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Quintiliano
25-abr.-2010, 07:15
Alejandra dice:

"La muerte es una cosa, es un cuerpo político que alienta en el lugar de mi nacimiento."

Alejandra Pizarnik (1936-1972)

"Que desmemoria no te guie."

Una sobredosis de seconal acabó con su vida. Era el 25 de septiembre de 1972, en Buenos Aires.

"Yo le dije que en mis poemas la muerte era mi amante y mi amante era la muerte".

Todo lo que huela a Alejandra lo pondré aquí.
Simplemente hay que poner:

Alejandra dice...

Quintiliano
25-abr.-2010, 12:05
Alejandra dice...

Pavana para una infanta difunta
A Alejandra Pizarnik

Pequeña centinela
caes una vez más por la ranura de la noche
sin más armas que los ojos abiertos y el terror
contra los invasores insolubles en el papel en blanco.
Ellos eran legión.
Legión encarnizada era su nombre
y se multiplicaban mientras tu te destejías hasta el último hilván,
arrinconándote contra las telarañas voraces de la nada.
El que cierra los ojos se convierte en morada de todo el universo.
El que los abre traza la frontera y permanece a la intemperie.
El que pisa la raya no encuentra su lugar.
Insomnios como túneles para probar la inconsistencia de toda realidad;
noches y noches perforadas por una sola bala que te incrusta en lo oscuro;
y el mismo ensayo de reconocerte al despertar en la memoria de la muerte:
esa perversa tentación,
ese ángel adorable con hocico de cerdo.
¿Quién habló de conjuros para contrarrestar la hérida del propio nacimiento?
¿Quién habló de sobornos para los emisarios del propio porvenir?
Sólo había un jardín: en el fondo de todo hay un jardín
donde se abre la flor azul del sueño de Novalis.
Flor cruel, flor vampira,
más alevosa que la trampa oculta en la felpa del muro
y que jamás se alcanza sin dejar la cabeza o el resto de la sangre en el umbral.
Pero tú te inclinabas igual para cortarla donde no hacías pié,
abismos hacía adentro.
Intentabas trocarla por la criatura hambrienta que te deshabitaba.
Erigías pequeños castillos devoradores en su honor;
te vestías de plumas desprendidas de la hoguera de todo posible paraíso;
amaestrabas animalitos peligrosos para roer los puentes de la salvación;
te perdías igual que la mendiga en el delirio de los lobos;
te probabas lenguajes como ácidos, como tentáculos
como lazos en manos del estrangulador.
¡Ah los estrágos de la poesía cortándote las venas con el filo del alba
y esos labios exangües sorbiendo los venenos en la inanidad de la palabra?
Y de pronto no hay más.
Se rompieron los frascos.
Se astillaron las luces y los lápices.
Se desgarró el papel con la desgarradura que te desliza en otro laberinto.
Todas las puertas son para salir.
Ya todo es al revés de los espejos.
Pequeña pasajera,
sola con tu alcancía de visiones
y el mismo insoportable desamparo debajo de los pies:
sin duda estás clamando para pasar con tus voces de ahogada,
sin duda te detiene tu propia inmensa sombra que aún te sobrevuela
en busca de otra,
o tiemblas frente a un ala de insecto que cubre con su membrana todo el caos,
o te amedrenta el mar que cabe desde tu lado en esta lágrima.
Pero otra vez te digo,
ahora que el silencio te envuelve por dos veces como un manto:
en el fondo de todo hay un jardín.
Ahí está tu jardín,
Talita cumi.

Olga Orozco

Quintiliano
25-abr.-2010, 14:05
Alejandra dice:

No hubieran sido mas que pájaros sin Alejandra
cuando el suicidio los impulsa al vuelo


Hay dos cosas verdaderamente graves e infelices:
los sueños cuando no refieren más que al destino
de sus criaturas y dragones rojos a ciertas ho-
ras de la madrugada. Amén, de otros mayores y
menores./ Por ejemplo: el libro (Ediciones Ga-
llimard o N.F.R. de lujo) y las conclusiones sin aliento.

También hay otra que desconcierta, cuando el seco-
nal sódico es una invitación en pequeñas cantidades
y deja que el viento sin el roce de la piel acumule
nostalgias, sin el fémur quieto entre las sábanas,
las páginas aun en blanco y las manos sin nada que decir.

Y es ahí, que la piedra de la locura cambia de color,
que se transforma y no se detiene, que su peso es
entonces más del debido y tus sueños son más afila-
dos que tus senos y más cortantes que las caricias
y que ya no es posible su extracción de los estantes.

