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ANGELCAIDOP4
21-jul.-2011, 23:31
El “Periquillo Sarniento” de Fernández de Lizardi representa en su narrativa los vicios y las actitudes que el autor consideraba nocivas en su tiempo, enmarcadas en tres fechas claves de su narración: 1775 fecha de su nacimiento, 1789 año en el que muere su madre y él se muda a la calle para vivir su vida de pícaro, y finalmente, 1813 cuando muere Perico. Esta narración podemos seccionarla, otra vez, en tres partes representativas: su etapa delincuencial, su exposición de una isla oriental como modelo de sociedad y, finalmente, su arrepentimiento y redención.
Él propósito del autor es dejar una serie de moralejas a costa del protagonista ya que “El pícaro es el único, que despojado de todo, puede sobrevivir gracias a su astucia, y que cruza un mar de podredumbre moral sin ahogarse en él.” Entonces podemos encontrar al Periquillo haciendo trampas en la baraja, fingiendo alguna discapacidad para pedir limosna, haciéndose pasar por médico en un pueblo donde es causa de un descenso demográfico, o bien en la cárcel:
“… y encogiéndome en mi sarape al tiempo que se acabó la velita hice que me dormí, con cuya diligencia se sosegó por un buen rato el habladero, de suerte que yo pensé que se habían dormido. Pero cuando estaba en lo mejor de mi engaño, he aquí que comienzan a disparar sobre mí unos jarritos con orines, pero tantos, tan llenos y con tan buen tino, que en menos que lo cuento, ya estaba hecho yo una sopa de meados, descalabrado y dado a Judas”

En esa sección del relato el protagonista comparte espacio con personas de diferentes “calidades”, que padeciendo la misma prisión ajustician al criollo, todos ellos son considerados la escoria social aunque siendo de diferente color u oficio merecen el encierro, pues representan para la sociedad novohispana el desarraigo étnico, cultural y económico, “cuya única posibilidad de sobrevivir radica en su fuerza de trabajo o en su astucia para hacerse del sustento por diversos medios espontáneos o ilícitos” , pues a diferencia del indio dócil que al ser diferente merece ser apartado y educado, éstos son resultado de la impureza de castas y de la pobreza en las ciudades, los identifica una apariencia andrajosa y sucia, un particular modo de hablar y una vida inclinada a la vagancia, esos son los léperos.

Podríamos mencionar un ejemplo como José Sirilo , un individuo de calidad indio, viudo y de treinta años de edad, resulta todo un caso, sólo le faltaba hacerse pasar por médico como al Periquillo, ya que Luis Juárez lo acusa de robar una escopeta y otros bienes de su casa, sin embargo el acusado “confiesa sólo haber tomado la escopeta”, y quienes le conocen le califican como “un hombre lleno de vicios, inclinado a la embriaguez, al juego, a el hurto, a la valentía a la injuria, a la lujuria” pues en medio del proceso que se le sigue salen más asuntos a relucir: “negó obstinadamente la pública, escandalosa e ilícita amistad que ha tenido con Úrsula mujer de Fermín Díaz”, cuando el acusado intentó encontrar algún testimonio a su favor no encontraba a nadie, sin embargo al final consiguió tres que “salieron contraproducentes”, al final es enviado a la cárcel.
En este juicio las conductas del enjuiciado lo hunden hasta la prisión y dentro de ellas, se hace mención de otra que caracteriza a estos parias, la embriaguez, la cuál era ya denominada por los aztecas como centzonttotochtli o “cuatrocientos conejos” por la variedad de efectos que provoca en sus consumidores. Sin embargo ¿por qué poner atención en este grupo y su relación con la embriaguez?

Scardaville en su artículo expone que “Archivos y fuentes publicadas indican que las bebidas alcohólicas (especialmente el pulque, aguardiente y el tepache) y las tabernas asumieron un papel central en la vida de la pobreza urbana” , y no sólo por la relación directa entre ésta y la criminalidad, pues sólo los delitos ocurridos los sábados por la noche relacionados con tavern violators representaban el 20% de arrestos en el Libro de reos, sino que además para el autor del artículo la función de estos lugares funciona como una reassuring institution, un lugar donde los asistentes podían mantener la cordura y un poco de auto control en una sociedad “sujeta a las subidas de precios, epidemias periódicas e inseguridad laboral” , y ello podemos conjugarlo con el papel de la Ciudad de México como una Island of personal liberty, donde las limitaciones de las pequeñas localidades se diluyen y una persona tiene mayor rango espacio de acción, en este caso en su forma de beber.

En este caso me referiré al pulque y expongo un poco del contexto.
Durante las reformas borbónicas y en medio del despotismo ilustrado, como denomina Juan Pedro Viqueira a los intentos de la nueva administración, que reglamenta cualquier tipo de festividad y lugar de reunión del pueblo común. Es el caso de las pulquerías, a las que se les impone que sean atendidos a la vista de la autoridad, separadas por sexos y que sólo sean lugares de paso. Sistemáticamente son violados estos reglamentos por su difícil aplicación pues “Lejos de ser ahora unos simples puestos públicos tienen más de casas ocultas y con un ámbito tan espacioso” para el grupo de “las quinientas o seiscientas que bajo el jacal regularmente se albergan la mayor parte del día” de los que se encuentran “viciosos de ambos sexos en estas cuevas de maldades” . Es curioso que la autoridad viera un problema tan grave en un producto, como el pulque, que le representaba buenos ingresos.

