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Ver la Versión Completa : La homosexualidad y la Biblia ( Amen )



sawi
03-jun.-2011, 11:26
Hoy, como nunca antes, el debate en torno a los temas sexuales divide a nuestras iglesias. Al igual que lo hizo el tema de la esclavitud hace ciento cincuenta años, la cuestión de la homosexualidad amenaza con fracturar a todas las denominaciones. Naturalmente, nos volvemos a la Biblia en busca de una guía, y nos hallamos hundidos en las arenas movedizas de la interpretación. ¿Puede la Biblia decirnos algo en nuestra confusión sobre esta materia?

Algunos pasajes que han sido sugeridos como pertinentes al tema de la homosexualidad, en realidad, son irrelevantes. Uno es el intento de violación de los hombres de Sodoma (Génesis 19:1-29) (*), ya que ese era un caso de varones ostensiblemente heterosexuales en un intento de humillar a los extranjeros, tratándolos “como mujeres”, despojándolos de su masculinidad. (Éste es, también, el caso en la narración similar de Jueces 19-21). Su brutal conducta no tiene nada que ver con el problema de si es legítimo o no, un genuino amor expresado entre adultos del mismo sexo, que consienten tal relación. De modo análogo, el texto de Deuteronomio 23:17-18 debe sacarse de la lista, ya que muy probablemente se refiere a prostitución de heterosexuales involucrados en ritos cananeos de fertilidad, que se habían infiltrado en el culto judío; la versión Reina Valera (1960), inexactamente, lo califica de “sodomita”.

Varios otros textos son ambiguos. No es claro si 1ª Corintios 6:9 y 1ª Timoteo 1:10 se refieren a los miembros “pasivos” y “activos” de las relaciones homosexuales, o a los varones prostituidos homosexuales y heterosexuales. En resumen, no es claro si el tema es la homosexualidad en sí, o la promiscuidad y “comercio sexual”.

Condenaciones inequívocas

Eliminados estos tres textos, nos quedan tres referencias, todas las cuales, inequívocamente, condenan la conducta homosexual. El libro de Levítico 18:22 declara el principio: (Tú, varón, “no te acostarás con un varón como si fuera una mujer: es una abominación”. El segundo texto (Levítico 20:13) añade el castigo: “Si un hombre se acuesta con otro hombre como si fuera una mujer, los dos cometen una cosa abominable; por eso serán castigados con la muerte y su sangre caerá sobre ellos"”

Un acto tal se consideraba como una “abominación” por varias razones. La comprensión pre-científica hebrea era que el semen masculino contenía la totalidad de la vida naciente. Sin el conocimiento de los óvulos y de la ovulación, se suponía que la mujer suministraba solamente el lugar de incubación. De ahí que derramar semen por cualquier propósito no-procreativo -en coitus interruptus (Génesis 38:1-11) en actos homosexuales masculinos, o de masturbación masculina- se consideraba equivalente al aborto o al asesinato. Consecuentemente, los actos homosexuales femeninos no se consideraban tan seriamente y no se los menciona en absoluto en todo el Antiguo Testamento (pero véase Romanos 1:26). Se puede apreciar en qué medida valoraría la procreación una tribu que luchaba por poblar un país, cuyos habitantes los sobrepasaban numéricamente; pero tales valores se vuelven cuestionables en un mundo que afronta una superpoblación que escapa a todo control.

Además, cuando un hombre actuaba sexualmente como si hubiera sido una mujer, la dignidad masculina estaba comprometida. Era una degradación, no solamente con respecto de sí mismo, sino con relación a todos los demás varones. El sistema patriarcal de la cultura hebrea se revela en la misma formulación del mandato, ya que no se formuló una censura similar para prohibir actos homosexuales entre mujeres. Y la aversión sentida hacia la homosexualidad no era porque se la juzgara precisamente antinatural, sino también porque se la consideraba anti-judía, representando una invasión más, todavía, de la civilización pagana en la vida judía. Un efecto de eso es la muy universal aversión que los heterosexuales tienden a sentir por actos y orientaciones extraños a ellos (ser zurdo ha provocado algo de la misma respuesta en muchas culturas).