Pero entonces ahí es, —dulce bretoniana incorregible—
que los ojos advierten que hay dos cosas verdade-
ramente graves e infelices, que dejan de lado el
Arte Poético, los labios proscritos
y el despertar de la mañana para siempre.

Manuel Ruano

Quintiliano
26-abr.-2010, 13:12
Alejandra dice:

Alejandra

tus ojos

un agua donde la alquimia no se atreve a descifrar otra muerte
que la mirada

¿quién hurga en la astrología para prevenir a tu ausencia
de la elección de tus manos?

¿quién tira las cartas para arrojar un puñado de arena y
correr a tu costado para detener lo indetenible?

tus ojos se daban demasiadas treguas

Alejandra;

este absoluto jardín en el que recortas la figura de tu cuerpo y
la ciñes a la lucidez de la que extrajiste la piedra del suicidio
que arrojaste contra todos contra todos

No contra un espejo en el que las tijeras velan la sonrisa de una
muñeca que llamabas Alejandra

Alicia Bello

Árbol de Fuego 8.82,
(enero de 1975): 3.

Quintiliano
02-may.-2010, 13:37
Alejandra dice:


La tregua


En memoria de Alejandra Pizarnik - 29/9/72

Ah tu odiosamente bella poesía,
tu adorable crueldad para contigo.
Tu despiadado amor:
fiera del sol mordiendo el horizonte.
Ay de tu loca piedra jamás recuperada.
Ay de tus magos rojos,
arañando la angustia inútilmente.
Te leerán damas gordas mientras toman el té;
te leerán convencidas que dolor
es apretarse los dedos con la puerta.
Ah maga roja,
ay de tu odiosamente bella poesía:
ánfora griega en medio de un baldío.
No sobreviviste a tu fósil como otros,
haz elegido la paz de los auténticos.
Queda tu odiosamente bella poesía,
cómo un navío egipcio,
incendiando la mugre del riachuelo.

Federico Moreira

Quintiliano
03-may.-2010, 06:09
Alejandra dice:


PROPOSICIONES


¿adónde fue la obrera enamorada?

¿fue al aire la obrera enamorada?

la obrera de la palabra murió

¿por qué caminito se fue?



¿se fue por el camino que los días oscuros tejen

como hormigas desesperadas iguales?

¿como vaivén de pasos ciegos en un cuarto?

¿tendría la obrera poca luz?



¿y quién le quitó luz a la obrera la constante?

¿quién le fue apagando uno a uno los rostros

de la palabra enterrándolos muertos?

¿quién le cegó la luz de la palabra?



¿la obrera se fue porque ya no podía trabajar?

¿el aire estaba sordo mudo roto y ella

apenas tenía su confianza en la palabra confianza?

yo digo: mejor no llorar



mejor hacer otro mundo

yo digo: mejor hacer otro mundo

mejor hagamos un mundo para Alejandra

mejor hagamos un mundo para que Alejandra se quede



oh eternidades débiles perdidas para siempre

y vacas tristes entre la duda y la verdad

y sedas y delicias de la sombra

mejor hagamos un mundo para que Alejandra se quede


Juan Gelman "Relaciones"

Quintiliano
09-may.-2010, 02:33
Alejandra dice:


MUCHO MÁS ALLÁ

¿Y si nos vamos anticipando
de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza?

¿Y qué?
¿Y qué me das a mí,
a mí que he perdido mi nombre,
el nombre que me era dulce sustancia
en épocas remotas, cuando yo no era yo
sino una niña engañada por su sangre?

¿A qué , a qué
este deshacerme, este desangrarme,
este desplumarme, este desequilibrarme
si mi realidad retrocede
como empujada por una ametralladora
y de pronto se lanza a correr,
aunque igual la alcanzan,
hasta que cae a mis pies como un ave muerta?
Quisiera hablar de la vida .
Pues esto es la vida,
este aullido, este clavarse las uñas
en el pecho, este arrancarse
la cabellera a puñados , este escupirse
a los propios ojos, sólo por decir,
sólo por ver si se puede decir:
"¿es que yo soy? ¿ verdad que sí ?
¿no es verdad que yo existo
y no soy la pesadilla de una bestia?".

Y con las manos embarradas
golpeamos a las puertas del amor.
Y con la conciencia cubierta
de sucios y hermosos velos,
pedimos por Dios.
Y con las sienes restallantes
de imbécil soberbia
tomamos de la cintura a la vida
y pateamos de soslayo a la muerte.

