Lucian
13-ago.-2011, 00:22
Alguna vez estuvimos muertos y allá soñábamos el amor.
Mentira que los muertos no están en ninguna parte.
Ahora vivimos tan intensamente aquel sueño que estamos
cansados. Entonces buscamos reposo talvez en el césped,
el vino, el tabaco, la música o en las escaleras de un hotel
mientras te sacudes la nieve del abrigo. Así como tus mejillas
necesitan entibiarse, así también el corazón necesita melancolía
y silencio.
-¿En qué pensábamos cuando vinimos hasta aquí?- me preguntas.
-Sea lo que sea -bueno, sabemos en qué- se transformó en un
trabajo pesado y no queremos dormir en camas ajenas. Así no
recobraríamos energías jamás.
-Añoro mi casa- me susurras-
-Sí. Yo también añoro la muerte.
Mentira que los muertos no están en ninguna parte.
Ahora vivimos tan intensamente aquel sueño que estamos
cansados. Entonces buscamos reposo talvez en el césped,
el vino, el tabaco, la música o en las escaleras de un hotel
mientras te sacudes la nieve del abrigo. Así como tus mejillas
necesitan entibiarse, así también el corazón necesita melancolía
y silencio.
-¿En qué pensábamos cuando vinimos hasta aquí?- me preguntas.
-Sea lo que sea -bueno, sabemos en qué- se transformó en un
trabajo pesado y no queremos dormir en camas ajenas. Así no
recobraríamos energías jamás.
-Añoro mi casa- me susurras-
-Sí. Yo también añoro la muerte.