Pantera Negra
11-ene.-2009, 14:09
Delito es todo aquello que esta fuera de la ley, que la violenta. Delito es aquello que hace daño a alguien, aun a pesar de que hay normas que impiden esa acción.
Pero sucede que en las “altas esferas” de la administración pública, incluso entre los organismos encargados de aplicar la justicia y la ley, hay hábitos delincuenciales tradicionales.
¿De que hablo? Hablo de todas aquellas “argucias”, diplomacia, convenios, pactos y demás que se realizan en aquellas altas esferas, con el fin de obtener ventajas o beneficios de alguna índole. Entre mas alta la esfera, mas secreta la negociación; la gente común solo vemos reflejos.
Tenemos por ejemplo al EZLN (con cuyos ideales simpatizo), quienes portan armas reservadas para ser usadas sólo por el ejército. ¿y que sucede? Que por miedo político ningún gobierno, ni el de Salinas, ni el de Zedillo, ni el de Fox ni el de Calderón se quieren “ensuciar las manos” con la aplicación mas elemental de justicia: desarmarlos.
Un ejemplo mas es el comercio ambulante, el cual corresponde erradicar a los gobiernos locales.
La vía pública por derecho debe estar libre de obstáculos y de peligros. Los vehículos de emergencia deben poder transitar por cualquier vía publica, salvo el efecto del tráfico intenso justificado.
En el D.F. por ejemplo, el gobernador hace gala de “apertura y civilidad” negociando con lideres y liderezas de invasores ambulantes. Cuidando de no pisotearles su derechos (¿es que acaso un acto delictivo genera derecho alguno al delincuente?). y el colmo es que esos lideres ponen condiciones y buscan beneficios, al grado de exigir el canje de la via publica por locales comerciales bien ubicados y acondicionados.
Tan patanes los chantajistas como los gobiernos que acceden al chantaje, a cambio de beneficios políticos.
Y existen muchos ejemplos que al enunciarlos harían mas extenso este texto, cosa que no quiero hacer. Baste mencionar aquel adagio de la sabiduría burguesa (que no popular) “el gobierno es el mejor cliente”. Y si no pareciera certero ese adagio, habría que analizar quienes son los miembros de las sociedades anónimas, consejos administrativos de las empresas que ejecutan obra pública o prestan servicios al gobierno en todas sus ramas.
Si así se combate la delincuencia en las altas esferas, ¿Qué se espera en los “cubos inferiores”?. El mal vivir genera delincuencia, y ese mal vivir es el extremo inferior de una cadena de corrupción que llega desde “lo alto”; y no de lo alto donde está Dios, sino de donde están los que se siente Él.
¿y porqué afirmo que “los altos” son culpables del mal entre la gente común?. Porque ellos ostentan el poder en sus más importantes aspectos , es decir el dinero y todo lo que este puede adquirir, potencialmente.
Y porque entre muchas otras cosas que el dinero puede comprar, se encuentra “la justicia”. Y las voces y maneras de propagar esas voces también son compradas. Voces que podrían criticar, reclamar, pedir justicia verdadera..
Los altos ostentan el poder, el dinero, y sólo dejan migajas para que la inmensa mayoría de la gente común pelee por ellas. Por eso unos toman, otros arrebatan, otros urden tretas para ostentar o despojar a otros de lo que de por sí es solo eso: migajas.
El mensaje es claro, y no se le busquen tres pies al cuadrúpedo.
Pero sucede que en las “altas esferas” de la administración pública, incluso entre los organismos encargados de aplicar la justicia y la ley, hay hábitos delincuenciales tradicionales.
¿De que hablo? Hablo de todas aquellas “argucias”, diplomacia, convenios, pactos y demás que se realizan en aquellas altas esferas, con el fin de obtener ventajas o beneficios de alguna índole. Entre mas alta la esfera, mas secreta la negociación; la gente común solo vemos reflejos.
Tenemos por ejemplo al EZLN (con cuyos ideales simpatizo), quienes portan armas reservadas para ser usadas sólo por el ejército. ¿y que sucede? Que por miedo político ningún gobierno, ni el de Salinas, ni el de Zedillo, ni el de Fox ni el de Calderón se quieren “ensuciar las manos” con la aplicación mas elemental de justicia: desarmarlos.
Un ejemplo mas es el comercio ambulante, el cual corresponde erradicar a los gobiernos locales.
La vía pública por derecho debe estar libre de obstáculos y de peligros. Los vehículos de emergencia deben poder transitar por cualquier vía publica, salvo el efecto del tráfico intenso justificado.
En el D.F. por ejemplo, el gobernador hace gala de “apertura y civilidad” negociando con lideres y liderezas de invasores ambulantes. Cuidando de no pisotearles su derechos (¿es que acaso un acto delictivo genera derecho alguno al delincuente?). y el colmo es que esos lideres ponen condiciones y buscan beneficios, al grado de exigir el canje de la via publica por locales comerciales bien ubicados y acondicionados.
Tan patanes los chantajistas como los gobiernos que acceden al chantaje, a cambio de beneficios políticos.
Y existen muchos ejemplos que al enunciarlos harían mas extenso este texto, cosa que no quiero hacer. Baste mencionar aquel adagio de la sabiduría burguesa (que no popular) “el gobierno es el mejor cliente”. Y si no pareciera certero ese adagio, habría que analizar quienes son los miembros de las sociedades anónimas, consejos administrativos de las empresas que ejecutan obra pública o prestan servicios al gobierno en todas sus ramas.
Si así se combate la delincuencia en las altas esferas, ¿Qué se espera en los “cubos inferiores”?. El mal vivir genera delincuencia, y ese mal vivir es el extremo inferior de una cadena de corrupción que llega desde “lo alto”; y no de lo alto donde está Dios, sino de donde están los que se siente Él.
¿y porqué afirmo que “los altos” son culpables del mal entre la gente común?. Porque ellos ostentan el poder en sus más importantes aspectos , es decir el dinero y todo lo que este puede adquirir, potencialmente.
Y porque entre muchas otras cosas que el dinero puede comprar, se encuentra “la justicia”. Y las voces y maneras de propagar esas voces también son compradas. Voces que podrían criticar, reclamar, pedir justicia verdadera..
Los altos ostentan el poder, el dinero, y sólo dejan migajas para que la inmensa mayoría de la gente común pelee por ellas. Por eso unos toman, otros arrebatan, otros urden tretas para ostentar o despojar a otros de lo que de por sí es solo eso: migajas.
El mensaje es claro, y no se le busquen tres pies al cuadrúpedo.