcistas
Desde que el padre Amorth publicó su libro, el número de diócesis con exorcistas ha aumentado en todo Occidente. También se han creado asociaciones internacionales de exorcistas y se celebran encuentros de formación. Por ejemplo, el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum de Roma ya ha celebrado siete congresos de formación teórica con asistentes de todo el mundo. El último tuvo lugar del 16 al 21 de abril. En ellos se da formación en demonología, pero también una base en psicología, en leyes, sectas, adicciones y drogas. No todos los que acuden al exorcista necesitan un exorcismo, pero todos necesitan ayuda de algún tipo.

«Yo tomé uno de esos cursos del Regina Apostolorum. Está bien por la teoría, pero nada iguala la práctica con un exorcista veterano», nos cuenta el padre Salvador, que pasó un año en Roma como ayudante de Amorth.

La Iglesia distingue entre la oración de liberación o protección y el exorcismo. La oración es algo que puede hacer cualquier fiel, pidiendo a Dios esa protección frente al demonio, o pidiendo a Dios que libere a una persona oprimida por la actividad demoniaca. El exorcismo, en cambio, es un ritual establecido con el que el exorcista, un sacerdote designado para ello por el obispo, se dirige directamente a un demonio y le ordena, por la autoridad de Cristo, que se vaya, que deje de actuar. En la oración se habla con Dios; en el exorcismo, se le dan órdenes al demonio. «Amorth y yo vemos que el ritual de 1614, del Papa Pablo V, es más eficaz que el moderno, que diseñaron liturgistas sin contar con exorcistas», explica el padre Salvador. «No sé si el latín afecta o no, pero lo que está claro es que el ritual antiguo tiene más mandatos, más órdenes de expulsión, es más contundente en su lenguaje y hemos comprobado que es más eficaz».

Porque con los demonios, que hablan a través de los endemoniados, no se dialoga: se los expulsa. «Algunos exorcistas han preguntado a demonios sobre dudas de teología o de historia, pero eso es una pérdida de tiempo, porque mienten. Jesús no hablaba con los demonios, sólo los echaba fuera», explica el sacerdote murciano.

Además de las oraciones y los mandatos del ritual, el exorcista utiliza los sacramentales, signos del poder de Dios bendecidos por la Iglesia. Dentro de la estola morada alrededor de su cuello, bajo las cruces que hace besar a los endemoniados, ha cosido unas pequeñas reliquias de Juan Pablo II. «Los demonios odian al beato Juan Pablo II porque es un gran santo», nos explica. La cruz de San Benito que lleva en su mano la han roto ya varias veces sus «pacientes», pero siempre la repara. Suele emplear grandes cantidades de agua exorcizada con una oración especial. El exorcista además reviste sus hombros con el amito, una prenda blanca con una función protectora.

Cualquier persona puede protegerse frente al demonio confesando sus pecados a un sacerdote («el sacramento de la confesión es tan potente como un exorcismo, y a veces más»), comulgando en misa, rezando el Rosario, meditando la Palabra de Dios, con oración regular, etc.
Todo eso genera rabia y dolor en el demonio, aseguran los exorcistas. Se trata de que el espíritu maligno se sienta tan incómodo, hasta vapuleado, que tenga que marcharse. «Una vez lograda la liberación, que puede llegar en unas semanas o después de varios años de exorcismo y vida piadosa, es importante no recaer en una vida de pecado, no abandonar la confesión y la comunión, porque he visto varios casos en los que la actividad demoniaca vuelve por falta de constancia en la nueva vida cristiana», advierte el exorcista de Murcia. Como el padre Salvador ha sido capellán en la cárcel durante muchos años y ha fundado una asociación para rehabilitar drogadictos, tiene una autoridad especial cuando añade: «Los que dejan los sacramentos y la vida cristiana, recaen igual que los toxicómanos».

En España todo el mundo tiene a mano una parroquia para ir a misa y confesarse, la «dieta» que protege del Maligno. Pero no todos tienen a mano un exorcista: sólo un tercio de las diócesis españolas han designado uno.

Hay obispos de zonas rurales o semirrurales que prefieren remitir sus casos a las ciudades, a las diócesis de Madrid, Barcelona, Valencia, etc. Pero el exorcismo es un ritual que requiere mucha frecuencia, por lo general semanal, y el padre Salvador ha visto cómo personas que respondían bien al ritual no volvían a él porque vivían lejos. Por eso considera que la escasez de exorcistas es un mal servicio a las personas que sufren estos problemas. Ya en su libro de 1990, el padre Amorth se mostraba firme: «Debería haber un exorcista en cada catedral, y alguno más en los grandes santuarios».