Pues esto es lo que hacemos.
Nos anticipamos de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza.

Alejandra Pizarnik

Quintiliano
09-may.-2010, 06:35
Alejandra dice:

Salgo del abismo pisando muertos.

Todas las noches son sabias, en un tiempo que todo lo olvida.
Son inocentes las pintarrajeadas en paredes de altos muros y la luna vacía.
Las fértiles entrañas de mis ojos van escupiendo muertos por la calle.
Destacando de la muchedumbre, nuestras vidas se desestructuran
con la tranquilidad del aire recogido, como una madre triste alumbrando vidas.
Las luces de la noche parecen estrellas que brillan un momento en el cielo
y se precipitan irremisiblemente hacia la nada, entre convulsiones húmedas
de frío.

Es, cuando entonces estábamos como pieles de gallina, desintegrando
la materia con nuestras propias manos, volando el búho de Minerva.

Se hace tarde ya.

¡Venga! Que tenemos que marcharnos a enterrar a nuestros muertos.
Para secar la sangre de las frentes de las piedras. Yo he visto a esas piedras
abandonarse como se abandonan los niños, contando cuentos grotescos,
de soles frágiles y días sin remedio. Y Saturno negándose a comer hígados.
Genitor eclíptico de cristales rotos. Después de haberme dejado solo,
quiero creer como creen los niños, aunque la sonrisa no volverá a su sitio.
Hoy, soy un pájaro libre de plumas calladas, misteriosas, que dije lo que nadie
dijo, entremezclándome en abismos de lágrimas y burbujas de sueños.

-Seguiría engendrando palabras que significan poco.-

Ya se suicidó el último sentimiento que me quedaba de ti.

De repente, los muertos se pusieron a cantar,
y pájaros-piedras-plumas aplaudiendo a los lobos que matan, a la pena
por sí sola.

(Te ves nacer, te ves morir y resucitas...)

La vida de uno continúa sobre la muerte de otro. Y seguimos viviendo Alejandra.


Quintiliano

Quintiliano
21-may.-2010, 17:27
Alejandra dice:

No es un réquiem por Alejandra Pizarnik

Buscando vida en la verdad
andabas porque mueres, y no eres,
para sonreír para nosotros
buscando espejos trotamundos
y no para mirarte toda en soledad
cuando éramos los demás
los que te veíamos
a través de los espejos de tu rostro.

Si eres mendiga
estabas contemplativamente muda
estabas contemplativamente muda
y no eran deseos estallantes
ni delirios
la marca de las aromas
que media luz pedías para mayor vida.

Letargo de emociones,
serás en verdad
mi bautizo de amor
sin la materia de tu efímera ausencia.

Vicencio Durango

Quintiliano
05-jun.-2010, 22:12
Alejandra dice:


La soledad no es estar parada en el muelle
a la madrugada, mirando el agua con avidez
La soledad es no poder decirla
por no poder circundarla
por no poder darle un rostro
por no poder hacerla sinónimo de un paisaje
La soledad sería esta melodía rota de mis frases

Alejandra Pizarnik

LA PIEDRA DE LA SOLEDAD

EBRIA de láudano
Esperas en tu soledad sombría
Que el olvido cubra el Mundo
Y con él tus frases
Pero el ansiado descuido no logras
Y voceas nombres de pila
Encarando antiquísimas lápidas hebreas
Las noches se siguen una a otra
Y te caen encima como cuchillas
Palabras afiladas
¡Si supieran que de día te anocheces!
¡Si supieran que flaqueas!
Mientras con las comisuras de tu boca
Conspiras remotas texturas
En tus palabras dichas y redichas
El olvido no llega
Y te arrastras por el légamo
Henchida de palabras
Presagios
Y sospechas


NURIA RUIZ de Viñaspre

Quintiliano
04-jul.-2010, 17:02
Alejandra dice:

I

Las fuerzas del lenguaje son las damas solitarias, desoladas, que cantan a través de mi voz que escucho a lo lejos. Y lejos, en la negra arena, yace una niña densa de música ancestral. ¿Dónde la verdadera muerte? He querido iluminarme a la luz de mi falta de luz. Los ramos se mueren en la memoria. La yacente anida en mí con su máscara de loba. La que no pudo más e imploró llamas y ardimos.



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II
Cuando a la casa del lenguaje se le vuela el tejado y las palabras no guarecen, yo hablo.
Las damas de rojo se extraviaron dentro de sus máscaras aunque regresarán para sollozar entre flores.

