Negret
09-ene.-2012, 08:50
Este es un microrelato mío. No seais demasiado duros con las críticas... jeje
Escribo en una hoja, la pliego por la mitad, la introduzco en una curiosa caja de papel casi bidimensional con una abertura en un lado y una solapa triangular con goma, paso la lengua por la goma de lado a lado en un ridículo gesto facial, pego la solapa a la caja, tomo una cuadradito de papel con un dibujo y un número a un lado y goma en el otro, repito el mencionado gesto facial de deposición de fluidos en goma, lo pego en la esquina superior derecha del lado de la caja opuesto al de la solapa, vuelvo a escribir tanto en dicho lado como en la solapa, salgo a la calle y tras caminar un poco con un movimiento alternativo de pie y pie (conviene no confundir el pie con el pie pues se puede encontrar uno de pronto y sin aviso previo en posición horizontal sobre una superficie plana que por convención se suele llamar acera -perdóname Julio que sé que sigues siendo eternamente joven allá donde estés-), me acerco a un animal amarillo de la familia de los perezosos y envidiado por sus congéneres por que apenas se mueve (para comprobar sus movimientos se necesitan largas horas de atenta observación), le abro la boca sin miramientos y le introduzco la caja, el animal obligado a tragarla la sufre en su estómago hasta que un cirujano llamado cartero le libra de ella.
Escribo en una hoja, la pliego por la mitad, la introduzco en una curiosa caja de papel casi bidimensional con una abertura en un lado y una solapa triangular con goma, paso la lengua por la goma de lado a lado en un ridículo gesto facial, pego la solapa a la caja, tomo una cuadradito de papel con un dibujo y un número a un lado y goma en el otro, repito el mencionado gesto facial de deposición de fluidos en goma, lo pego en la esquina superior derecha del lado de la caja opuesto al de la solapa, vuelvo a escribir tanto en dicho lado como en la solapa, salgo a la calle y tras caminar un poco con un movimiento alternativo de pie y pie (conviene no confundir el pie con el pie pues se puede encontrar uno de pronto y sin aviso previo en posición horizontal sobre una superficie plana que por convención se suele llamar acera -perdóname Julio que sé que sigues siendo eternamente joven allá donde estés-), me acerco a un animal amarillo de la familia de los perezosos y envidiado por sus congéneres por que apenas se mueve (para comprobar sus movimientos se necesitan largas horas de atenta observación), le abro la boca sin miramientos y le introduzco la caja, el animal obligado a tragarla la sufre en su estómago hasta que un cirujano llamado cartero le libra de ella.