En la piel del diablo
El periodista José María Zabala, con «Así se vence al demonio» (LibrosLibres), le ha perdido el miedo al Maligno. «Antes estas cosas me asustaban mucho, pero al escribir el libro he visto que, con una vida de oración y sacramentos, no hay nada que temer». Zabala ha hablado con Amorth, con el padre Salvador y con el veteranísimo exorcista oficial de Mallorca, Lorenzo Alcina, que lleva «36 años consecutivos expulsando demonios». Además, ha entrevistado a otros tres sacerdotes extranjeros con experiencia exorcística. Pero el libro es especialmente novedoso por contar con testimonios directos de los afectados, los poseídos o víctimas de maleficios, casi siempre gente que estaba alejada de la fe. Así, conocemos a Diego, un niño de 11 años que levitaba sobre la camilla durante los exorcismos, según su padre. O a Yolanda, José Miguel y Antonio, que se «infectaron» practicando espiritismo. Pero quizá el caso más impactante, es el de Ricardo, un niño de 20 meses a quien una entidad invisible mantenía suspendido en el aire. «Yo vi la película “El Exorcista” pero aquello era más espeluznante», contó su madre, Elena, de 36 años, al periodista hace cuatro meses. El padre Salvador liberó al niño.

Rusko
06-may.-2012, 15:22
… y me acordé de un reportaje hace ya varios años sobre un exorcista realizado por un periodista excura (o sea, contrario a jerarquías, dogmas y demás creencias católicas), que casi literalmente se cagó de miedo. Lo he buscado en google, y aquí está, narrado por él mismo (como la crónica es más larga que el primer mensaje que he puesto, lo divido en partes):

http://www.elmundo.es/cronica/2002/362/1032768022.html


El exorcismo que yo viví en Madrid

JOSÉ MANUEL VIDAL


-«Hic est dies» (éste es el día), dice el exorcista con el crucifijo en la mano.

-No, responde una voz ronca de hombre que sale de la garganta de la posesa, una preciosa chica de 20 años.

-«Exi nunc, Zabulon», (sal ahora, Zabulón), repite el sacerdote.

-No.

-¿Por qué no quieres salir?

-Para servir de testimonio.

-¿De testimonio de qué?

-De que Satanás existe.

Se corta la tensión en el ambiente penumbroso de la capilla.Satán luchando contra Dios. Una batalla a la que asisto atónito y en primera fila por primera vez en mi vida. «Esta debe de ser la razón por la que me invitó a presenciar el exorcismo. El diablo quiere publicidad», pienso en medio del shock. Mi mente gira a toda velocidad. Estamos en el clímax de un ritual que, hasta ahora, no encajaba en mis esquemas. Y eso que en el seminario los curas siguieron alimentando mi miedo infantil al Maligno, siempre dispuesto a tomar posesión de un alma. Después del Concilio Vaticano II, el dogma de la existencia del diablo pasó a ser una «parte vergonzosa de la doctrina» y, como tantos otros católicos, también yo prescindí de ella.

El exorcista, José Antonio Fortea, párroco de Nuestra Señora de Zulema, está exhausto. Y eso que sólo tiene 33 años. Pero lleva ya más de una hora luchando, crucifijo en ristre, contra Satanás. Marta (nombre ficticio de la posesa), en cambio, se encuentra tan fresca como al principio y no deja de rugir, bufar, revolverse y agitar su cuerpo como un resorte. Con una fuerza inusitada para una chica de 20 años, más bien menudita y de rasgos dulces. Son las 12,30 de la mañana de un día cualquiera y llevo hora y media presenciando un exorcismo.

Un par de días antes, recibí en mi móvil una llamada especial. Especial no por ser de un cura (recibo muchas), sino por ser de un exorcista católico (hay un par de ellos en España) que suelen mantenerse muy alejados de los periodistas.Quiere invitarme a presenciar un exorcismo. Me quedé de piedra.Asistir a un exorcismo oficiado por un sacerdote autorizado por el Vaticano es un auténtico caramelo para alguien especializado en información religiosa. Hasta ese momento y a pesar de llevar más de 20 años en la profesión, lo único que había conseguido fue entrevistar al exorcista oficial de Roma, el padre Gabriel Amorth. Ya entonces, al dedicarme su libro había escrito: «A José Manuel, con mi gratitud y con la advertencia de no tener jamás miedo del diablo».

Confieso que por miedo decidí devolverle la llamada al padre Fortea y pedirle que dejase venir conmigo a un compañero de la agencia EFE, también especialista en información religiosa. Aceptó.Nerviosos, el día señalado nos desplazamos en coche hasta la diócesis de Alcalá. Era un día radiante. Llegamos a la parroquia con mucha antelación. Cuestión de prepararse psicológicamente.Por el camino, bromitas y nervios. El exorcista nos había citado en su parroquia, una iglesia moderna, de ladrillo rojo, situada entre pinos. El interior, sencillo y limpio. Con un retablo y una gran cruz en medio. En un lateral, la pila del agua bendita con una inscripción: «El agua bendita aleja la tentación del demonio».