No es muda la muerte. Escucho el canto de los enlutados sellar las hendiduras del silencio. Escucho tu dulcísimo llanto florecer mi silencio gris.



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III
La muerte ha restituido al silencio su prestigio hechizante. Y yo no diré mi poema y yo he de decirlo. Aún si el poema (aquí, ahora) no tiene sentido, no tiene destino.


(Alejandra Pizarnik, de La extracción de la piedra de la locura, 1968)

Quintiliano
17-oct.-2010, 03:40
Alejandra dice:

LA VIRGEN DE HIERRO

...parmi les rires rouges des lévres luiantes et les gestes monstrueux des femmes mécaniques.
R. DAUMAL


Había en Nüremberg un famoso autómata llamado la "Virgen de Hierro". La condesa Báthory adquirió una réplica para la sala de torturas de su castillo de Csejthe. Esta dama metálica era del tamaño y del color de la criatura humana. Desnuda, maquillada, enjoyada, con rubios cabellos que llegaban al suelo, un mecanismo permitía que sus labios se abrieran en una sonrisa, que los ojos se movieran. La condesa, sentada en su trono, contempla. Para que la "Virgen" entre en acción es preciso tocar algunas piedras preciosas de su collar. Responde inmediatamente con horribles sonidos mecánicos y muy lentamente alza los blancos brazos para que se cierren en perfecto abrazo sobre lo que esté cerca de ella --en este caso una muchacha. La autómata la abraza y ya nadie podrá desanudar el cuerpo vivo del cuerpo de hierro, ambos iguales en belleza. De pronto, los senos maquillados de la dama de hierro se abren y aparecen cinco puñales que atraviesan a su viviente compañera de largos cabellos sueltos como los suyos. Ya consumado el sacrificio, se toca otra piedra del collar: los brazos caen, la sonrisa se cierra así como los ojos, y la asesina vuelve a ser la "Virgen" inmóvil en su féretro.

Alejandra Pizarnik, en La Condesa Sangrienta (1971)

Quintiliano
16-nov.-2010, 20:13
Alejandra dice:

2 de enero de 1.961


Vi una vieja mendiga durmiendo en el suelo abrazada a una muñeca. (Yo no la vi. Mis ojos la vieron). Por qué esta mujer en el suelo frío, por qué duerme y hace la noche en ella y por qué necesita en su gran oscuridad abrazar a una mueca (sic.) [muñeca] enorme, nueva, bella, y por qué no duerme sin abrazarse a nada, así como vino a este mundo y por qué la gente necesita abrazarse a algo en particular esta vieja a una muñeca. Las muñecas no necesitan abrazar viejas para dormir…


Vi una vieja mendiga durmiendo en el suelo abrazada a una muñeca. Yo no la vi. Mis ojos la vieron. Y tuve miedo porque me dije por qué tantos pies y paraguas y perros y árboles y esta mujer en el suelo frío y por qué duerme y hace la noche en ella y por qué necesita —en su gran obscuridad— abrazar una muñeca enorme, nueva, bella, y por qué la gente necesita abrazarse a algo, y en particular esta vieja a una muñeca.


Alejandra Pizarnik

Quintiliano
18-nov.-2010, 21:03
Alejandra dice:


Aquí Alejandra


Bicho aquí,
aquí contra esto,
pegada a las palabras
te reclamo.

Ya es la noche, vení,
no hay nadie en casa

Salvo que ya están todas
como vos, como ves,
intercesoras,

llueve en la rue de l'Eperon
y Janis Joplin.

Alejandra, mi bicho,
vení a estas líneas, a este papel de arroz
dale abad a la Zorra,
a este fieltro que juega con tu pelo

(Amabas, esas cosas nimias
aboli bibelot d'inamité sonore

las gomas y los sobres
una papelería de juguete
el estuche de lápices
los cuadernos rayados)

Vení, quedate,
tomá este trago, llueve,
te mojarás en la rue Dauphine,
no hay nadie en los cafés repletos,
no te miento, no hay nadie.

Ya sé, es difícil,
es tan difícil encontrarse

este vaso es difícil,
este fósforo,

y no te gusta verme en lo que es mío,
en mi ropa en mis libros
y no te gusta esta predilección
por Gerry Mulligan,

Quisieras insultarme sin que duela
decir cómo estás vivo, cómo
se puede estar cuando no hay nada
más que la niebla de los cigarrillos,

Cómo vivís, de qué manera
abrís los ojos cada día

No puede ser, decís, no puede ser.