Sin embargo, cualquiera sea la razón de ser de su formulación, los textos no dejan lugar a que se los manipule. Se ejecutará a aquellas personas que cometan actos homosexuales. Éste es el claro mandato de la Escritura. El significado no da lugar a equívocos: cualquiera, sea varón o mujer, que desee basar sus creencias sobre el testimonio del Antiguo Testamento, debe ser completamente coherente y pedir la pena de muerte para todo aquel que ejerza actos homosexuales. (Eso puede parecer extremo, pero, en realidad, hay algunos cristianos, hoy en día, propugnando precisamente esto). Aunque no sea posible que un tribunal ejecute nuevamente a los homosexuales, un sorprendente número de gays son asesinados por heterosexuales cada año, en este país.

Los textos del Antiguo Testamento tienen que sopesarse con los del Nuevo. En consecuencia, la inequívoca condena de la conducta homosexual en Romanos 1:26-27, debe ser el centro de toda discusión.

Por esta razón, Dios los entregó a pasiones vergonzosas. Sus mujeres cambiaron las relaciones sexuales naturales por otras contrarias a la naturaleza y, del mismo modo, también los hombres, dejando las relaciones sexuales naturales con la mujer, ardieron en deseos los unos por los otros. Los hombres cometieron actos vergonzosos con hombres y recibieron, en sus propias personas, el castigo merecido por su extravío.

Sin duda, Pablo era ajeno a la distinción entre orientación sexual, a través de la cual evidentemente se tiene muy poca elección, y conducta sexual, a través de la cual sí se la tiene. Parece dar por sentado que aquellos a quienes condena, son heterosexuales y están actuando contrariamente a la naturaleza, “dejando”, “abandonando” o “cambiando” su orientación sexual verdadera por aquella que se fija en los primeros años de vida, o tal vez hasta genéticamente, en algunos casos. Para tales personas, tener relaciones heterosexuales sería actuar en forma contraria a la naturaleza, “dejando”, “abandonando” o “cambiando” su orientación sexual natural.

De igual modo, las relaciones que Pablo describe están cargadas de lujuria; no son relaciones de genuino amor entre personas del mismo sexo. No son relaciones entre adultos del mismo sexo, que las consienten y que recíprocamente se comprometen, con fidelidad y con tanta integridad como cualquier pareja heterosexual. Por otra parte, algunas personas suponen que las enfermedades venéreas y el SIDA, son castigos de Dios por la conducta homosexual; sabemos que es un riesgo involucrado en la promiscuidad de toda índole, homosexual y heterosexual. En realidad, la gran mayoría de las personas con SIDA alrededor del mundo, son heterosexuales. Difícilmente podemos poner al SIDA bajo el rótulo de “castigo divino”, ya que las lesbianas no-promiscuas casi no corren ningún riesgo.

Y Pablo cree que la homosexualidad es contraria a la naturaleza; sin embargo, hemos aprendido que se manifiesta en una extensa variedad de especies, especialmente (pero no en forma exclusiva) bajo la presión de la sobrepoblación. Entonces, esto parecería ser un mecanismo completamente natural para preservar las especies. Por supuesto, no podemos decidir la conducta ética humana exclusivamente sobre la base de la conducta animal o de las ciencias humanas, pero aquí Pablo está argumentando desde la naturaleza, como él mismo lo dice, y el nuevo conocimiento de lo que es “natural” es, por consiguiente, pertinente al caso.

sawi
03-jun.-2011, 11:30
Continuacion... Amen

El problema de la autoridad.