A las 10,30, el exorcista sale del templo y viene a nuestro encuentro.Es alto y delgado. Lleva gafas y una barbita bien recortada.Su aspecto impone. Quizá, por relacionarlo con su profesión de echador de demonios. Embutido en una sotana de un negro inmaculado, su tez blanquecina y su frente despoblada todavía resaltan más.Nos invita a dar un paseo para ponernos en antecedentes del caso.

SIETE DEMONIOS
«No soy ningún showman ni quiero publicidad. Si estáis aquí es porque os necesito para liberar a la chica. Tendréis que ser muy prudentes. No podréis dar pista alguna que permita la identificación ni de la muchacha ni de su madre. Preferiría que tampoco me nombraseis a mí, pero acepto ese sacrificio en aras de una mayor credibilidad.Pero sólo Dios sabe lo que me cuesta y los problemas que me puede acarrear. Y no tengáis miedo. A vosotros no os pasará nada».Insiste en la seriedad del tema. Asegura que en el Antiguo Testamento aparece 18 veces la palabra Satán. Y en el Nuevo Testamento, 35 veces la palabra diablo y 21 la palabra demonio. El propio Jesús hizo muchos exorcismos o lo que los Evangelios llaman «expulsar demonios». Fortea recuerda también que Juan Pablo II ha realizado al menos tres exorcismos reconocidos y advierte que la creencia en el diablo constituye uno de los pocos rasgos comunes a la práctica totalidad de las religiones. «Es el punto ecuménico por excelencia». Aprovecha para hacer un pequeño repaso por las distintas religiones y épocas históricas y las diversas teorías.Sigo mostrándome incrédulo. Me da la sensación de que trata de condicionarnos buscando justificaciones en la Historia.

Para hacerlo aterrizar en lo concreto, le preguntamos detalles del caso. Nos cuenta que se trata de un chica poseída por siete demonios. Que ya expulsó a seis, pero que el último se resiste.«Se llama Zabulón, es un diablo casi mudo pero muy inteligente.Su nombre ya sale en la Biblia. Siempre queda el jefe para el final. Llevo ya 16 sesiones y todavía no he conseguido expulsarlo, cuando en los casos más normales, basta con dos o tres». No quiere dar más detalles de la endemoniada. Sólo dice que vendrá acompañada por su madre, «que es una santa», y que la posesión se debió a un hechizo que le hizo una compañera de instituto, a los 16 años. «En una de las primeras sesiones le pregunté cómo había entrado y me respondió un nombre que yo no conocía. Su madre me dijo que era una compañera de clase, que había invocado a Satán para hacer un hechizo de muerte contra ella. Y de hecho, primero estuvo gravísima y a punto de morir. Una vez que sanó, comenzaron los fenómenos raros».

Desde entonces, su madre empieza a detectar cosas raras en su hija: muebles que se mueven, objetos que se rompen y, sobre todo, una inquina especial hacia los objetos religiosos, cuando era de misa dominical. Hasta que un día, de noche, oye ruidos extraños, se levanta y, cuando abre la puerta de la habitación de su hija, la ve sobre la cama, levitando.

Como no quiere perder a su única hija, comienza a buscar remedios.Habla con el párroco, que la remite a dos famosos psiquiatras.Pero ambos diagnostican que la chica es absolutamente normal.Ninguna explicación científica para los constantes dolores de cabeza que torturan a su hija. Y entonces, María (nombre ficticio de la madre), a sus 60 años, se lanza a la búsqueda de un exorcista.Recorre casi todas las diócesis españolas. Ningún obispo quiere saber nada de su caso. Está ya dispuesta a trasladarse con ella a Italia a ver al padre Amorth, cuando le hablan de un exorcista español que acaba de salir en la tele porque ha publicado un libro, Demoniacum, sobre los exorcismos.

En ese instante vemos llegar un taxi. «Son ellas», dice Fortea.María, la madre, es pequeña, delgada. Su mirada es todo dolor: «Creo en Dios y sé que, tarde o temprano, liberará a mi hija de las garras de Zabulón. Llevo cinco años de calvario. No lo sabe nadie de mi familia. Ni mis hermanos», confiesa. María es viuda y, cada vez que se desplaza desde su casa a la cita con el exorcista (prácticamente, una sesión por semana), tiene que inventarse alguna excusa. «No lo entenderían y no quiero que mi hija quede marcada para siempre».

EL RITUAL
A su lado, Marta sonríe tímidamente. Pequeña, de grandes ojos negros, un poco tristes, tiene la cara picada de una mala adolescencia.Pelo negro, recogido en una coleta. Los labios gruesos y sin pintar, aunque contraídos en una mueca casi de dolor. Lleva unos vaqueros, un niqui azul cielo de manga corta y cuello alto y unos zapatos negros. Es guapa. Sus ojos llaman la atención, pero más que timidez desprenden miedo, mucho miedo. Me parece una chica de lo más normal que, nos cuenta, estudia Matemáticas en la Universidad. «Es imposible que esté poseída», pienso para mis adentros.

