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Ver la Versión Completa : Relato: Aquel verano... (críticas, opiniones, etc...)



JRaider
12-nov.-2011, 06:25
Hola buenas, mi nombre es Jorge, y acabo de escribir un pequeño relato de 5 hojas basándome en el género de la novela. Me gustaría que lo leyerais y me comentarais vuestras críticas, opiniones y consejos, y sobretodo, que os ha parecido.

El relato corto se llama: Aquel verano... y este es el link de descarga http://www.mediafire.com/?qp7mzbjeokq52o3

Espero vuestros comentarios para poder mejorar y avanzar.
Muchas gracias y buenos dias :)

JRaider
13-nov.-2011, 06:58
¿Ningún amable lector me puede dar sus impresiones porfavor?
¡Se lee bastante rápido! (5 min.) y lo agradecería mucho.
Gracias.

Mªndrªg°rª
13-nov.-2011, 07:48
¿Ningún amable lector me puede dar sus impresiones porfavor?
¡Se lee bastante rápido! (5 min.) y lo agradecería mucho.
Gracias.

Sin afan de incordiar, primero bienvenido, enseguida por malas experiencias cómo podemos abrir un escrito sin conocer a su autor, es decir no tenemos la seguridad de que no contenga algun tipo de virus ó algo acompañadole.

¿Le cuesta mucho postearlo aqui? para leerlo.

Saludos

JRaider
13-nov.-2011, 09:15
Sin afan de incordiar, primero bienvenido, enseguida por malas experiencias cómo podemos abrir un escrito sin conocer a su autor, es decir no tenemos la seguridad de que no contenga algun tipo de virus ó algo acompañadole.

¿Le cuesta mucho postearlo aqui? para leerlo.

Saludos

Primero de todo, buenos días. Agradezco mucho tu comentario y el interés.
Se me había ocurrido esa idea pero era demasiado extenso para subirlo de una vez, así que lo dividiré para que podáis leerlo con toda seguridad. Muchas gracias a todos los lectores, y más aún si me hacéis saber vuestras impresiones y críticas. Saludos! :)


Aquel Verano...


La vida es un periodo relativamente corto, intenso, y sobretodo incierto. Pasamos distintas épocas, en las cuales vamos evolucionando y vemos las cosas de otra manera, recriminando la anterior perspectiva, y a su vez, considerando sus viejas ventajas. El estereotipo de padre regañando a su hijo, de que ya valorará más los estudios cuando crezca, el abuelo cuando comenta sobre la juventud de hoy día. Sin embargo, todos, sin excepción, han tenido una etapa, en la cual, han podido experimentar una felicidad excesivamente afable, cálida, donde nuestro alrededor se consume, y solo queda aquella persona por la cual sientes esa sensación. Son unos momentos que, por mucho que madures, recordarás toda tu vida, y lo llevaras plasmado dentro de ti, en lo mas hondo de tu ser, hasta el fin de los días.
Algunos lo han llamado amor, -término que actualmente usan muchos jóvenes, y no tan jóvenes, indebidamente- otros lo relacionan a una “pesadilla”, e incluso los hay que lo han definido como: “la trampa que nos impone la naturaleza para que no nos extingamos”.
Si bien me paro a explicar todo esto, no es para dar la imagen de erudito, o de filósofo, si no, porque es algo con lo que todas las personas estamos relacionados. Quizá hay gente que no ha experimentado tal grata felicidad de sentir la perfección de nuestro mundo, que cambia radicalmente nuestra visión de la vida, y que queda grabado en nuestras cabezas hasta nuestra vejez, o simplemente la causa de esa gran sensación sea el dinero -que haya ganado una lotería por ejemplo- o tal vez lo siente por algún familiar o incluso amigo. Lo que si es cierto, es que, si realmente has sentido la esencia del “amor”, todo aquel mundo que una vez te cubría, esos recuerdos, todo... permanecerán en tu lóbulo frontal -parte donde se sitúan las emociones y sentimientos en nuestro cerebro- hasta que tu corazón deje de latir.
Insisto mucho en este tema, porque muchas veces, es lo que nos empuja a ver la vida desde otro plano, lo que nos permite disfrutarla y sacarle todo el jugo, esos momentos que repetirías una, y otra vez con aquella persona -u objeto en otros casos- y que recuerdas humildemente y con cierta nostalgia, a pesar de que lo guardes para ti y lo niegues a tu alrededor, independientemente de si salió bien o mal aquella eventual historia.