Estos casos son pertinentes con respecto de nuestra actitud hacia la autoridad de las Escrituras. Con toda claridad, consideramos que ciertas cosas del Antiguo Testamento ya no son valederas. Otras cosas, aún las consideramos como valederas, incluyendo la legislación en el Antiguo Testamento que no se menciona en absoluto en el Nuevo. ¿Cuál es nuestro principio de selección aquí?

Por ejemplo, los lectores modernos están de acuerdo con la Biblia al rechazar:

el incesto

la violación

el adulterio

las relaciones sexuales con animales

Pero disentimos con la Biblia en muchas otras prácticas sexuales. La Biblia condena las siguientes conductas, que nosotros, por lo general, permitimos:

las relaciones sexuales durante la menstruación

el celibato

la endogamia

dar nombre a los órganos sexuales

la desnudez (bajo ciertas circunstancias)

la masturbación (exceptuado el Catolicismo)

el control de la natalidad (exceptuado el Catolicismo)

Y la Biblia considera el semen y el flujo menstrual como impuros, lo que nosotros no.

Asimismo, la Biblia permite conductas que hoy condenamos:

la prostitución

la poligamia

el casamiento por levirato

el sexo con esclavos

el concubinato

el trato de la mujer como propiedad

el casamiento prematuro (para la niña de 11 a 13 años)

Y, mientras que el Antiguo Testamento aceptó el divorcio, Jesús lo prohibió.

¿Por qué, entonces, apelamos a someter a prueba los textos de las Escrituras solamente en el caso de la homosexualidad, cuando nos sentimos perfectamente libres para discrepar con las Escrituras en la mayoría de otros temas sexuales?

Obviamente, muchas de nuestras preferencias en estos asuntos son arbitrarias. La poligamia mormona estaba prohibida en este país, a pesar de la protección constitucional a la libertad de cultos, porque violaba los sentimientos de la cultura cristiana dominante. Sin embargo, no existe una prohibición bíblica explícita contra la poligamia.

El problema de la autoridad no se mitiga con la doctrina de que los requisitos cúlticos del Antiguo Testamento fueron abrogados por el Nuevo, y que solamente los mandatos morales del Antiguo Testamento permanecen vigentes. Pues la mayoría de estas prácticas caen entre los mandatos morales. Si insistimos en ubicarnos bajo la antigua ley, entonces, tal como Pablo nos lo recuerda, “estamos obligados a observar íntegramente la Ley” (Gálatas 5:3). Pero, si Cristo es “el término de la Ley” (Romanos 10:4), si hemos sido eximidos de la Ley para servir, no bajo el viejo código escrito, sino en el nuevo código de vida del Espíritu (Romanos 7:6), entonces, todas estas prácticas sexuales quedan bajo la autoridad del Espíritu. Por lo tanto, no podemos tomar, ni siquiera lo que Pablo dice, como una nueva ley. Los mismos fundamentalistas se reservan el derecho de elegir y tomar qué leyes mantendrán, a pesar de que rara vez reconozcan hacer justamente eso.

Juzguen por ustedes mismos

Me parece que el quid de la cuestión es, simplemente, que la Biblia no tiene ética sexual. No hay ética sexual bíblica. En cambio, presenta un surtido de costumbres sexuales, algunas de las cuales cambiaron a través del milenio de historia bíblica. Las costumbres son prácticas irreflexivas aceptadas por una comunidad dada. Muchas de las prácticas que la Biblia prohíbe, nosotros las permitimos, y a la inversa, muchas de las prácticas que la Biblia permite, nosotros las prohibimos. La Biblia conoce solamente una ética del amor, la cual constantemente se aplica sobre cualquier costumbre social que domine en cualquier país, o cultura, o período dados.