El padre Fortea abre la capilla, en los bajos de su parroquia donde dice misa a diario, y vuelve a cerrar con llave por dentro.Es pequeña, acogedora. Dentro, penumbra y silencio absoluto.Fuera, un sol radiante. El exorcista pide ayuda para transportar una colchoneta forrada de plástico verde, grande y pesada, para colocarla al pie del altar. La capilla, rectangular, tendrá unos 25 metros cuadrados. Sin ventanas. En el centro, un altar enorme.Encima un mantel blanco y seis velas encendidas, amén de una gran Cruz de Trinidad, apenas iluminada por la luz mortecina de un halógeno. Al fondo, la imagen de un Pantocrátor iluminado y el Santísimo. En un lateral, una imagen de la Virgen con el Niño en brazos.

Nada más entrar en la capilla, madre e hija se preparan para el rito. Marta se pone unos calcetines blancos, mientras su madre saca del bolso un rosario, un crucifijo de unos 15 centímetros y una postal de la Virgen de Fátima, y los coloca al lado de la colchoneta. Trato de registrar el más mínimo detalle en mi mente. Sigo pensando que asisto a un montaje. Marta se recuesta en la colchoneta boca arriba, mirando a la cruz. María se arrodilla a su lado, una postura que no abandonará durante las siguientes dos horas y media. El padre Fortea reza un rato de rodillas, se quita la sotana, bebe agua y se sitúa sobre el extremo de la colchoneta más alejado del altar.

Rusko
06-may.-2012, 15:22
Y aquí está la segunda parte del reportaje.


Presiento que el rito va a comenzar. Me siento, expectante, en el banco. El exorcista extiende su mano derecha y la impone sobre el rostro de la joven, sin tocarla. Luego, cierra los ojos, agacha la cabeza y susurra varias veces una plegaria ininteligible.Un alarido desgarrador, el primero, rompe el silencio de la capilla, penetra en mi alma y me pone la carne de gallina. No es humano.Es un chillido sobrecogedor y profundo el que sale de la garganta de Marta. Pero no puede ser ella. No es su tono de voz. Es ronco y masculino. El padre Fortea sigue rezando y los rugidos se suceden.Poco a poco, el cuerpo de la joven se estremece vivamente. Su cabeza se mueve de un lado a otro con lentitud al principio, con inusitada rapidez después.

«SAL, ZABULÓN»
Ante la salmodia del exorcista, la joven gime y se retuerce sin parar. Al instante, el gemido se convierte en rugido desgarrador, altísimo, furioso. El exorcista acaba de colocar el crucifijo sobre su vientre y entre sus pechos, mientras la rocía con agua bendita. Patalea con tanta furia que el crucifijo se cae y la madre lo recoge una y otra vez y se lo vuelve a colocar de nuevo, mientras le acerca el rosario que Marta arroja a lo lejos, con furia. Parece tranquilizarse un poco pero, inmediatamente, vuelve a rugir. No hay un momento de respiro. El padre Fortea acaba de invocar a san Jorge y, al oírlo, la joven grita, bufa, pone los ojos totalmente en blanco, arquea el cuerpo y se levanta toda entera un palmo de la colchoneta. No doy crédito.

-Besa el crucifijo, dice el exorcista.

-No.

-Jesús es Rey.

-Assididididaj.

-Secuaz de Satanás, estás en tinieblas.

-Assididididaj

-Estás haciendo mucho bien. Por tu culpa, mucha gente va a creer en Dios.

-No.

-Sal, Zabulón, te lo ordeno en nombre de Cristo. Te espera la condenación eterna. No hay salvación para ti.

Mientras el padre Fortea sigue conminando a Zabulón, las manos de la joven se han ido transformando. Son como garras. El exorcista arrecia sus plegarias y sus exhortaciones: «Hoy es el día. Sal, Zabulón. Sal de esta criatura en nombre de Dios». La joven se desata en temblores. Los gritos se elevan hasta el espanto. Y con voz ronca dice: «Asesinos». Es entonces cuando el padre Fortea le pregunta por qué no sale y Zabulón le contesta: «Para que la gente crea en Satanás».

Agotado, tras hora y media de lucha, el exorcista se levanta y sale de la capilla. Esto no puede ser una impostura ni un montaje.Hay que tener muchas agallas para dedicarse a esto. Y menos mal que los casos de posesión, según cuenta después el padre Fortea, son muy pocos. Él lleva cinco años ejerciendo y sólo ha tenido cuatro en España. Pero, mientras preparaba su tesis, asistió a otros 13 exorcismos. Se nota que tiene práctica: manda, templa, insiste y, con voz suave pero enérgica, tortura al diablo sin piedad. Con lo que más le duele. Siempre en nombre de Dios. No parece tener miedo alguno. Y eso que ya sabe lo que es ser atacado por Satanás. Una vez, en un exorcismo, dice que el diablo le hizo sentir la misma sensación y el mismo dolor que el que lleva un puñal clavado en el brazo.