Mi nombre es Fernando García Morales, tengo 32 años y actualmente vivo en Barcelona, acompañado de una magnífica mujer y dos hijos maravillosos. Mi mujer tiene la misma edad que yo, y se llama Lucía Gómez Moreno, y mis dos hijos son Eric, de 13 años, y Rocío de 7 años.
Tengo un negocio el cual llevo junto con mi mujer, que estudió un máster de Dirección y Organización de Empresas en la Universidad Politécnica de Cataluña. Mi ciudad natal es la isla de Ibiza, allí estudié el bachillerato y conocí a mi actual mujer -estudiamos juntos en la misma clase-estuve trabajando para el Consell durante 5 años, y con esos ahorros, empecé este pequeño negocio de comida rápida de la franquicia Mc Donald.
Ahora mismo me considero un hombre feliz y afortunado, pero todo humano tiene una historia, una transición que diferenció dos grandes etapas...
Aquel amor que no olvidamos, aquella historia que jamás nombramos, y siempre nos acompaña.
La intensidad de aquellos días, la montaña rusa de los sentimientos, emociones, decepciones...

JRaider
13-nov.-2011, 09:20
(parte 2)

Toda esta historia tuvo lugar en el curso del 1993/1994 del IES Algarb. Tenia 15 años y cursaba 3º de ESO . En aquel entonces era un chico algo inseguro y callado, me adaptaba muy bien a las situaciones, y era bastante espabilado. Medía alrededor de 1,64, llevaba el pelo corto y negro, tenia algo de acné en mi rostro, factor que me daba esa inseguridad. Era delgado y estaba algo más en forma que el resto de mi clase, ya que pasé un verano haciendo un poco de ejercicio. En esa etapa tenia una vida completamente normal, sin altibajos de emociones, algo muy parecido a una rutina, y sin embargo era feliz. Vivía en Sant Jordi, una pequeña localidad de la isla de Ibiza. En aquellas fechas, y hasta ahora, ha sido una famosa isla, caracterizada por su gran cantidad de servicios nocturnos, y por el gran núcleo turístico que viajaba hasta allí para salir de fiesta. Sin embargo, tenia zonas muy bonitas, como sus playas y sus calas, que ya poca gente visitaba. En concreto, el lugar más hermoso, en mi opinión, era “Sa Caleta”, una pequeña cala muy íntima, situada debajo de un acantilado y con un agua cristalina, y donde podías contemplar la belleza de un amanecer.
Mi casa estaba ubicada en un barrio de Sant Jordi, donde había estado toda mi vida y conocía a todos los vecinos, y donde tenia mi gran núcleo de amigos de confianza.
Estos eran Pepe, un extrovertido joven con las hormonas increíblemente disparadas, me sacaba dos años, y era el más alto y delgado, con un pelo negro y corto y ojos marrón oscuro. Luego estaba Carlos, mi más fiel amigo y compañero, algo más bajo que yo, que también me sacaba dos años. También nos encontramos a Juan Umberto, aunque le llamamos Berto, un chaval de mi estatura pelo rubio y largo, y ojos verdes. Este era bastante prepotente y se las daba de listo, pero era la persona con la que mas confianza me inspiraba, además tenia mi edad. Y finalmente Paul, un egocéntrico joven y gran convenido, famoso en el barrio por ser el menos “guapo”, por decirlo suavemente. Este me saca tres años, pero a pesar de su edad, era de mi estatura con el pelo medio largo, negro y ojos marrones.
