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A77
29-jul.-2009, 19:14
La Orden del Temple fue una orden medieval de carácter religioso y militar cargada de tintes legendarios, nacida luego de la primera cruzada. Fue fundada en Jerusalén en 1118 por nueve caballeros franceses, con Hugo de Payens a la cabeza.

En sus inicios su denominación oficial fue Orden de los Pobres Caballeros de Cristo (Pauperes Conmilitones Christi); más tarde fueron conocidos comúnmente como Caballeros templarios o Caballeros del Templo de Salomón (Milites Templi Salomonis), denominación surgida tras instalarse en el antiguo templo de Salomón. La designación de Orden del Temple es la traducción al francés de la denominación en latín, siendo muy extendida dados los amplios lazos Templarios con Francia.

Apenas creado el reino de Jerusalén y elegido Balduino II como su primer Rey, algunos de los caballeros que participaron en la Cruzada decidieron quedarse a defender los Santos Lugares, y a los peregrinos cristianos que iban a ellos. Esta fue, en principio, la misión confesada de los nueve caballeros fundadores, añadida (claro está) a la de la defensa de esos Santos Lugares.

Naturalmente, ello debió ser muy del agrado de Balduino, necesitado como estaba de organizar un reino y que no podía dedicar muchos esfuerzos en la protección de los caminos, porque no los tenía. Esto, más el añadido de que Hugo de Payens era pariente del Conde de Champaña ( y probablemente pariente lejano del mismo Balduino) llevó al rey a conceder a esos caballeros un lugar donde reposar y mantener sus equipos, otorgándoles derechos y privilegios, entre los que se contaba un alojamiento en su propio palacio, que no era sino la Mezquita de Al-Aqsa, que se encontraba a la sazón incluida en lo que en su día había sido el recinto del Templo de Salomón. Y cuando Balduino abandonó la mezquita y sus aledaños como palacio para fijar el Trono en la Torre de David, todas las instalaciones pasaron, de hecho, a los Templarios, que de esta manera adquirieron no sólo su Cuartel General, sino su nombre.

Además de ello, se ocupó de escribir cartas a los Reyes y Príncipes más importantes de Europa a fin de que prestaran su ayuda a la recién nacida orden, que había sido bien recibida no sólo por el poder temporal, sino también por el eclesiástico, ya que fue el Patriarca de Jerusalén la primera autoridad de la Iglesia que aprobó canónicamente la Orden.

Con la ayuda del abad San Bernardo de Claraval, - sobrino de uno de los Caballeros fundadores y a la postre quinto Gran Maestre de la Orden, André de Montbard- , tras 9 años en "Outremer", una pequeña delegación de la Orden (recordemos que hasta entonces la misma estaba formada solo por 9 caballeros), encabezada por su Gran Maestre, Hugo de Payens, hizo un recorrido por las Cortes de Europa, recibiendo ayuda y apoyo, a lo que contribuyó decisivamente Bernardo, persona de notable influencia en la corte papal, con su escrito De laude novae militiae. Así fue convocado el Concilio de Troyes (Francia), durante el cual se redactó la regla de la Orden, basada en la de San Benito, según la versión reformada pocos años antes por los cistercienses, de los que adoptaron el hábito blanco, al que se le añadió una cruz roja posteriormente; en 1128 la Orden obtuvo del Papa Honorio II la aprobación pontificia.

Los privilegios de la Orden fueron confirmados por las bulas Omne Datum Optimum (1139), Milites Templi (1144) y Militia Dei (1145). En ellas, de manera resumida, se daba a los Caballeros del Temple una autonomía formal y real respecto a los Obispos, dejándolos sujetos tan solo a la autoridad papal; se les excluía de la jurisdicción civil y eclesiástica; se les permitía tener sus propios capellanes y sacerdotes, pertenecientes a la Orden; se les permitía recaudar bienes y dinero de variadas formas ( por ejemplo, tenían derecho de óbolo - esto es, las limosnas- que se entregaban en todas las Iglesias, una vez al año). Además, éstas bulas papales, les daban derechos sobre las conquistas en Tierra Santa, y les concedían el derecho de construir fortalezas e iglesias propias, lo que les dio gran independencia y poder.

Durante su estancia inicial en Jerusalén se dedicaron únicamente a escoltar a los peregrinos que acudían a los santos lugares, ya que su escaso número (9) no permitía que realizaran actuaciones de mayor magnitud. Hay que tener en cuenta, de todas maneras, que sabemos que eran nueve caballeros, pero, siguiendo las costumbres de la época, no sabemos cuántas personas componían en verdad la Orden en principio, ya que los caballeros tenían todos ellos un séquito, menor o mayor. Se ha venido en considerar que por cada caballero, habría que contar tres o cuatro personas, por lo que estaríamos hablando de unas 30-50 personas, entre caballeros, peones, escuderos, servidores, etc.

Sin embargo, su número aumentó de manera significativa al ser aprobada su regla y ése fue el inicio de la gran expansión de los "pauvres chevaliers du temple". Hacia 1170, unos 50 años después de su fundación, los Caballeros de la Orden del Temple se extendían ya por tierras de lo que hoy es Francia, Alemania, el Reino Unido, España y Portugal. (Continua)

sergio carlos ortiz
13-ago.-2009, 16:37
pues esto de los templarios esta muy bien o no?