La mera noción de “ética sexual” refleja el materialismo y el resquebrajamiento de la vida moderna, en la cual de manera creciente definimos nuestra identidad sexual. La sexualidad no puede separarse del resto de la vida. Ningún acto sexual es ético en sí y por sí mismo, sin referencia al resto de la vida de una persona, a sus pautas culturales, a las circunstancias especiales afrontadas y a la voluntad de Dios. Lo que tenemos son, simplemente, costumbres sexuales, las cuales cambian, algunas veces con sorprendente velocidad, creando dilemas que nos dejan perplejos. Tan solo en el curso de nuestras vidas, hemos sido testigos del cambio de preservar la propia virginidad hasta el matrimonio, a parejas que conviven por varios años antes de casarse. La respuesta de muchos cristianos es meramente añorar la hipocresía de una época pasada.

Más bien, nuestra tarea moral es aplicar la ética del amor de Jesús a todas las costumbres sexuales que estén generalizadas en una cultura dada. Podríamos dirigirnos a jóvenes adolescentes no con leyes y mandatos cuya violación es un pecado, sino mejor con las tristes experiencias de tantos de nuestros propios hijos, que encuentran agobiantes las relaciones sexuales demasiado tempranamente iniciadas, y que reaccionan con un celibato voluntario y aun con la negativa a un noviazgo. Podemos dar razones sólidas y órdenes incumplibles. Podemos desafiar tanto a los gays como a los heterosexuales a cuestionar sus conductas, a la luz del amor y de los requisitos de fidelidad, honestidad, responsabilidad y genuina preocupación por los mejores intereses del otros y de la sociedad como un todo. La moralidad cristiana, después de todo, no es un cinturón de castidad para reprimir instintos, sino un modo de expresar la integridad de nuestra relación con Dios. Es un intento de descubrir una forma de vida que sea consistente con la imagen de quien Dios nos creó para que fuéramos. Para aquellos de orientación homosexual, ser instrumentos morales que rechacen las costumbres sexuales que violen su propia integridad y la de otros, y tratar de descubrir qué significaría vivir según la ética del amor de Jesús.

Morton Kelsey va tan lejos como para sostener que la orientación homosexual no tiene nada que ver, como tal, con la moralidad, de igual manera que el ser zurdo. Es, simplemente, el modo como se configura la sexualidad de algunas personas. La moralidad entra en el punto de cómo se ejecuta esa predisposición. Si la viéramos como un don de Dios para aquellos para quienes es normal, podríamos llegar más allá de la acritud y brutalidad que tan frecuentemente ha caracterizado la conducta poco cristiana de los cristianos, hacia los gays.

Por aproximación desde el punto de vista del amor más bien que por el de la ley, la cuestión se transforma inmediatamente. Ahora, la pregunta no es “¿Qué está permitido?”, sino más bien “¿Qué significa amar a mi prójimo homosexual?”. Abordando el tema desde el punto de vista de la fe, antes que de las obras, la pregunta deja de ser “¿Qué constituye una violación de la ley divina en el reino sexual?” y, en su lugar, se torna en “¿Qué constituye integridad ante el Dios revelado en el amante cósmico, Jesucristo?”. Aproximados desde el punto de vista del Espíritu antes que el de la letra, la pregunta deja de ser “¿Qué mandan las Escrituras?” y se torna en “¿Cuál es la palabra que el Espíritu habla ahora a las iglesias, a la luz de las Escrituras, la tradición, la teología, la psicología, la genética, la antropología y la biología?”

En una declaración poco recordada de Jesús, dijo: “¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo?” (Lucas 12:57). Tan soberana libertad sobrecoge de terror los corazones de muchos cristianos; ellos hubieran preferido estar bajo la ley y que se les dijera aquello que está bien. Con todo, Pablo mismo se hace eco del modo de pensar de Jesús, inmediatamente anterior a una de sus posibles referencias a la homosexualidad: “¿Ignoran que vamos a juzgar a los mismos ángeles? Con mayor razón entonces, los asuntos de esta vida” (1ª Corintios 6:3). La última cosa que Pablo hubiera querido es que las personas respondieran a este consejo ético como una nueva ley grabada en tablas de piedra. Él está tratando de “juzgar por sí mismo lo que está bien”. Si ahora tenemos nuevas evidencias en relación al fenómeno de la homosexualidad, ¿no estamos obligados a volver a evaluar todo el problema a la luz de todos los datos asequibles, y decidir, ante Dios, por nosotros mismos? ¿No es esta la libertad fundamental de obediencia en la cual el evangelio nos pone?