El barrio tenía las baldosas de color rojo, y era un gran paseo con bancos y jardineras, rodeado de los edificios de los vecinos. No le faltaba de nada al barrio, teníamos supermercado, un campo de fútbol, una piscina en casa de Berto, una librería, y además estábamos cerca de Playa d'en Bossa, que era una playa algo sucia en verano -a causa de los turistas- pero rodeada de discotecas y gente.
Y este era mi preciado barrio.
A la llegada de la ESO, todos mis amigos del colegio fueron a un instituto distinto al mio, y me quedé frente a un nuevo instituto, el IES Algarb, comenzando de cero, y cosa que me dificultó mucho la adaptación a este, no obstante los amigos que tenia en el barrio me apoyaban.
A pesar de ser público, tenia un gran “hall” y un patio muy bien conseguido, con una pista de volley, otra de fútbol, muchos bancos tanto fuera como dentro del instituto, y una cafetería.
Jamás pensé que le cogería tanto aprecio a este instituto. Sus paredes eran todas blancas, y contaba con unos profesores, que eran magníficas personas.
Finalmente logré adaptarme bastante bien tras mucho esfuerzo, y conseguí tener nuevos amigos. Un martes del segundo trimestre, nos iban a llevar a una feria sobre la Formación Profesional, instalada en un recinto que usaban para hacer eventos. Como finalidad del profesorado, era ver que salidas tenía la F.P. y recopilar información. Yo lo veía como un pasatiempos, y lo esperaba con ansia para no hacer clase. Entonces ese día llegó y nos fuimos en bus hasta allí. Yo fui acompañado en todo momento de Pedro, un sinvergüenza de cuidado, pero muy simpático y amable, y a pesar de su peculiar carácter, era todo un “don juan”. Era un poco más alto que yo, con el pelo castaño y corto y unos ojos verde claro. Le conocí en 2º de ESO porque me senté a su lado, empezamos a contarnos secretos, y desde entonces hemos tenido una muy buen amistad.
Aquel recinto cerrado era enorme, de un color blanco y con un olor fresco. Estaba estructurado por unas bigas que le daban un carácter moderno. Estaba lleno de gente de nuestra edad, y un montón de “tiendas” con largas colas. Yo estaba muy emocionado, ya que no era habitual ir de excursión.
Pedro y yo visitamos todos los puestos solo para ver si nos regalaban algo.
Finalmente terminamos agotados de dar vueltas y reír, y el me dijo que se iba a descansar.
Yo me quedé dando un par de vueltas más, aún seguía con la emoción encima, hasta que de pronto, mi mirada se cruzó con la de una chica, y mi corazón se aceleró de repente. No entendía nada, había visto cientos de chicas. Me quedé parado contemplándola, y ella siguió su camino. En mi mente solo me abordaban preguntas. Jamás la había visto por nuestro instituto, no sabia nada de ella, sin embargo quería saberlo todo en aquel instante. Esa imagen se quedó congelada en mi memoria. Era una chica de estatura baja, pelo muy largo y con un tono rubio oscuro. Sus facciones en la cara eran muy redondas, y lo que más destacaba eran sus increíbles ojos azules.
Entonces llegó la hora de volver, y me consolé pensando que jamás la volvería a ver, e intentaba borrar aquella imagen de mi cabeza. Al regreso a casa, seguía desconcertado de lo ocurrido en aquella feria, y pasé el resto del día extrañado y confuso.

