FUHRER
17-jun.-2010, 18:38
La semana pasada me encontraba en la bella y blanca ciudad de Mèrida, cuando en el parque principal, viendo a las palomas que eran alimentadas por los infantes acompañados por sus mamis, se sentò junto a mi una chica fuereña de apenas ( calculo ) 16 años.
Se veìa triste, angustiada, asustada.
Metièndome en lo que no me importa, le preguntè que era lo que la acongojaba, y la pequeña me respondiò : ¡ Creo que estoy embarazada, y mi novio me mandò al carajo cuando lo supo !
Luego me acotò, ¡ Si alguien pudiera ayudarme, yo le pagarìa como èl quisiera !
Yo le ofrecì mi ayuda desinteresada pensando que lo que pedìa era orientaciòn, ayuda econòmica, consejo, etc.
Ya sabìa a que se referìa, pero quise pecar de ingenuo.
La chica me planteò que necesitaba cinco mil pesos para acudir con alguien que la hiciera abortar el producto, que apenas tenìa dos meses de vida.
Yo le externè que lo que pensaba hacer era un crimen, un asesinato, y que su vida tambièn corrìa peligro, pues se ponìa en manos criminales que solo lucran con la angustia de los inocentes sin importarles las consecuencias.
Ella me dijo que su vida no le importaba, y que era mejor morir a vivir desgraciada toda su existencia.
Yo la invitè a un lugar menos bullicioso, y le enseñè mil razones para vivir.
Espero no haber errado con mi participaciòn en su inminente resoluciòn de vida.
Pero creo que hice lo correcto
Se veìa triste, angustiada, asustada.
Metièndome en lo que no me importa, le preguntè que era lo que la acongojaba, y la pequeña me respondiò : ¡ Creo que estoy embarazada, y mi novio me mandò al carajo cuando lo supo !
Luego me acotò, ¡ Si alguien pudiera ayudarme, yo le pagarìa como èl quisiera !
Yo le ofrecì mi ayuda desinteresada pensando que lo que pedìa era orientaciòn, ayuda econòmica, consejo, etc.
Ya sabìa a que se referìa, pero quise pecar de ingenuo.
La chica me planteò que necesitaba cinco mil pesos para acudir con alguien que la hiciera abortar el producto, que apenas tenìa dos meses de vida.
Yo le externè que lo que pensaba hacer era un crimen, un asesinato, y que su vida tambièn corrìa peligro, pues se ponìa en manos criminales que solo lucran con la angustia de los inocentes sin importarles las consecuencias.
Ella me dijo que su vida no le importaba, y que era mejor morir a vivir desgraciada toda su existencia.
Yo la invitè a un lugar menos bullicioso, y le enseñè mil razones para vivir.
Espero no haber errado con mi participaciòn en su inminente resoluciòn de vida.
Pero creo que hice lo correcto