Nostalgia
24-ago.-2009, 14:48
Estoy en mi habitación. Es un santuario donde mi corazón adora todo lo que hay en ella. En el aire flota levemente un poco de recuerdos mezclados con sahumerios que hablan de tiempos pasados y tierras cálidas y lejanas.
Los objetos toman su propia forma, se estiran, se mueven de acá para allá, hablan, transmiten esa pereza dulce que provoca a veces los dedos de la personas que amas posandose sobre tus párpados.
El "yo" se mezcla con todo y se forma un universo, no hay principio, no hay final. O al menos eso creo.
Todo aquello a lo que he aspirado está allí, pero de repente todo tiembla, todo
empieza a desordenrse y entra en mi refugio la voz de un tipo en la televisión anunciando una nueva epidemia, un homicidio, un suicidio, el comienzo de una nueva guerra.
Entran aquellos que se dicen "amigos" con los ojos en lágrimas usandome como pañuelo descartable otra vez para luego marcharse, una vez que se sacaron la carga y despreocuparse por lo que yo pienso o siento.
Me golpea el grito de un tipo parado frente a toda una multitud diciendoles que se quemarán, que arderán que serán comida de los buitres si no se arrepienten en ese mismo momento y el estúpido rebaño que lo sigue.
Los "experimentados" que todo lo saben que vienen a decirme cómo conducir mi vida, aquellos que piensan que presionando algún botón me cambiarán
el rumbo, esos que forman un pantano en mi corazón y me echan sus sanguijuelas encima. Todo me lo van destruyendo, no va quedando nada.
Me doy cuenta del poder destructivo y ya no sé si hago bien en soñar o debería cambiar mi corazón por engranajes.
Los caminos se van cerrando, y para qué hablar del papel del amor en todo esto o de aquél que dice amarte...
Te ponen un arma cargada en la sien... ellos son, no uno, ellos.
Los objetos toman su propia forma, se estiran, se mueven de acá para allá, hablan, transmiten esa pereza dulce que provoca a veces los dedos de la personas que amas posandose sobre tus párpados.
El "yo" se mezcla con todo y se forma un universo, no hay principio, no hay final. O al menos eso creo.
Todo aquello a lo que he aspirado está allí, pero de repente todo tiembla, todo
empieza a desordenrse y entra en mi refugio la voz de un tipo en la televisión anunciando una nueva epidemia, un homicidio, un suicidio, el comienzo de una nueva guerra.
Entran aquellos que se dicen "amigos" con los ojos en lágrimas usandome como pañuelo descartable otra vez para luego marcharse, una vez que se sacaron la carga y despreocuparse por lo que yo pienso o siento.
Me golpea el grito de un tipo parado frente a toda una multitud diciendoles que se quemarán, que arderán que serán comida de los buitres si no se arrepienten en ese mismo momento y el estúpido rebaño que lo sigue.
Los "experimentados" que todo lo saben que vienen a decirme cómo conducir mi vida, aquellos que piensan que presionando algún botón me cambiarán
el rumbo, esos que forman un pantano en mi corazón y me echan sus sanguijuelas encima. Todo me lo van destruyendo, no va quedando nada.
Me doy cuenta del poder destructivo y ya no sé si hago bien en soñar o debería cambiar mi corazón por engranajes.
Los caminos se van cerrando, y para qué hablar del papel del amor en todo esto o de aquél que dice amarte...
Te ponen un arma cargada en la sien... ellos son, no uno, ellos.