Llegó el miércoles y la vuelta al instituto. Le conté lo ocurrido a Berto, y este me soltó que podría tener un problema de corazón y se me esté manifestando. Lógicamente le ignoré, ya que sabia como era el. Simplemente hice caso omiso a lo que ocurrió en aquella feria, y continué con mi vida.
Llegó el patio y me reuní con mis amigos del barrio en un banco del interior del instituto. Estuvimos hablando y contando anécdotas, era muy divertido, ya que añadíamos cosas que no pasaron y nos imaginábamos la situación. El patio pasó volando y tuvimos que regresar a las aulas. Pero antes de volver, fui al baño a orinar, y al salir, todos los alumnos estaban ya en sus clases. De pronto, alguien pasó corriendo delante mía. Mi corazón se paro unos segundos. No me lo podía creer... ¡era ella! Ha estado en mi instituto y jamás me había dado cuenta. Me quedé con la mente en blanco hasta llegar al aula. Mis manos estaban temblorosas al abrir el picaporte de la puerta. En realidad, todo mi cuerpo estaba “hecho un flan”.
Todo aquello era nuevo para mi, no conocía esa faceta de la vida. Los deseos de conocerla en la feria, volvieron y con más fuerza.
Así que estuve observándola un par de semanas, ya que no sabia nada sobre ella, e hice el papel de un detective. Su nombre era Alícia Romero de la Rosa, no tenia muchos amigos y le encantaban los deportes. Solo tenía un año más que yo, y sacaba muy buenas notas.
Un día se me presentó una oportunidad de oro para conocerla. A veces jugaba en los patios a volley ball, y no tenia mucha gente con quien jugar. Yo solo no me atrevía a entrar y conocerla, así que le dije a Pedro, que era muy “sociable”, que me acompañara, y así lo hizo.
Entonces nos aventuramos a jugar a volley. Aquel primer contacto con ella fue un desastre, estaba muy nervioso y las palabras no salían de mi boca, solo asentía. Al final nos acostumbramos, y íbamos cada patio a jugar con ella. De pronto llegó uno de los días más alegres de mi vida. El jueves 24 de Mayo ¡me preguntó como me llamaba!, le respondí y le hice la misma pregunta, por educación claro, aunque tartamudeaba a causa de los nervios. Aquel día, una ola de felicidad me llenó, ese día puede rozar el cielo con solo tres palabras y dos signos de interrogación. Y entonces comenzó aquella mágica aventura.

Pasé un tercer trimestre espléndido, y aprendí mucho del volley ball, terminé siendo todo un profesional. A la par, hablaba de todo esto con mi amigo Berto. El me animaba a seguir hacia delante, y me decía que yo estaba enamorado. Aún recuerdo aquel cielo azul de primavera, una red vieja y podrida, una pelota deshinchada, y la chica de mis sueños al otro lado del campo.
Aquellos preciosos días sin preocupaciones, con ansias de que llegará el patio para poder verla.
Pero todo aquello no sería así para siempre, y llegó el mes de junio, y con este las vacaciones.
No la volvería a ver hasta el curso que viene. Eso me llenó de un gran vacío y soledad, así que tenia que dar un paso más, deshacerme de mis complejos y... ¡pedirle su número de teléfono!.
Llegó el último patio del curso, y pasé todo el tiempo callado, con los latidos del corazón a mil por hora, con un estrés enorme, y con las “mariposas volando en mi estómago”. No pude decirle nada, y sonó la alarma que anunciaba el fin del recreo. Entonces, ante aquella crítica situación, me lancé y le dije si me daba su número de teléfono para vernos durante el verano, con cierta dificultad. Mi cara estaba de un tono rojo al estilo de un tomate, mis manos sudando y temblorosas, incluso las piernas las tenia “deshechas”.
Pero no fue más que otra gran explosión de alegría, ya que no solo me dio su número de teléfono, si no que ¡me pidió el mio!, y además ¡quedé con ella para ir a la playa el sábado!. No me lo podía creer. Aquella sensación no solo rozaba el cielo, si no que lo acariciaba. Era todo perfecto, nada se interponía, nada me agobiaba, todo era felicidad.

JRaider
13-nov.-2011, 09:22
(parte 3)

