Pantera Negra
22-dic.-2008, 16:32
En este México actual pulula la ilegalidad, y la respuesta de las autoridades es tibia, ingenua, algunas veces estúpida. En una palabra: patética.
Digamos como ejemplo el asunto de los billetes falsos, muchos de ellos hechos con esmero por parte de los delincuentes; con tanto esmero que la gente común encuentra difícil el detectarlos con certeza. Aún a pesar del “ingenio del mexicano” es difícil en la mayoría de ocasiones el verificar su validez o falsedad.
¿Y que hace la autoridad?. Campantemente los decomisa a través de las instituciones financieras; sin pensar en el quebranto económico que ocasiona a los particulares, que portan dichos billetes la mayoría de las veces sin saberlo. Sin recordar quien se los dio o donde fue que se los endilgaron, enjaretaron, endosaron, adosaron.
La existencia de la delincuencia, por la mas elemental “ética moral de la autoridad pública” (este termino me lo dictó la conciencia, y comprendo que muchas personas requieran de tiempo (mucho también) para razonarla y aceptar su veracidad). La existencia de la delincuencia, decía, es algo en lo que la autoridad pública debe levantar la mano con dignidad, responsabilidad y valor para decir yo asumo el coste.
Así es. De la misma manera que en sus promesas de campaña, donde nunca falta el “nosotros enfrentaremos, combatiremos y exterminaremos la delincuencia”. De esa misma manera en que obtuvieron un cargo público con promesas de utópico cumplimiento; de esa misma forma deben corresponder con un pago del mismo género, pero ahora real y no utópico.
Así que es necesario y exigible que la autoridad (digamos federal, porque sigue sin agradarme el autoritarismo burgués del panismo, así como me asqueaba en su momento la mafia priista). La autoridad, decía antes de divagar, debe instalar en toda la república (digamos que a través de los mismos bancos) centros de canje al 100% de billetes falsos.
Claro, un poco condicionado para que los delincuentes no encuentren ahí un paraíso de lavado de dinero falso.
¿Y que condiciones serían esas? Supongo que una previa identificación. Así como un expediente de la gente que acude a hacer el cambio. Expediente que incluya sus datos generales, su historial de cambio de billetes y una breve explicación de la situación posible en que adquirió esos billetes de utilería.
Cada vez que un funcionario público toma posesión de su cargo, juramenta al final ” … y de no hacerlo, que la nación me lo demande”. Pues bien, he expuesto algo que la nación les demanda inobjetablemente. ¿Qué harán al respecto? ¿Algo patético para no variar?.
Digamos como ejemplo el asunto de los billetes falsos, muchos de ellos hechos con esmero por parte de los delincuentes; con tanto esmero que la gente común encuentra difícil el detectarlos con certeza. Aún a pesar del “ingenio del mexicano” es difícil en la mayoría de ocasiones el verificar su validez o falsedad.
¿Y que hace la autoridad?. Campantemente los decomisa a través de las instituciones financieras; sin pensar en el quebranto económico que ocasiona a los particulares, que portan dichos billetes la mayoría de las veces sin saberlo. Sin recordar quien se los dio o donde fue que se los endilgaron, enjaretaron, endosaron, adosaron.
La existencia de la delincuencia, por la mas elemental “ética moral de la autoridad pública” (este termino me lo dictó la conciencia, y comprendo que muchas personas requieran de tiempo (mucho también) para razonarla y aceptar su veracidad). La existencia de la delincuencia, decía, es algo en lo que la autoridad pública debe levantar la mano con dignidad, responsabilidad y valor para decir yo asumo el coste.
Así es. De la misma manera que en sus promesas de campaña, donde nunca falta el “nosotros enfrentaremos, combatiremos y exterminaremos la delincuencia”. De esa misma manera en que obtuvieron un cargo público con promesas de utópico cumplimiento; de esa misma forma deben corresponder con un pago del mismo género, pero ahora real y no utópico.
Así que es necesario y exigible que la autoridad (digamos federal, porque sigue sin agradarme el autoritarismo burgués del panismo, así como me asqueaba en su momento la mafia priista). La autoridad, decía antes de divagar, debe instalar en toda la república (digamos que a través de los mismos bancos) centros de canje al 100% de billetes falsos.
Claro, un poco condicionado para que los delincuentes no encuentren ahí un paraíso de lavado de dinero falso.
¿Y que condiciones serían esas? Supongo que una previa identificación. Así como un expediente de la gente que acude a hacer el cambio. Expediente que incluya sus datos generales, su historial de cambio de billetes y una breve explicación de la situación posible en que adquirió esos billetes de utilería.
Cada vez que un funcionario público toma posesión de su cargo, juramenta al final ” … y de no hacerlo, que la nación me lo demande”. Pues bien, he expuesto algo que la nación les demanda inobjetablemente. ¿Qué harán al respecto? ¿Algo patético para no variar?.