Fortea sale de la capilla y mi corazón se acelera, pensando qué puede ocurrir ahora sin la presencia tranquilizadora del exorcista.Pero no pasa nada. O sí. María, la madre, coge las riendas del rito y comienza a repetir las mismas o parecidas frases del exorcista.Con calma, pero con decisión, parece no dirigirse a su hija, sino al Maligno que la posee:

-En nombre de Cristo te ordeno que salir.

-No.

-Abre los ojos y mira a la Virgen, le increpa mientras pone a su vista una postal de la Virgen de Fátima. Pero, por toda respuesta, obtiene un bufido. Entonces coge el crucifijo.

-Es tu Creador, ¿lo ves?

-Sí, dice la voz de ultratumba acompañada de rugidos y bufidos constantes.

-Míralo, Zabulón, no te resistas. Sabes que es tu día y tu hora.Ha llegado tu día y tu hora.

-Noooo...

-¿Por qué te resistes?

-Estoy harto. Ya te lo dije muchas veces.

-Di a esos señores por qué no te vas.

-Uhhhh.

-Díselo claramente.

-No quiero.

-Díselo en nombre de Cristo

-Para que crean en Satanás.

-San Jorge, ven. san Jorge, ven. Ven, san Jorge. Sal de ella san Jorge.

La posesa se detiene un segundo, sonríe y dice, con sorna:

-Sal, san Jorge...

Coge al vuelo el error de la improvisada exorcista y lo mismo hará, un rato después, con una pequeña equivocación del padre Fortea. Pero María no se da por vencida. Es una auténtica Dolorosa al pie de la cruz de su hija poseída. Me da tanta pena que también yo me arrodillo y, entre lágrimas, suplico a Dios (por lo bajo, no me atrevo a intervenir más directamente) que, por lo que más quiera, libere a Marta. Mi compañero hace lo mismo. Hacía tiempo que no rezaba con tanto fervor.

Entonces entra de nuevo el exorcista, coge una cajita con hostias consagradas del sagrario y se coloca delante de la joven:

-Mira al Rey de Reyes y arrodíllate ante Él.

-No.

-Siervo desobediente y rebelde, arrodíllate, repite el padre Fortea, mientras exhibe la hostia consagrada.

-Asesino, déjame.

-San Jorge, haz que se arrodille.

Y como un resorte, ante la mención de san Jorge, la posesa se arrodilla y el padre Fortea le hace abrir la boca para que reciba la sagrada comunión. Y continúa torturando al diablo que anida en Marta. Tras darle la comunión, coge una Biblia y recita el Apocalipsis: «Entonces el diablo fue arrojado a la lengua de fuego y azufre... allí será atormentado día y noche por lo siglos de los siglos». Y hace repetir al diablo frase por frase.

-Repite: Cuánto más me hubiera valido seguir a la luz.

-Cuánto-más-me-hubiera-valido-seguir-a-la-luz, repite a regañadientes y arrastrando cada palabra.

Y así durante un buen rato. El exorcista parece un maestro que enseña a un niño rebelde, que repite a la fuerza, entre bufidos y alaridos, frases como éstas: «Señor, tú eres Rey. Yo soy tu criatura. Nada escapa a tu poder. Eres el Alfa y Omega...»

-Ya no más. Me estoy cansando, gruñe.

Pero el padre Fortea arrecia en su acoso, coge un banquito y se sienta ante la posesa con un crucifijo en la mano. «Hic est dies», repite con fuerza. Por un momento, creo que lo va a conseguir.

-Cuanto más tardes en salir, más gente creerá en Dios. Eres un predicador de Dios. Acércate, siéntate y besa a Cristo crucificado.Dale un beso de respeto y homenaje.

Como zombi, Marta se sienta y se acerca a la cruz. Tiene los ojos en blanco y echa espumarajos por la boca, pero besa el crucifijo.Entonces Fortea la coge suavemente por un brazo, le hace levantar y la obliga a recorrer la capilla y besar a la Virgen y al Sagrario.

-Aquí está Dios. Repite siete veces: Iesus, lux mundi. La posesa repite, pero al terminar le lanza una mirada como de fuego y le dice:

-Asesino, déjame, no puedo más. Pero el exorcista continúa un buen rato.

Ha pasado otra hora. Fortea se toma un respiro. «Ahora usted», le dice a la madre. Y sale de la capilla. Y María se inclina sobre su hija y comienza a increpar a Zabulón:

-Tienes que dejar esta criatura. Por la sangre de Cristo, déjala ya. Sus ángeles están con ella. Vienen los tres arcángeles. La Virgen te va a aplastar la cabeza...

Zabulón sigue bufando y retorciéndose, pero no parece que esté dispuesto a irse. Al rato entra de nuevo el padre Fortea:

-¿No temes la sentencia de Dios?

-Sé cual es, grita desgarrada.