Y llegó el tan esperado sábado. Fue como un sueño, yo iba con las manos sudando todo el tiempo, y con el corazón como una moto.
Fuimos en bici hasta Playa d'en Bossa. Allí jugamos a volley un rato, nos bañamos, reíamos... fue una maravillosa tarde. Aún recuerdo su cuerpo con el bikini de playa puesto, era la chica más perfecta que jamás vi. A raíz de aquella vez, quedamos más y más, y yo me fui acostumbrando a su presencia, mientras mi amor por ella iba creciendo desmesuradamente y sin control.
El verano del 94 fue, posiblemente, el mejor verano que haya pasado en lo que llevo de vida.
Íbamos siempre a aquella playa con las bicis, y aveces paseábamos por la orilla al atardecer con un par de helados. Ella era muy dulce y enérgica, aunque tenía un carácter muy misterioso, y aveces un extraño comportamiento. Pero nada es infinito, y sabia que algún día terminarían las vacaciones.
No tardó en llegar el día de retomar las clases. Pero eso no impedía seguir con mi “sueño”, ya que quedábamos todas las tardes, aunque ahora no podíamos ir a la playa. A si que, se me ocurrió presentarla a mis amigos del barrio, y así podría estar mas tiempo tanto con ella, como con ellos. Parecía una idea perfecta, pero no era más que el principio de mi desastre. La inserción de Alícia al barrio fue un proceso muy rápido, cosa que me extrañó. El primer día, la presenté a todos, y le empezaron a hacer un corrillo de preguntas entre Paul, Pepe y Carlos. Yo, al ver eso, la cogí y les dije que nos teníamos que ir, y rápidamente acompañé a Alícia a su casa. Jamás los había visto así, no sabia porque reaccionaban de esa forma. Los celos y la envidia empezaron a brotar en mi, y mis especulaciones también. Lo peor de todo es que ella decía que les caían bien y quería volver mas por allí. Así que, ante esa situación y a modo de seguridad, hablé uno por uno con Paul, Carlos y Pepe.
Paul me dijo que no quería nada, pero que era muy maja y le gustaría quedar mas con ella, y ante eso, yo le expliqué mi situación, y me dijo que no me preocupara. Carlos, mi más fiel amigo, me dijo que jamás me traicionaría, y que me ayudaría en lo que pudiera. Y finalmente Pepe, tan solo me dijo que quería conocerla y ya está.
Los tres estaban relacionados en que ninguno iba a tener nada con Alícia, y a la vez, los tres me estaban mintiendo, pero sin embargo yo no podía hacer otra cosa que creerles ya que eran mis mejores amigos, y ante la decisión de Alícia de volver más por el barrio, no me quedó otra opción que dejar que esto continúe.
Y así, Alícia empezó a venir más, incluso cuando yo no estaba, ella cogía su bici y venia al barrio. Poco a poco, Carlos y Paul empezaron a quedar más con ella -Pepe no, porque su exceso de hormonas delataban sus intenciones-. Yo me daba cuenta de todo esto, y hablé una y otra vez con Paul y Carlos y siempre me daban la misma respuesta. La agonía de no poder estar con ella, y saber que mis amigos de más confianza me estaban haciendo esto, era muy intensa, no me lo podía creer.
Paul muchas veces la invitaba a su gran casa a ver películas, mientras que Carlos se la llevaba a dar largos paseos en bici. Y yo, en el barrio con Pepe y Berto, haciendo mis propias conclusiones. A todo esto, yo no podía hacer nada, porque en realidad, no había confesión ni pruebas, yo solo me lo “olía”.
Y así pasó el tiempo, y sentí la necesidad de dar un paso más y arreglar todo este embrollo.
El día 31 de Diciembre, me presenté en casa de Alícia, y le dije que saliera un momento.
Eran las siete y media de la tarde, y por lo tanto era de noche. Ella y yo estábamos bajo la luz de una farola, y recuerdo que hacia mucho viento. Entonces, me armé con todo el valor posible, y me lancé a un incierto futuro:
-Alícia, yo... -las palabras no me salían-
-Dime, no tienes de que preocuparte.
-Te quiero.

En ese instante mi mundo quedó quieto, paralizado, mi visión se vio envuelta en una niebla blanca, y mi cabeza sufría una conmoción que no me dejaba pensar. Fue una sobredosis de adrenalina brutal. Y de repente, su dulce voz me respondió cual sentencia se tratara:
-Ahora no quiero estar con ningún chico, lo siento -me dijo, sonriente-

