Pantera Negra
02-ene.-2009, 14:12
La actividad deportiva en las escuelas públicas es una simulación. Se finge que se enseña a hacer deporte, que se ejercita a los niños y jóvenes.
De hecho, la educación pública toda es un gran simulacro, o para ser menos rigorista es sólo una farsa, de la que algo se aprende: básicamente a leer y escribir, y las operaciones aritméticas elementales.
La educación deportiva es de lo mas abandonado en los planes de estudio, es de lo mas cercano al fiasco educativo o formativo. Incluso en muchas escuelas públicas se carece de profesor de educación física de planta (y también de educación artística). Simplemente a las autoridades escolares no les importa el deporte (ni el arte, entre otros).
No quisiera divagar del tema central, pero es necesario decir que la religión, la filosofía elemental, la sexualidad, e incluso la política; son parte inherente del ser humano y por lo tanto requieren de formar parte del proceso educativo; desde los primeros años de la educación – aprendizaje, y bajo una planeada y sistemática manera educativa, pedagógica o como se le haya de llamar.
Abocándose en exclusiva al tema de la educación deportiva, es necesario que desde la educación primaria (por lo menos), se ejecute un proceso de enseñanza deportiva planificada.
Se me ocurre empezar con tres deportes, los más económicos si ese es el problema, a saber: fútbol. Voleibol, y basquetbol. Desde el primer año de educación primaria se deben enseñar, en teoría y en la práctica, dichos deportes. Formar equipos de edades controladas, digamos niños de primero y segundo, de tercero y cuarto, y de quinto y sexto.
Crear por lo menos dos torneos anuales entre selecciones (de las categorías ya señaladas) de escuelas de la misma zona. Usar para estos torneos los deportivos públicos en existencia (actualmente en concesión a particulares, o en el abandono); o bien construir canchas dentro de las escuelas con terrenos propios y propicios para ello.
Organizar digamos que cada dos años un torneo distrital (de la misma entidad federativa), y cada cuatro años un torneo nacional. Con la opción y ventaja de que cada selección (escolar, distrital) vaya reforzándose con los mejores deportistas, de entre los equipos ya eliminados (en el caso que se juzgue conveniente).
Esto que he expuesto es sólo la idea central de lo que debe ser un proyecto, dentro de un plan educativo urgente y exigible de la sociedad a las autoridades educativas. Si no ¿para que diablos sirven las asociaciones civiles de padres de alumnos?; ¿o se forman tales asociaciones nada mas que para ser comparsa de docentes ineptos? ¿o para gastar, en pleno ejercicio de la corrupción, las cuotas “voluntarias” de los padres de los estudiantes?.
De hecho, la educación pública toda es un gran simulacro, o para ser menos rigorista es sólo una farsa, de la que algo se aprende: básicamente a leer y escribir, y las operaciones aritméticas elementales.
La educación deportiva es de lo mas abandonado en los planes de estudio, es de lo mas cercano al fiasco educativo o formativo. Incluso en muchas escuelas públicas se carece de profesor de educación física de planta (y también de educación artística). Simplemente a las autoridades escolares no les importa el deporte (ni el arte, entre otros).
No quisiera divagar del tema central, pero es necesario decir que la religión, la filosofía elemental, la sexualidad, e incluso la política; son parte inherente del ser humano y por lo tanto requieren de formar parte del proceso educativo; desde los primeros años de la educación – aprendizaje, y bajo una planeada y sistemática manera educativa, pedagógica o como se le haya de llamar.
Abocándose en exclusiva al tema de la educación deportiva, es necesario que desde la educación primaria (por lo menos), se ejecute un proceso de enseñanza deportiva planificada.
Se me ocurre empezar con tres deportes, los más económicos si ese es el problema, a saber: fútbol. Voleibol, y basquetbol. Desde el primer año de educación primaria se deben enseñar, en teoría y en la práctica, dichos deportes. Formar equipos de edades controladas, digamos niños de primero y segundo, de tercero y cuarto, y de quinto y sexto.
Crear por lo menos dos torneos anuales entre selecciones (de las categorías ya señaladas) de escuelas de la misma zona. Usar para estos torneos los deportivos públicos en existencia (actualmente en concesión a particulares, o en el abandono); o bien construir canchas dentro de las escuelas con terrenos propios y propicios para ello.
Organizar digamos que cada dos años un torneo distrital (de la misma entidad federativa), y cada cuatro años un torneo nacional. Con la opción y ventaja de que cada selección (escolar, distrital) vaya reforzándose con los mejores deportistas, de entre los equipos ya eliminados (en el caso que se juzgue conveniente).
Esto que he expuesto es sólo la idea central de lo que debe ser un proyecto, dentro de un plan educativo urgente y exigible de la sociedad a las autoridades educativas. Si no ¿para que diablos sirven las asociaciones civiles de padres de alumnos?; ¿o se forman tales asociaciones nada mas que para ser comparsa de docentes ineptos? ¿o para gastar, en pleno ejercicio de la corrupción, las cuotas “voluntarias” de los padres de los estudiantes?.