Bicho, de acuerdo,
vaya si sé pero es así, Alejandra,
acurrucate aquí, bebé conmigo,
mirá, las he llamado,
vendrán seguro las intercesoras,
el party-para vos, la fiesta entera,

Erszebet,
Karen Blixen

ya van cayendo, saben
que es nuestra noche, con el pelo mojado
suben los cuatro pisos, y las viejas
de los departamentos las espían

Leonora Carrington, mirala,
Unica Zorm con un murciélago
Clarice Lispector, aguaviva,

burbujas deslizándose desnudas
frotándose a la luz, Remedios Varo
con un reloj de arena donde se agita un láser
y la chica uruguaya que fue buena con vos
sin que jamás supieras
su verdadero nombre,
qué rejunta, qué húmedo ajedrez,
qué maison clase de telarañas, de Thelomions,
qué larga hermosa puede ser la noche
con vos y Joni Mitchell
con vos y Hélène Martin
con las intercesoras

animula el tabaco
vagula Anaïs Nim
blandula vodka tónic

No te vayas, ausente, no te vayas,
jugaremos, verás, ya están llegando
con Ezra Pound y marihuana
con los sobres de sopa y un pescado
que sobrenadará olvidado, eso es seguro,
en una palangana con esponjas
entre supositorios y jamás contestados telegramas.

Olga es un árbol de humo, cómo fuma
esa morocha herida de petreles,

y Natalía Ginzburg, que desteje
el ramo de gladiolos que no trajo.

¿Ves, bicho? Así. Tan bien y ya. El scotch,
Max Roach, Silvina Ocampo,
alguien en la cocina hace café

su culebra cantando
dos terrones un beso
Léo Ferré

No pienses más en las ventanas
el detrás el afuera

Llueve en Rangoon —
Y qué.

Aquí los juegos. El murmullo
(consonantes de pájaro
vocales de heliotropo)

Aquí, bichito. Quieta. No hay ventanas ni afuera
y no llueve en Rangoon. Aquí los juegos.


Alejandra Pizarnik

Quintiliano
24-nov.-2010, 18:52
Alejandra dice:



Linterna sorda


Los ausentes soplan y la noche es densa. La noche tiene el color de los párpados del muerto.
Toda la noche hago la noche. Toda la noche escribo. Palabra por palabra yo escribo la noche.

A.P.

Quintiliano
28-dic.-2010, 12:04
Alejandra dice:

(Y Alejandra FELICITA el AÑO NUEVO)


Diarios. 1 de enero, viernes [1960]


Que este año me sea dado vivir en mí y no fantasear ni ser otras, que me sea dado ponerme buena y no buscar lo imposible sino la magia y extrañeza de este mundo que habito. Que me sean dados los deseos de vivir y conocer el mundo. Que me sea dado el interesarme por este mundo.


Alejandra Pizarnik

euterpe
20-ago.-2011, 13:41
Alejandra dice:

La luz, lo malo
Girar en la niebla
Cuerpos luminosos, violadores de tumbas
Verde alameda que no es verde
Cielo tormentoso y celeste
Sol-humillación
Llamarse toda la noche
Ser de noche en ti
Corazón de la noche
Noche de los cuerpos
Ataúdes de colores deliciosos
Pequeñas figuras azules y doradas que gesticulan
Minúscula marioneta rosa
Paraguas celeste
Polvo dorado
Sol que mata, luz que es muerte
Cielo raso azul
Sombra de un pájaro de bello nombre
Voz apenas coloreada
Tenebrosa luminosidad de los sueños ahogados
Caballos blancos demasiado tarde
Vientos rojos, vientos negros
Es tan oscuro
Aurora de dedos negros
Noche de los cuerpos
Corazón de la noche
Luz tristísima
Parches negros en el ojo
Princesita ciega
Vida de tu sombra
Muro blanco
Espacio negro
Roja violencia elemental


Alejandra Pizarnik

euterpe
30-sep.-2011, 20:37
Alejandra dice:


Poética

A Alejandra Pizarnik

sucede que el tiempo nos detiene
lo traspasamos con una aguja ciega
existe un punto cero en el dominio
ahí el grito es efectivo
decir el grito en las paredes del pozo
“en el fondo de la luz”
pero en su sombra
donde el infierno es largo y además importa
en el punto cero de la hoja
ahí vale el silencio


Patricia Díaz Garbarino