Por supuesto, se puede objetar que este análisis nos ha atraído tan encima de los textos, que se nos ha perdido la visión general de la Biblia. Con toda claridad, la Biblia considera la conducta homosexual como un pecado, y si lo declara así una o mil veces, esto está fuera de propósito. Al igual que algunos de nosotros que crecimos “sabiendo” que los actos homosexuales eran el pecado inconfesable, aunque nadie siquiera hablara sobre él, así toda la Biblia “sabe” que está mal.

Admito sin reservas todo eso. La cuestión es precisamente si el juicio bíblico es correcto. La Biblia aprobó la esclavitud como buena y, en ningún lugar, la atacó como injusta. ¿Estamos dispuestos a argüir que la esclavitud está bíblicamente justificada hoy? Hace ciento cincuenta años, cuando la discusión sobre la esclavitud era feroz, la Biblia parecía estar claramente del lado de los propietarios de esclavos. Los abolicionistas eran fuertemente presionados para que justificasen su oposición a la esclavitud sobre bases bíblicas. Y, todavía hoy, si debieran preguntar a los cristianos del sur de los Estados Unidos si la Biblia aprueba la esclavitud, virtualmente cada uno estaría de acuerdo en que no. ¿Cómo explicamos tan monumental viraje?

sawi
03-jun.-2011, 11:34
Continuacion...


Lo que sucedió es que las iglesias fueron finalmente llevadas a penetrar más allá del carácter legal de la Escritura, a un contenido más profundo, expresado por Israel a partir de la experiencia del Éxodo y los profetas, y llevada a sublime encarnación en la identificación de Jesús con prostitutas, recaudadores de impuestos, los enfermos y tullidos y los marginados y pobres. Es que Dios está al lado de los que no tienen poder. Dios libera a los oprimidos. Dios sufre con los que sufren y gime por la reconciliación de todos las cosas. A la luz de esa suprema misericordia, cualquiera sea nuestra posición sobre los gays, el imperativo del evangelio a amar, cuidar e identificarse con sus sufrimientos es inequívocamente claro.

Del mismo modo, las mujeres nos están insistiendo en que admitamos el sexismo y el sistema patriarcal que permean la Escritura y que ha alejado a tantas mujeres de la iglesia. Sin embargo, la salida no es negar el sexismo en la Escritura, sino desarrollar una teoría interpretativa que juzgue aun a la Escritura misma, a la luz de la revelación de Jesús. Lo que Jesús nos da, es una crítica a la dominación en todas sus formas, una crítica que puede volverse sobre la misma Biblia. Por lo tanto, la Biblia contiene los principios de su propia corrección. Somos liberados de la bibliolatría, la adoración por la Biblia. Ella está restituida a su justo lugar como testimonio de la Palabra de Dios. Y esa palabra es una Persona, no un libro.

Con el tamiz interpretativo suministrado por una crítica de dominación, podemos separar el sexismo, el sistema patriarcal, la violencia y la homofobia, que constituyen una buena parte de la Biblia, liberándola así para que nos revele por nuevos caminos la orden de Dios para forzar la liberación de la dominación, en nuestro tiempo.

Un pedido de tolerancia

Lo que más me apena en todo este áspero debate en las iglesias, es qué poco cristiano ha sido las más de las veces. Es característico de nuestro tiempo que los problemas más difíciles de valorar y que han generado el mayor grado de animosidad, son temas sobre los cuales la Biblia puede interpretarse como sosteniendo ambos lados. Me refiero al aborto y a la homosexualidad.

