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Pantera Negra
29-dic.-2008, 10:28
Ya he dicho que las instalaciones deportivas, en todos los rincones del país, se hayan concesionadas a particulares; los que a su vez tienen en sus manos todo el deporte llanero o amateur. Los concesionarios pagan una cuota fija a los municipios o delegaciones, para rentar la concesión por plazos renovables, y explotar la necesidad deportiva de la gente común.
Todo ello redunda en que el "consumidor final", es decir la gente ordinaria que desea practicar algún deporte organizado, como el futbol, basquetbol, beisbol, natación y otros; tiene que pagar más dinero por hacerlo. Además de comprar sus implementos, aditamentos, accesorios deportivos (calzado, uniforme, protectores, etc.); así como su traslado o alimentos o bebidas; debe pagar también una cuota de participación. Ese tipo de cuotas se cobran por cada juego, además de ciertas cuotas extraordinarias por participación en competencias específicas.
Por ejemplo un futbolista paga semanalmente entre 10 o 20 pesos por concepto de "arbitraje", cuando se trata de ligas deportivas de regular calidad; habiendo lugares donde esos arbitrajes se cobran hasta en 50 pesos o más. Paga también la participación en torneos o campeonatos "de liga" y/o "de copa", por lo general son ambos durante el año; siendo ese importe igualmente variable entre los 10 o 50 pesos o más.
En realidad esas cuotas no son altas, pero la gente que organiza los equipos es quien en realidad lleva la carga más pesada. Cuando los típicos gorrones o gente irresponsable se hace "ojo de hormiga" a la hora de pagar su cuota, o cuando se ausenta de los juegos; el organizador es quien debe completar el importe de la cuota del equipo, ya que como responsable directo o "delegado" ante la liga, debe pagar íntegro el importe requerido al equipo.
Por lo general los delegados son gente noble, que ama entrañablemente el deporte y la convivencia social sana. Gente que busca encausar a sus hijos y a la niñez en general hacia el deporte, para apartarlos de los vicios o de la maldad que suele rondar las calles. Gente también que busca de dar oportunidad deportiva a las mujeres, para que salgan de su marasmo físico. Que buscan de organizar a varones adultos para que, mediante el juego, se aparten de la irresponsabilidad, de los vicios o de la violencia.
Y visto ese propósito noble, necesario para la salud física y mental de los individuos y por ende de la sociedad; es aberrante que los gobiernos locales no se preocupen por abaratar e incrementar el deporte. Es cierto que en ciertos centros delegacionales o municipales se proporciona deporte a bajo costo, pero numéricamente es una cosa insignificante si se compara con el total de la población potencialmente practicante del deporte.
Es necesaria la creación de ligas deportivas municipales o delegacionales sustentadas por los gobiernos locales, quienes están en la obligación de proporcionar además de las instalaciones deportivas, toda la logística y administración inherente a tales ligas. Si los gobiernos locales asumen el coste de la administración deportiva llanera o amateur, así como los honorarios de árbitros, cronometristas, réferis, jueces y todo aquello que cada peculiar deporte requiera. Combinado eso con el apoyo de los delegados particulares, responsables de cada equipo inscrito a esas ligas deportivas, el deporte en este país será más abundante en cantidad y por consecuencia lógica en calidad.
Asumir tales gastos para los gobiernos locales, no implica fuertes erogaciones ni resquebraja el presupuesto de alguno de ellos. Son gastos tan pequeños, comparados por ejemplo con las campañas políticas de los candidatos de todos los partidos; o comparados también con festivales cívicos o cosas de ese tipo, menos útiles y mucho mas costosas.
Porque así una persona ordinaria, un obrero o vigilante, un comerciante o un estudiante, un ama de casa, podrán practicar el deporte de su afición y elección; erogando solamente el costo de sus implementos deportivos personales, y el costo del transporte si es que es necesario. En tanto, los delegados quizá sólo tengan que poner pelotas balones o cosas sencillas de adquirir para ellos; según el deporte que dirijan. Y ambos, delegados y deportistas pondrán también por supuesto, el ingrediente más importante en el deporte: el amor. Amor al deporte, al trabajo individual y de equipo, a la convivencia armónica entre individuos y grupos de ellos. Amor a la paz y a la parte de "juego" que todo deporte tiene.
¡¿hasta cuando, señores gobernantes y alcaldes?!.