Yo asentí y cada uno se fue por donde vino. En esos momentos me sentía el joven mas desgraciado de la tierra, aunque por otro lado me había quitado un gran peso de encima, además mirando el lado bueno, si era verdad lo que ella me dijo, Paul y Carlos no tendrían oportunidad alguna si es que quieren algo con ella.
Así que, tanto ella como yo, omitimos aquel momento, y todo continuó por el mismo camino.
Todo el curso de 1994/1995 en el que cursaba 4º de ESO, pasó igual. Paul y Carlos quedaban mucho con ella, yo ya no la veía tanto. Durante ese curso, conocí también lo que es el dolor, aunque en poca medida. Pronto comprendería lo que quiere decir realmente el concepto dolor.
Llegó otra vez el verano, y con este mi gran oportunidad de pasar más tiempo con Alícia, como el anterior verano.
Pero a pesar de mis pobres ilusiones, nada cambió, solo estaba con Alícia cuando venía por el barrio, ya que si quedaba con ella, rápidamente Paul y Carlos se venían también.
Aquello parecía una competición. Y pronto descubrí que esto iba demasiado lejos.
Berto quedó un día conmigo en la playa para hablar a solas. Me dijo que se estaba descontrolando todo, me comentó que tanto Carlos como Paul, querían algo con Alícia, ya que estos dos le pidieron consejo a Berto para triunfar con ella. Además, Berto sabía que estaban insultándose mutuamente a las espaldas, diciendo trapos sucios y mentiras de todos a Alícia. El barrio se había vuelto loco, todos se odiaban y se insultaban; quedaban en secreto con Alícia para convencerla de lo salido que era Pepe, o de lo ingenuo que era yo. Por si no fuera poco de que el barrio en el cual había crecido y confiaba, se fuera a pique, otra turbia noticia asolaría mi vida.
Salió a la luz, en boca de Alícia, que tenia una relación con Paul. No solo yo, el barrio entero se quedó desconcertado ya que sabían lo egoísta y tacaño que era el, además que no era muy “sexy”.
Y pronto las cosas empezaron a salir a flote. Carlos me confesó que si quería algo con Alícia, y que me insultaba a las espaldas, y se disculpó por ello.
Berto hace mucho que se desentendió de nosotros, porque no quería ver ese panorama, y estaba harto de aquella situación de celo y odio. En cuanto a Paul, no lo veíamos demasiado, porque era odiado por todos. Yo por mentirme y arrebatarme el amor de mi vida, Carlos por robarle su “premio”, Pepe por la nueva novia que tenía, y Berto por la arrogancia y frialdad que tuvo al preferir a ella antes que a nosotros. A Alícia tampoco la vimos mucho aquel verano, ya que creyó todas esas mentiras y engaños que contó sobre nosotros, y no tuve oportunidad de hablar con ella.
Pasé de tener el mejor verano, a tener el verano más angustioso de todos, de estar en un mágico sueño, a una terrible pesadilla. Todo fue muy repentino, no tuve apenas tiempo de analizar la situación y de porqué pasó eso. Ahora, aquel barrio, tenía una “grieta” enorme, y jamás volvió a ser lo que era. La desconfianza nos rodeaba, y dentro de mi, solo existía un gran vacío. Con el comienzo del nuevo curso, mi personalidad empezó a cambiar. Yo lo atribuí a aquel acontecimiento. Me volví más solitario y más callado aún. Era más “frío” que antes, y más calculador, e intentaba controlar mis emociones en todo momento. Tuve una etapa bastante dura a partir de entonces. Vivía con la angustia de saber que Paul estaba con ella, y eso me producía dolor y ser anti-social, y al estar más solo y dolorido, pensaba más en ella, y al pensar más en ella, me volvía mas repelente y deprimido..., era todo un mal bucle que se repetía.

Sin embargo aquel verano del 1994, me acompañó toda la vida, y me ayudó a seguir hacia delante, ya que jamás volví a sentir aquellas emociones. Aquella sensación que obtuve el día de nochevieja no se ha vuelto a repetir jamás. El tiempo fue pasando, y lo único que sabia de Paul y Alícia es que se fueron a vivir juntos a Barcelona, y a pesar de que Alícia no me hablara por las mentiras que Paul le contó, yo si seguía recordándola, de hecho, nunca la he olvidado.
En el curso 1995/1996, cursaba primero de bachillerato, y el barrio estaba “hundido”. Yo solo hablaba con Berto, y volvía a estar solo en el instituto, ya que entre mi “anti-socialidad” y que mi amigo Pedro se fue a un módulo de Formación Profesional, me quedé sin amigos. Pero algo me hizo volver a brillar, una pequeña luz que desprendía una calor fraternal y conocida, me hizo abrir los ojos lentamente de mi letargo. El primer día de bachillerato, me senté al lado de Lucía, una chica de mi edad con el pelo negro y los ojos azules. Era muy simpática y servicial, y tenia un gran sentido del humor. Poco a poco, empecé a sentir lo que una vez me invadió, y mi desgracia con Alícia empezó a transformarse en una bella historia, recordando los momentos tan bonitos que vivimos en la playa, así dejando paso a una nueva etapa de madurez, que dejaba atrás aquella frialdad y soledad, para renacer como un nuevo y más vivo Fernando. No sabia quien era aquella Lucía, y empecé a sentir curiosidad y ganas de saber más sobre ella. Así que, empecé ayudándola a hacer deberes y estudiar, ya que yo era algo más inteligente que ella, y además bastante más espabilado, aunque ella tenía muchas más ganas que yo a la hora de estudiar, ya que yo lo odiaba. Me contaba pequeños detalles de ella, como que le gustaría estudiar Dirección y Organización de Empresas en Barcelona, o que le encantaba el nombre de Rocío, yo solo asentía contemplándola, y algo me decía, que la vida, estaba apunto de dar un vuelco. Pero eso, es otra historia...