Necesitamos retroceder unos pocos pasos y ser honestos con nosotros mismos. Estoy profundamente convencido de la exactitud de lo que he estado compartiendo con ustedes. Pero debo reconocer que no es un caso cerrado. Pueden encontrar debilidad en él, tal como yo puedo encontrarla en el de otros. La verdad es que no nos es dada una guía inequívoca en una u otra área: aborto u homosexualidad. Mejor que acogotándonos unos y otros, debiéramos admitir humildemente nuestras limitaciones. ¿Cómo sé

que estoy interpretando correctamente la palabra de Dios para nosotros hoy? ¿Cómo lo saben ustedes? ¿No sería más sabio que los cristianos bajáramos los decibeles un 95% y serenamente presentáramos nuestros casos, sabiendo completamente bien que podríamos estar equivocados?

Sé de una pareja, ambos bien conocidos autores cristianos, por propio derecho, que han hablado -ambos- sobre la cuestión de la homosexualidad. Ella sostiene a los gays apasionadamente; él se opone a su conducta con tenacidad. Hasta donde puedo decirlo, esta pareja todavía disfruta de su mutua compañía, come a una misma mesa y -por cuanto sé- duermen en la misma cama.

Nosotros, en la iglesia, debemos alcanzar nuestras prioridades en orden. No hemos alcanzado un consenso sobre quién tiene razón en el problema de la homosexualidad. Pero lo que es claro, expresamente claro, es que se nos ordena amarnos mutuamente. Amar no precisamente a nuestras hermanas y hermanos gay, que frecuentemente están sentados a nuestro lado en la iglesia, no reconocidos, sino a todos los involucrados en este debate. No tenemos que desgarrar en jirones a todas las denominaciones, a fin de ventilar nuestras diferencias en este punto. Si aquella pareja que mencioné puede continuar abrazándose a través de esta separación, seguramente todos nosotros podemos hacer otro tanto.



Fuente:

http://www.pastoralsida.com.ar/sexualidad/walterwink.htm

irma-princesa
21-jun.-2011, 11:20
en mi opinion es que poreso dios creo a un hombre.y a una mujer si no ubiera creado puros hombres o puras mujeres una cosa es que ya nasen y otra contanta liberacion ya se acen lesbianas o gay......

Casanova666
21-jun.-2011, 12:33
en mi opinion es que poreso dios creo a un hombre.y a una mujer si no ubiera creado puros hombres o puras mujeres una cosa es que ya nasen y otra contanta liberacion ya se acen lesbianas o gay......

Mis repetos pa usted totalmente de acuerdo:wink:

aural-35
21-jun.-2011, 18:39
en mi opinion es que poreso dios creo a un hombre.y a una mujer si no ubiera creado puros hombres o puras mujeres una cosa es que ya nasen y otra contanta liberacion ya se acen lesbianas o gay......

y yo no estoy de acuerdo contigo......como te haras lesbiana o gay con el libertinaje si tiendes a eso es por que ya lo traes dentro de ti,una cosa es que lo aceptes despues y te animes a tener una relacion llamese sexual o afectiva con una persona de tu mismo sexo......tal ves te falte escuchar la forma de sentir de alguna persona homosexual o lesbiana....

kashia
21-jun.-2011, 19:51
totalmente de acuerdo con aural

la verdad se me hace una verdadera tonteria lo que dijo irma
es un comentario taaan predecible que da flojera

charpe
21-jun.-2011, 21:34
en mi opinion es que poreso dios creo a un hombre.y a una mujer si no ubiera creado puros hombres o puras mujeres una cosa es que ya nasen y otra contanta liberacion ya se acen lesbianas o gay......

Aunque fuera cierto y los humanos fueran creacion de dios, seguiria siendo equivocado y malvado este pensamiento. Y es falso, es un pretexto estupido.