SOLOS CON LA ENDEMONIADA
El padre Fortea mira a la madre: «No se va a ir. Dejémoslo por hoy». Se levanta y se va. Los gritos se detienen en seco. Noto cierta decepción en el rostro de María. Me da la sensación de que esperaba que fuese hoy. Ha pasado casi tres horas de rodillas, pero en su cara no hay signos de cansancio, sólo de cierta desilusión.Recoge con paciencia la estampa de la Virgen y el crucifijo y sale de la capilla. Mi compañero y yo nos quedamos solos con la endemoniada. Unos segundos que se hacen eternos. Nos hemos quedado pegados al banco, sin respiración. De pronto, se vuelve hacia nosotros, abre los ojos (que ha mantenido en blanco durante tres horas) y nos lanza una mirada que no olvidaré mientras viva.Sus ojos son de otro mundo. Nunca vi algo así en mi vida. Al instante, la mirada vuelve a ser la de Marta, que nos sonríe, se levanta con tranquilidad, se sienta en el banco y se quita los calcetines blancos que dobla con sumo cuidado. Noto que apenas suda, a pesar de las tres horas de ejercicio continuo. Se pone los pendientes y nos vuelve a sonreír.

-¿Cómo éstas?

-Cansada

-¿Sabes lo que ha ocurrido?

-No, no recuerdo. Y mientras nos habla, coge la estampa y el crucifijo, a los que hace un rato tanto odiaba, y los besa con cariño.

-¿Te duele la garganta?

-No.

Y su voz es tan suave como cuando llegó. Nadie diría que por esa misma garganta salieron aullidos durante tres horas.

-¿Sabes por qué estás aquí?

-Sí, eso lo sé. Sé que tengo...

No termina la frase. Respetamos su silencio. Salimos y nos sentamos en un salón contiguo los cinco. Marta está tranquila. Vuelve a ser la chiquilla tímida de antes. «Todas las noches», nos cuenta María, «antes de acostarme cojo el crucifijo, del que nunca me separo, y bendigo mi habitación: «En nombre de Dios, malos espíritus salid de esta habitación. Y ella, antes de acostarse, siempre me pregunta: "¿Mamá, has bendecido la habitación?"» Pero aún así pasa miedo. Como cuando las manos de su hija se convirtieron en garras al tocar la cruz o cuando la persigue con los dedos abiertos, en forma de cuernos, para clavárselos en los ojos.«Siempre amenazas que, afortunadamente, nunca cumple».

Rusko
06-may.-2012, 15:23
Y fin del reportaje. El pobre periodista, excura rebotado, quedó temblando... jeje


Y antes de despedirse, repite una súplica: «Que se conciencien la gente y los obispos. Que haya muchos más exorcistas». Abraza a su hija, se suben las dos al coche del padre Fortea y se van.Marta se vuelve y nos mira. Sus ojos son el grito de angustia del esclavo encadenado. El padre Fortea queda en llamarme cuando se produzca la liberación definitiva.

Rezo por Marta y por su madre. Lo que vi no es un montaje.

ferpuerto
14-may.-2012, 05:07
se deberia de llamar "cara a cara con enfermedad mental y auto-sugestion". El exorcismo es una de las razones que mas me opongo a la religion. Se le niega tratamiento a personas que lo necesitan, y en su lugar van a un sacerdote o pastor (en este caso un medico brujo)

Rusko
14-may.-2012, 08:37
Resulta que… los casos de exorcismo suelen ser la última salida. Cuando los médicos psicólogos y los psiquiatras ya no pueden conseguir nada, suelen llevar al paciente al exorcista. Son muy pocos casos (y me estoy refiriendo a exorcismos serios, con exorcistas nombrados por el obispo católico de la diócesis, tras haber pasado el paciente por diversos hospitales y siendo recibido por diversos especialistas médicos. No me refiero a brujos o chamanes de cualquier jungla exótica)

Brendiuxh
16-may.-2012, 16:48
Entre a este foro por una gran duda, ¿La iglesia catolica permite el exorcismo???

ferpuerto
16-may.-2012, 18:17
Resulta que… los casos de exorcismo suelen ser la última salida. Cuando los médicos psicólogos y los psiquiatras ya no pueden conseguir nada, suelen llevar al paciente al exorcista. Son muy pocos casos (y me estoy refiriendo a exorcismos serios, con exorcistas nombrados por el obispo católico de la diócesis, tras haber pasado el paciente por diversos hospitales y siendo recibido por diversos especialistas médicos. No me refiero a brujos o chamanes de cualquier jungla exótica)

Tu sabes que eso no es cierto. Hay bastantes charlatanes que hacen exorcismos todos los domingos en sus iglesias. En esos casos se ha usado como unica solucion hasta en casos en que la gente no tiene nada malo con ellos. No has escuchado de exorcismos forzados a personas con tendencias homosexuales por ejemplo? Eso no es que los medicos no puedan hacer nada, es que no hay nada que hacer.

