parzival
10-mar.-2012, 22:46
Algo de un ayer no muy lejano.
Aire
Son aires mohosos los que respiro,
aires de tristeza y veneno,
humo negro que sale de la nada
y que envuelve entre sus alas
al opaco desatino de mi ser.
Qué largas se extienden las horas
entre cada resquicio que deja
el pensamiento en blanco y la penuria,
entre las manos vacías y el corazón agotado.
Si la vida es respirar aire
cargado de toxinas y dolores,
aspirar a bocanadas sangrientas
las notas de la vida en pedazos;
entonces no entiendo para que persigo a la flor
cargada de espinas y cuchillas.
Vagar solitario entre las carencias del alma,
desnudar con estos ojos de muerto
las huellas de la piel putrefacta
que a jirones cae y descubre
la espesa negrura de mis entrañas,
es el camino que toca andar,
descalzo y con los pies torturados.
Aire, aire que quema y mata,
aire que aviva a las llagas,
llega a mis pulmones
y satúralos de tristeza helada.
Aire, aire que despierta al moribundo,
aire invadido de neblina,
ahoga este estertor
y llévate en pedazos y cenizas
a la memoria que funge
de verdugo cruel y siniestro
y trae al silencio
donde refugie mi voz
y recueste eternamente
a mi cuerpo abandonado.
Parzival
Aire
Son aires mohosos los que respiro,
aires de tristeza y veneno,
humo negro que sale de la nada
y que envuelve entre sus alas
al opaco desatino de mi ser.
Qué largas se extienden las horas
entre cada resquicio que deja
el pensamiento en blanco y la penuria,
entre las manos vacías y el corazón agotado.
Si la vida es respirar aire
cargado de toxinas y dolores,
aspirar a bocanadas sangrientas
las notas de la vida en pedazos;
entonces no entiendo para que persigo a la flor
cargada de espinas y cuchillas.
Vagar solitario entre las carencias del alma,
desnudar con estos ojos de muerto
las huellas de la piel putrefacta
que a jirones cae y descubre
la espesa negrura de mis entrañas,
es el camino que toca andar,
descalzo y con los pies torturados.
Aire, aire que quema y mata,
aire que aviva a las llagas,
llega a mis pulmones
y satúralos de tristeza helada.
Aire, aire que despierta al moribundo,
aire invadido de neblina,
ahoga este estertor
y llévate en pedazos y cenizas
a la memoria que funge
de verdugo cruel y siniestro
y trae al silencio
donde refugie mi voz
y recueste eternamente
a mi cuerpo abandonado.
Parzival