Flop
25-jun.-2011, 17:13
QUIENES SOMOS PARA JUZGAR? mientras tu no seas lo que no quieres ser, buscate pareja y deja de pensar en otros, porque no haces nada más que criticar, no generas cambió ni progreso, no aportas nada. Si tienes inquietud de tus preferencias no fastidies al resto.

bss y abrzs

alinaje
01-jul.-2011, 10:58
En mi muy humilde opinion siento que la decadencia del mundo no hay quien la pare, ni aceptando cosas que en el principio de los tiempos ni por error se hubieran permitido, ni pensando que todo esta bien y no pasa nada, que todo esta de moda y es la onda, o que todo se vale si no dañas a nadie
al fin y al cabo hasta sin tomar en cuenta la biblia que es inspiracion del mismisimo creador, todos notamos ya sea en el trabajo, en la escuela, en la tele, esa pena y vacio que embarga al mundo a pesar de poder hacer lo que se les pegue la gana por que todo se acepta. Yo me pregunto, por que sera que intentamos de todo y nada nos llena? No sera que si necesitamos la guia de un creador que nos diga que nos hace felices? En la biblia hay un texto que condena claramente a la gente homosexual, dice algo asi como...... Ni hombres que se acuestan con hombres(o mujeres) entraran al reyno de dios, entonces vuelvo a preguntarme, tenemos un dios tonto o loco como parar condenar algo que es natural, o como en babilonia la decadencia del mundo esta cañon y estamos tan cegados y no nos damos cuenta del acabose que creamos? Aparte en la biblia hay otro texto que dice algo asi como....el que comete fornicacion peca.......pero contra su propio cuerpo y es mentira? Desmientanme leyendola

gabagaba
01-jul.-2011, 21:05
alinaje

Aparte de la Biblia, tendras una vision mas amplia del cristianismo, si lees todo el texto de este enlace.

http://oldcivilizations.wordpress.com/2011/02/26/los-%E2%80%9Cdioses%E2%80%9D-de-la-antigua-sumer-%C2%BFsiguen-estando-presentes-en-la-actualidad-%E2%80%93-las-religiones/

saludos cordiales

Gina Andrea
01-jul.-2011, 21:10
en mi opinion es que poreso dios creo a un hombre.y a una mujer si no ubiera creado puros hombres o puras mujeres una cosa es que ya nasen y otra contanta liberacion ya se acen lesbianas o gay......
El hombre nace hombre, la mujer nace mujer. Lo demas es una desviación del propio ser humano que escoge lo malo.

Y para Kas, la verdad esta ante ti y es tan monumental y poderosa que tal vez no la puedas creer.

charpe
01-jul.-2011, 21:51
El hombre nace hombre, la mujer nace mujer. Lo demas es una desviación del propio ser humano que escoge lo malo.

Y para Kas, la verdad esta ante ti y es tan monumental y poderosa que tal vez no la puedas creer.

Gina,tu y tus traumas siempre son un vodevil. Es bueno que estes por aqui.

kashia
01-jul.-2011, 23:03
a mi ni me hables gina

eenriquee
02-jul.-2011, 05:23
Condenar a los homosexuales con argumentos tan ridículos da grima, y vergüenza ajena también.

Pingüina
26-sep.-2011, 16:54
en mi opinion es que poreso dios creo a un hombre.y a una mujer si no ubiera creado puros hombres o puras mujeres una cosa es que ya nasen y otra contanta liberacion ya se acen lesbianas o gay......

Querida, hay homosexualidad hasta en los animales. ¿Cómo me explicas eso, si ellos no entienden del bien y el mal?

Juan Antonio Hinojosa
28-sep.-2011, 13:26
La Biblia,fuera del Mensaje que supuestamente quiera enviar(No voy a entrar en el trapo),es la mayor coleccion de pornografia existente:incestos,violaciones,homosexualidad...
La homesexualidad,es una Opcion.Pueden entrar las hormonas,la sicologia....!Todo el mundo,tiene dercho a hacer "de su capa un sayo"