Justice
16-may.-2012, 18:56
Se le niega tratamiento a personas que lo necesitan

Perdona, pero ójala, la psiquiatría coge a gente que no lo necesita y la secuestra y medica contra su voluntad asegurando que tienen una enfermedad, nunca jamás han curado a nadie y su medicación, a parte de tener eso de no curar, es tremendamente peligrosa. hay muchos casos de abusos psiquiatricos documentados, hay incluso ongs contra ello, por favor ni siquiera pienses en volver a mentar que es malo que alguien escape de tamaña estafa a la humanidad. Ni tampoco sugieras que esa gente ayuda a alguien, si meter a alguien puñaladas es ayudarlo entonces sí.

http://www.moshersoteria.com/

Mira lo que hacen los psiquiatras honestos, decir la verdad.

Rusko
22-may.-2012, 05:04
Entre a este foro por una gran duda, ¿La iglesia catolica permite el exorcismo???
Si. El obispo de una diócesis es quien nombra al exorcista para esa diócesis. No todas las diócesis tienen exorcista... pero es que tampoco hay tantos casos de posesiones demoniacas.

Tu sabes que eso no es cierto. Hay bastantes charlatanes que hacen exorcismos todos los domingos en sus iglesias
Yo no hablo de charlatanes, sino de exorcistas serios, nombrados por la autoridad eclesial (el obispo de la Iglesia Católica). ¿Los charlatanes?... pues es el clavo ardiendo de incautos y desesperados. Nada recomendable...

No has escuchado de exorcismos forzados a personas con tendencias homosexuales por ejemplo?
No lo he escuchado... y no serían exorcismos. Ya he comentado en mi párrafo anterior que yo no hablaba de charlatanes y gente poco seria sino de exorcistas de verdad, con posesiones diabólicas de verdad (o sin curación ni explicación por parte de psicólogos y psiquiatras). Eso que me cuentas es como una noticia de hace algunos meses sobre un "exorcismo" donde mataron a la “poseída”, que la obligaron a tragar demasiado agua hasta que terminó muriendo (me imagino que intentaron “ahogar” al supuesto demonio...)

maxicastag
05-jun.-2012, 18:18
Posesión demoníaca.

Lo que puedo decir al respecto es que los demonios existen, existe Satanás, existe la posesión demoníaca y existe el exorcismo el cual es muy difícil de realizar.

Yo, además de creer en los relatos del Evangelio que hablan de Satanás y los demonios, he comprobado en carne propia la existencia de los demonios.

En algunas ocasiones me he tenido que enfrentar con casos de verdaderos endemoniados. En tales ocasiones, la persona endemoniada estaba inconsciente (o simplemente desmayada), de espaldas en el piso luego de que yo la hubiera reprendido en el Nombre de Cristo, se le dieron vuelta los ojos, al hablar el endemoniado no movía la boca, se notaba claramente que el ser que hablaba no era la persona que estaba en el piso, sino una entidad espiritual. Estaba diciendo blasfemias y lanzaba espumarajos por la boca.

El demonio en varias oportunidades me habló de cosas que solo yo sabía sobre mi vida y hasta, aparentemente en ocasiones me leyó el pensamiento, es decir manifestó una capacidad intelectual que evidentemente no era la del poseído.

También el demonio manifestó tener conocimiento de numerosos pasajes bíblicos siendo que la persona poseída jamás había leído la Biblia.

Si bien, ha sido una experiencia algo traumática, me ha servido para reforzar mi fe en el Evangelio y en Dios.

Pero lo que también existe mucho hoy en día, en especial en algunas iglesias pentecostales, es el caso de personas con algún trastorno mental que simulan el estar poseídas. Esto para mí es una aberración que muchos pastores fomentan, y que inducen a muchas personas a caer en la incredulidad y hasta he visto algunos pastores hacer TEATRO simulando una conversación con un demonio.

Aquí les dejo un pasaje bíblico que muestra la existencia de los demonios, los espíritus malignos, que le decían a Jesús: “yo te conozco quien eres, el Santo de Dios”
Y Jesús le dice: “cállate y sal de él”

Lucas 4:33-35

“33 Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz,
34 diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios.
35 Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno.”

La mayoría de los casos de supuestas posesiones demoníacas o exorcismos son falsos y responden a trastornos psiquiátricos del supuesto endemoniado, pero dije la mayoría y no todos son falsos, o sea, que existan las enfermedades mentales no quita que existan también los demonios. Una forma de reconocer un caso de posesión demoníaca real es si al manifestarse el demonio presenta conocimiento sobrenatural, algo que la psicología no sabría explicar.

Maximiliano Castagnino.

