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Karmel
14-ene.-2009, 10:31
El vivir cerca del mar le abría muchas expectativas deportivas y un buen día, los tres amigos decidieron sacarse el carnet de patrón de barco, era el cuento de la lechera en versión masculina, después vendría el barquito, las escapadas relajantes , el pescadito capturado en las brasas a la luz de la luna....

La pega era que estudiar virajes, vientos y cuerdas sobre papel deja muchas lagunas, así que llegado el momento del examen y con un cacao maravillao, copiaron como posesos y ese carnet de patrón de barco, entre él y yo, sólo sirve para decorar su despacho, no tengo la menor duda.

Aquella mañana amaneció radiante, el hotel era precioso y desierto en uno de los parajes más maravillosos que mis ojos han contemplado. La barrera del coral situada a cinco o seis millas de la costa construye una laguna natural sin peligros de olas intrépidas que nos amenazaran, así que cuando en nuestro paseo nos encontramos unos Optimists varados en la orilla y a un negrito invitándonos a un paseo su arrojo marinero no le hizo dudar un momento y mirándome totalmente seguro de que aquello estaba dominao, me dijo:

-¿Te animas a dar un paseo conmigo?

Con mi traje de baño de cebra con pareo a juego,recién estrenadito, mi pamela de paja y mis gafas de sol, me coloqué con depurado estilo en mi puesto de grumete y persignándome con disimulo contesté; toma claro, avanti a toda vela.(pa qué dije na)

-Do you need a teacher? preguntó el chaval.

-No teacher, no teacher, aventure, aventure, solté yo con fluidez y dominio, él tiene carnet de patrón of barqueison y allí me quedé con el barqueison en los labios sin tiempo a más porque en ese momento el barco cogió ráfaga de viento y fiuuuuuuuuuu salimos embalados como si estuviéramos regateando todo los sábados.Chico, por dióh, qué impulsividad, no me has dado tiempo ni a despedirme.-Calla, si ha sido el barco solito, yo no he hecho nada. Glub, madre mía (esto lo pensé)

-Oh, qué maravilla, aquello era facilísimo, las velas hinchadas a tope nos hacían surcar esa balsa de aceite con facilidad y disfrute.

-Coñe, cómo corre este trasto, dije yo flojito, verás.....(cómo me jode ser adivina)

-Relájate y goza, esto es un placer, nena, y además se liga bronce que te pasas, navegar sin temor en el mar es lo mejor no hay razón de ponerse a temblar....canturreaba el insensato totalmente creido que aquello era así de simple y yo, boba de mí, me dejé engatusar y me relajé, ese fue mi fallo, relajarme.

-Coñe, guapín, no te parece que estamos alejándonos mucho?, la playa casi ni se ve y allí mismo está la barrera del coral, acuérdate que, tras ella, se encuentran los peligros, acuérdate de lo que nos contaron(soy única animando ¿eh?), no me gustaría a mí....

Tus deseos son órdenes para mí, bella sirena, dont guorri, ahora mismo le doy la vuelta a esto y así, sin mojarse un dedo y exponerlo al aire para ver de dónde soplaba, agarró el timón y zas, cambió la dirección.

Las mujeres y sus complementos primeros, qué verdad más grande y el capitán con su barco a continuación. Todo un detalle que me tirara en plena barrera coralina porque auque me pegó el susto, el remojón y el agobio de buscar pareo, gorro y gafas, al menos hacía pié aunque me esollara las piernas con todo éxito.

Recuperada del impacto y , todo hay que decirlo, con severo ataque de risa, renuncié a buscar las gafas y me despedí con cariño del pareo que desaparecía unos metros delante de mí ( a la pamela ni la ví) y analicé la situación; dos pavos en alta mar y con una chalupa boca abajo a la cual no conseguíamos dar la vuelta por mucho que lo intentáramos.

No pude evitar recordarle la tómbola en que le había tocado el carnet y que mi venganza sería tremenda mientras agitaba mis brazos y gritaba,- socorro que alguien nos ayude.

Nada, no había movimiento ni despliegue de geos, ni helicópteros ni nada y aquél punto negro de la playa debía de estar omnubilado con algún bikini y no se daba cuenta del panorama.

Terminándonos de destrozar los pies intentamos mil veces darle la vuelta a aquello, nada, que si quieres arroz catalina, menos mal que no culminó la hazaña contándome la peli de tiburón que si no me terminan de dar las siete cosas y hubiera podido cometer una locura

No tengo ni idea del tiempo transcurrido, no sería mucho, aunque eso sí, yo ya tenía los dedos arrugaos cuando dedujimos que aquello naranja debía ser una zodiac al rescate. Sí, sí, bien, bien, nos abrazamos y palmeamos y nos reíamos y nos besamos con alegría, se han dado cuenta, se han dado cuenta.

Desde lo menos veinte metros les oía decir: aventure, aventure con descohone generalizado de ambos dos. Uno de ellos saltó al culo de la barquita y al séptimo u octavo impulso la puso derecha y el otro con, lo menos veinte tirones que por poco me disloca el hombro sacó al saco de patatas del agua, oseasé a mí.

Con un elegante, “non coment” y mirada al infinito deshice el camino notando sobre mi cogote las risitas del colega y echando miraditas de reojo a Popeye y al otro que nos seguían de cerca.

En la playita nos cogimos de la mano y con un digno, buenas tardes señores nos alejamos ante las miradas del personal al que le habíamos amenizado la mañanita playera.

Desde esa día somos de patín, mucho mejor, dónde va a parar.