Lucian
10-nov.-2009, 09:47
Con un viejo conocido, amante de la melancolía, impulsor en parte de mis letras, surgió lo siguiente.
Me decía él: entonces, el gran planteo es: ¿trato de transmitirle a mi hijo cosas para que tenga una vida más rica o le enseño a defenderse de los hijos de bien?
Me puse a pensar, al cabo de unos minutos había llegado a una conclusión... que no había ninguna. Y le dije:
- La gran cagada es que hay una contradicción básica: estas entregando un ratón a un buho... Mejor dicho: Ahora más que nunca, estás criando un angelito que tiene que sobrevivir en una jungla asesina. ¿Y entonces? ¿Qué hacés cuando tenés que formar a tu hijo? ¿Le enseñás a defenderse o tratás de transmitirle otras cosas? Ese equilibrio es un asunto muy delicado, porque por un lado querés que sobreviva, pero tampoco querés que se transforme en una persona horrible.
Nos quedamos sin más que decir, terminando las últimas líneas que nos quedaban sobre la mesa, humedecidas por unas cervezas.
Me decía él: entonces, el gran planteo es: ¿trato de transmitirle a mi hijo cosas para que tenga una vida más rica o le enseño a defenderse de los hijos de bien?
Me puse a pensar, al cabo de unos minutos había llegado a una conclusión... que no había ninguna. Y le dije:
- La gran cagada es que hay una contradicción básica: estas entregando un ratón a un buho... Mejor dicho: Ahora más que nunca, estás criando un angelito que tiene que sobrevivir en una jungla asesina. ¿Y entonces? ¿Qué hacés cuando tenés que formar a tu hijo? ¿Le enseñás a defenderse o tratás de transmitirle otras cosas? Ese equilibrio es un asunto muy delicado, porque por un lado querés que sobreviva, pero tampoco querés que se transforme en una persona horrible.
Nos quedamos sin más que decir, terminando las últimas líneas que nos quedaban sobre la mesa, humedecidas por unas cervezas.