Para el siglo XIX la situación no cambia mucho, inclusive se permite a mujeres ingresar a estos lugares y según algunos cálculos había una taberna por cada 56 habitantes , de hecho los viajeros extranjeros en sus crónicas se referían mucho a la afición de los léperos por las bebidas alcohólicas, por ejemplo el viajero británico George Frederick Ruxton describía las pulquerías “En cada expendio de pulque se escucha el tañer de las guitarras y las armoniosas notas de los “cantadores” que incitan a los huéspedes a renovar sus peticiones para escuchar las canciones acompañadas de licor” y en estos establecimientos, algunos con nombre tan interesantes como “La nana” y “Las glorias de Santa Anna” tenían lugar apuestas, canciones y delitos.
Taylor en la sección sobre embriaguez de su obra menciona que las reuniones donde se consume alcohol, liberan tensiones de la comunidad aunque son también un detonante de conflictos que son ya existentes entre individuos, que terminan frecuentemente en derramamientos de sangre, o en comunidades que agreden a forasteros. En este tenor podemos encontrar uno muy interesante, como el de Mariano Fuentes el cuál después de beber fue acusado por su esposa ante la inquisición por decir cosas como “me cago en mi santo… me cago en los santos que te amparan… si San Francisco bajara le daría una bofetada” luego su esposa declara “sólo en sus embriagueces es deshonesto”, al final del proceso se le imputó al alcohol esta conducta.
Tal ves Mariano era de aquellos trabajadores que hacían “San lunes” y salían hasta altas horas de las pulquerías, si no es que estuvieran ahí hasta el día siguiente y tal vez dejaran empeñadas sus herramientas de trabajo para continuar bebiendo, y su enojo contra los santos estaba celosamente guardado y salía violentamente después de beber.

Lo anterior en conjunto representa la conducta de los léperos que intentó dibujar el autor del Periquillo, sin embargo sería necesario analizar también expedientes y, revisar como influyeron en los procesos judiciales el asunto de la embriaguez, como en el caso sudamericano de las “pulperías” , donde al cometer un crimen en estado de ebriedad resulta como un atenuante, elemento que es aprovechado para quienes buscan una sentencia más benigna, o bien que otras conductas desataban conflictos como el hecho de no aceptar la bebida que otro consumidor daba, con resultados fatales en muchas ocasiones.

Creo que con lo anterior y, obviamente con un mayor número de fuentes se podría hacer un trabajo interesante: ¿Qué pasaba y como se relacionaban en esos lugares los denominados léperos? ¿Qué tanta importancia tenían las cantinas y pulquerías en la Ciudad de México? ¿Cómo influyó la construcción del lépero en la invención de la identidad nacional? ¿Esa construcción sirvió para dominación? He intentado dar una visión general del tema que me interesó, disfruté mi intento.

BIBLIOGRAFÍA
José Joaquín Fernández de Lizardi, El Periquillo Sarniento, México, Porrúa, 2001.

Causa criminal contra José Cirilo, AGN, Criminal, vol. 6, foja 416, 1816.

Causa contra Mariano Fuentes, AGN, Inquisición, Vol. 1314, exp. 1, ff. 1 – 6, 1790.

Flores Martínez, Miguel Ángel, "Fernández de Lizardi 200 años después: La vigencia del Periquillo Sarniento" en Tiempo y Escritura, Núm. 18, junio 2010.

Prieto Hernández, Ana María, Acerca de la pendenciera e indisciplinada vida de los léperos capitalinos, México, CONACULTA, 2001.

Taylor, William B., Embriaguez, homicidio y rebelión en las poblaciones mexicanas, México, CFE, 1987.

Scarville, Michael C., “Alcohol Abuse and tavern in late Colonial Mexico City” en The Hispanic American Historical Review, vol. 60, num. 4 , noviembre 1980.

Vázquez Meléndez, Miguel Ángel, “El consumo del pulque en la ciudad de México”, en Pilar Gonzalbo Aizpuru, “Historia de la vida cotidiana en México. Vol. III El siglo XVIII: Entre la tradición y el cambio”, México, COLMEX/FCE, 2005.

Yangilevich , Melina, "Violencia, convites y bebidas en la campaña bonaerense, 2da mitad del siglo XIX", en Revista ANDES, No. 18, 2007.

Socorp
22-jul.-2011, 00:07
¿Te han comisionado este trabajo? Me llama la atenciòn el argumento.

Un gusto de verte màs a menudo por acà.
Saludos

ANGELCAIDOP4
22-jul.-2011, 00:40
¿Te han comisionado este trabajo? Me llama la atenciòn el argumento.

Un gusto de verte màs a menudo por acà.
Saludos


Hola, es un ensayo de fin de trimestre.

También me da gusto encontrarte por estos lares.

Juan Antonio Hinojosa
15-sep.-2011, 08:21
Tal es tu descricion,que por un momento,me siento cliente de la pulperia