PDA

Ver la Versión Completa : El baúl de los recuerdos...



Lucian
14-may.-2009, 17:10
Este sol que me castiga la espalda, altivo, allá en el centro del cielo, de ese cielo tuyo, vacuo de amores. Cada cosa se corresponde con su región. Tu corazón es un desierto donde el sol quema como el hierro caliente sobre la piel. ¡Cómo odiás! ¡cómo maltratás! Ese dolor delicioso.
Virgen a la que ofrendan los anhelos más fuertes, y que sólo cumple los que se les place. Los que más placer le dieron cuando fueron entregados entre corazones comprimidos, gritos ahogados y lágrimas congeladas.
A la deriva. En esta alucinación de tus siluetas incontables, me parecés mas digna de mil devotos que nunca, mendiga vanidosa, puta lastimosa.
No voy a parar hasta encontrar, en medio de este desierto, ese, tu oasis salvador de clonazepam.

Le Magicien

De ese corazón, lívido y salado que alguna vez llenó el pecho de un buen poeta francés, hoy me llegan los latidos, cansados de caminar la ruta de los siglos, el tiempo, el idioma, las ideas, y me adormece en un dolor prolífero. Un dolor viejo, con barbas colmada en aromas de mujeres y sus sonrisas celestiales y profanas. Un dolor de antes. Aparece en una noche húmeda, se encierra en algún papel y algún siglo después, en algún pecho, vuelve a aparecer.

Sospechosos de vivir.

Qué oscuro está el calabozo al que vinimos a dar cuando nos tiraron desde el cielo.
Qué feo es sentir el suelo sin saber lo que estás tocando.
Una garganta cantando lo que da la impresión de ser un lamento, y en ese mismo momento
todo se comprime.
La mente se oprime y viene el manguerazo de agua helada y así, de tu razón no van dejando nada.
Entre las luces y el oro, te habla ese de la sotana.
Las rejas en tu cabeza, en la puerta, las rejas en la ventana.
Sospechosos de haber nacido dicen que nos encontraron. Esos que han vivido, la que se habrán
tragado...
La bolsa de monedas pesa más que tu cuerpo en la balanza y para Dios nunca es suficiente
ninguna fianza, excepto esa que se paga con sangre.

El vaso.

A lo largo de los años la araña
de la soledad se quedó sin más
espacio para seguir tejiendo
sus telas.
Esas telas de lo irremediable y
funesto.
Los muebles ya no son suficientes.
el polvo se quedó sin más espacio
donde caer.
El viento está llevándose tanta
basura que ya no tiene manos para
seguir recogiendo más.
¡Todo colmado al fin!
Ya no hay columnas.
Miren los hierros, ellos hablan por mí