Escrito por: Jorge Juan Aroca Ramos

Biby
13-nov.-2011, 10:26
Hola JRaider, hay varios foreros que están exhibiendo sus trabajos como tu lo haces ahora, y nos es muy grato leerles.

Te agradezco la molestia y el interés que manifiestas para compartirlo.

He de seguir la lectura, y una vez concluido, si me permites, daré mi opinión, ante la obra final.

Gracias.


http://www.15a20.com.mx/images/sections/vela-rosa-5250210.jpg

que la inspiración te siga iluminando.

.:wink:

Juan Antonio Hinojosa
13-nov.-2011, 10:27
Es una descripcion del despertar a la vida de un adoslecente.Tienes estilo.Hay algunos
giros y palabras que dependiendo de que continente se empleen,estan mas acordes
con la estetica de la narracion.En España,diriamos volver a clase en lugar de retomar
las clases.!Es un ejemplo!.
Se hace ameno tu relato.Capta la atencion.Es una vivencia personal en la que has descrito tus sensaciones.Ponle mas emocion,!Que sea algo mas que una cronica!.
Depende de la edad.Yo,escribiria sobre otros temas.Por supuesto que el tema es valido,
pero te diria recordaras la fabula de Samaniego:
Mirando estaba una ardilla a un sobrebio alazan/que docil espuela en rienda se adiestraba en galopar......
!!Buscala!!

Mªndrªg°rª
13-nov.-2011, 11:01
Leo un relato rico en descripciones y emoción, cierta añoranza por tiempos pasados, la primera vez en experimentar, en vivir, en soñar; muy recuperable, le falta a mi gusto un poco de afinación en ciertas partes, mis respetos para usted, evoca en mi otras novelas como la de Kundera y Saramago, presiento que hay más en lo que usted comenta, es posible que este sea uno de sus primeros escritos.

Le agradezco compartir este ESCRITO YA TERMINADO, espero nos brinde la oportunidad de seguirle leyendo, por otra parte la crítica literaria se basa en modelos, a mi me parece que solo podemos disfrutar de las letras de otros, porque cada uno maneja un estilo diferente, muy propio, no se puede disfrutar de tan solo citar a otros.
Saludos

JRaider
13-nov.-2011, 11:09
Agradezco mucho vuestros comentarios! tomo nota de todas y cada una de las críticas y consejos que me dais, ya que soy un novato en este ámbito.
Espero que nos encontremos en más post!

Muchas gracias a todos, y estoy abierto a más impresiones y opiniones! :)

Biby
13-nov.-2011, 11:10
Agradezco mucho vuestros comentarios! tomo nota de todas y cada una de las críticas y consejos que me dais, ya que soy un novato en este ámbito.
Espero que nos encontremos en más post!

Muchas gracias a todos, y estoy abierto a más impresiones y opiniones! :)

Niño inteligente, en cuanto termine de leerte anoto mis impresiones.
Un gusto tenerte con nosotros.

:thumbup1:

JRaider
13-nov.-2011, 11:28
Niño inteligente, en cuanto termine de leerte anoto mis impresiones.
Un gusto tenerte con nosotros.

:thumbup1:

Muchas gracias!! el gusto es mio :)