Canción para todas las que eres.

[parzival]

Buscando un poema de Eliseo Diego, encontré este otro, también de él y quise brindarlo aquí.

CANCIÓN PARA TODAS LAS QUE ERES

No solo el hoy fragante de tus ojos amo
sino a la niña oculta que allá dentro
mira la vastedad del mundo con redondo azoro,
y amo a la extraña gris que me recuerda
en un rincón del tiempo que el invierno ampara.
La multitud de ti, la fuga de tus horas,
amo tus mil imágenes en vuelo
como un bando de pájaros salvajes.
No solo tu domingo breve de delicias
sino también un viernes trágico, quien sabe,
y un sábado de triunfos y de glorias
que no veré yo nunca, pero alabo.
Niña y muchacha y joven ya mujer, tu todas,
colman mi corazón, y en paz las amo.

[MagAnna]

Tenemos que seguir nombrando las cosas, nene. Canciones? Vale, también lo haremos. Haces bien cielo, hay que seguir. :001_smile:

[Juan E]

Hermoso poema, me viene como anillo al dedo en estos momentos.

[parzival]

Tenemos que seguir nombrando las cosas, nene. Canciones? Vale, también lo haremos. Haces bien cielo, hay que seguir. :001_smile:

MagAnnita, seguro que debemos seguir nombrando las cosas, todas ellas que nos hacen ser, para, como dice Eliseo Diego:

...que cuando pierda el Paraíso de mi calle
y mis olvidos me la vuelvan sueño,
pueda llamarlas de pronto con el alba.

A nombrar MagAnnita, a nombrar para que en cada alba, poderlas llamar.


Hermoso poema, me viene como anillo al dedo en estos momentos.

Juan E, Eliseo Diego, mi maestro, escribió hermosamente sobre las cuestiones de la vida. Para mí, siempre fué un sabio.

Aahh, Eliseo, descansa tranquilo, que tu nombre y tu poesía seguirán presentes en todos aquellos que llevemos tus letras en nuestros corazones y en nuestra memoria. Descansa tranquilo, Eliseo.




Rehacen las materias el canto llano de su pesadumbre
a la hora ceniza en que la tarde lacia duerme
por el vacío volviendo hasta colmar el hondo pecho de la calma.

El son de la madera, su espesura total, cerrada noche
donde las manos alzan los sonidos oscuros, lentas aves
que por la noche se hunden como cruzando ciegas la memoria.

Las cornisas, la grave declamación de su reposo
sobre la inconmovible sensatez de los pórticos
con sus pesos colmados en la medida fiel del bajo.

Los vidrios que maldicen con agudo furor sus formas
y en la familia irrumpen y aíslan de pánico las cosas
las implacables miniaturas cuyo revés pensó mi angustia.

Los hierros armoniosos que van en las carretas
iluminando reciamente alegres la pobreza
cuando las nubes rezagadas en mala sombra nos sepultan.

Y las campanas, jueces de voz terriblemente bella
que nombran en el bronce la estatura de la tierra
donde tus huesos crujen, calle, con la promesa enorme de mi muerte.

Eliseo Diego.

[Juan E]

Y las campanas, jueces de voz terriblemente bella
que nombran en el bronce la estatura de la tierra
donde tus huesos crujen, calle, con la promesa enorme de mi muerte.


No soy un especialista en poesía ni mucho menos, pero existe esa conjunción justa de palabras que hace posible en pocas frases describir una vida o un universo entero, y cuando las leo me conmueve hasta el tuétano.
Quien tuviera esa destreza!!

[parzival]

No soy un especialista en poesía ni mucho menos, pero existe esa conjunción justa de palabras que hace posible en pocas frases describir una vida o un universo entero, y cuando las leo me conmueve hasta el tuétano.
Quien tuviera esa destreza!!

Te entiendo Juan, existen algunos seres excepcionales que logran describir en pocas y hermosas frases todas las cuestiones de la vida.