Caballero Blanco
05-jun.-2012, 19:43
En el Nombre PODEROSO DE JESUCRISTO.

maxicastag
06-jun.-2012, 06:34
Ni el agua bendita ni los crucifijos tienen ningún poder contra los demonios, más bien que éstos se matan de la risa, solo la oración en ayuno e invocar el Nombre de Cristo ahuyenta a los demonios.

charpe
06-jun.-2012, 07:12
Ni el agua bendita ni los crucifijos tienen ningún poder contra los demonios, más bien que éstos se matan de la risa, solo la oración en ayuno e invocar el Nombre de Cristo ahuyenta a los demonios.

Se mueren de la risa de que crees que existen.

maxicastag
06-jun.-2012, 07:25
Se mueren de la risa de que crees que existen.

¿Como andás Charpe tanto tiempo...?

charpe
06-jun.-2012, 07:29
¿Como andás Charpe tanto tiempo...?

Ni tanto. ¿Se pusieron rejegos los demonios que no te dejan tiempo para el foro?

Caballero Blanco
06-jun.-2012, 07:33
¿Como andás Charpe tanto tiempo...?
Hola Maxi, yo si aprovecho el saludo que le envias a Charpe para saludarte yo a ti. Espero que éste tiempo te haya servido para entablar una relacion mas cercana con Nuestro Señor y Dios Jesucristo.

Esperando que sigas por aqui y que sigas publicando mas temas de edificacion para algunos que por aqui andamos, te deseo lo mejor, Que Dios te Bendiga.

Buen dia a Todos.

maxicastag
06-jun.-2012, 07:34
Hacía unas semanas que no podía entrar al foro, ¿estaba caído el servidor?

maxicastag
06-jun.-2012, 07:35
Hola Maxi, yo si aprovecho el saludo que le envias a Charpe para saludarte yo a ti. Espero que éste tiempo te haya servido para entablar una relacion mas cercana con Nuestro Señor y Dios Jesucristo.

Esperando que sigas por aqui y que sigas publicando mas temas de edificacion para algunos que por aqui andamos, te deseo lo mejor, Que Dios te Bendiga.

Buen dia a Todos.

Saludos Caballero, ¿me solicitaste amistad en forocristiano.com? ya acepté.

charpe
06-jun.-2012, 07:38
Hacía unas semanas que no podía entrar al foro, ¿estaba caído el servidor?

No, era el diablo jugando con tu fe.

Caballero Blanco
06-jun.-2012, 07:38
Saludos Caballero, ¿me solicitaste amistad en forocristiano.com? ya acepté.
Si, gracias por aceptarme. Espero que sigamos en contacto. Dios tiene cosas grandes para todos, cuando uno esta dispuesto a ser Bendecido por Él.

Saludos.

urielgirl
23-jun.-2012, 12:27
Hola a todos:
Yo tengo una duda que me carcome de este relato.
El que se hace llamar demonio Zabulón siempre le llama al padre "exorcista" ASESINO, por que? Es algo que me llama bastante la atención.
Gracias a todos.

Rusko
11-jul.-2012, 06:13
Ni el agua bendita ni los crucifijos tienen ningún poder contra los demonios, más bien que éstos se matan de la risa, solo la oración en ayuno e invocar el Nombre de Cristo ahuyenta a los demonios.
¿Por qué el agua bendita (bendecida en una oración) y los crucifijos (una imagen de Cristo crucificado) matan de risa a un endemoniado?. Más bien, un endemoniado siente aversión a todo lo sagrado y no le hace mucha gracia la mera visión de un crucifijo o que le echen agua bendita.

Yo también creería que las posesiones diabólicas podrían ser desarreglos de la mente... pero en algunos casos pareciera que hubiera algo más... ¿Cómo explicar la xenoglosia, hablando en idiomas que no conocía el paciente... o, como habéis escrito, leer el pensamiento..., o realizar esfuerzos físicos inhumanos y diversos poltergeist?. Es inquietante.


Hola a todos:
Yo tengo una duda que me carcome de este relato.
El que se hace llamar demonio Zabulón siempre le llama al padre "exorcista" ASESINO, por que? Es algo que me llama bastante la atención.
Gracias a todos.

No haría yo mucho caso a los demonios, que la mentira está en su naturaleza.

ferpuerto
11-jul.-2012, 06:40
Ayer estaba viendo un programa en Nat Geo que se llama Tabu Latinoamerica, y tenian un especial sobre el exorcismo. Eso me recordo lo increiblemente estupida que la gente puede llegar a ser. Si no lo viste pareciera que es un show de comedia y no un documental. Pobre gente estupida

Rusko
11-jul.-2012, 13:51
Ayer estaba viendo un programa en Nat Geo que se llama Tabu Latinoamerica, y tenian un especial sobre el exorcismo. Eso me recordo lo increiblemente estupida que la gente puede llegar a ser. Si no lo viste pareciera que es un show de comedia y no un documental. Pobre gente estupida

No lo dudo. Hay mucho fraude que se aprovecha de la gente ignorante.

Loma_P
28-nov.-2023, 22:42
https://www.youtube.com/watch?v=amX5ivcvMbI