Lucian
26-ago.-2008, 14:43
Les dejo aquí algunos poemitas que escribí hace ya varios meses... disculpen si les parece demasiado largo.
Poema francés.
Cuando la tinta ansiosa al papel solicita,
mientras las manos sostienen la frente
evitando que las rimas caigan en torrente
y el aire al cigarro amable felicita,
Algún libro gastado siempre me facilita
traer toda niebla pasada al presente,
el poema abandona su estado ausente
y el papel, su languidez en mis ojos deposita.
------------------------------------------------------
La ternura extraña que me provoca
verte, pinta ante mí una grieta en el cielo
por donde escapan las hadas, rebosantes
en amor, paz, voluptuosidad divina e inocente,
para vertirlas en las anatomías rasgadas por
la tristeza, la soledad, la impotencia y abrigarlas
con la certeza de que siempre hay alguien que
nos espera al otro lado del camino, Brenda.
Hambre espiritual.
Siguiendo hace mucho tiempo un camino
con el objetivo neblinoso de la certeza,
llegué a un laberinto donde perdí la cabeza
y la verdad me decía las mentiras del destino.
Bajo un cielo remoto de sol ambiguo
y a la sombra nupcial de la soledad,
un poema en mi pecho, de sentido exiguo
vestido de gala, lloraba su verdad.
---------------------------------------------------
Te dejo estas palabras para
que las enciendas, lo mismo
que una vela, de modo que
no dejes que me pierda en los
rincones oscuros del olvido,
y me encuentres en un tiempo
para nada lejano, conservando
mi escencia antigua y atrayente,
como los callejones de Bratislava,
albergando el crimen, la locura,
la pasión, que hacen latir a los
corazones del hemisferio sur
del entendimiento.
A la esperada.
Sé bien que tu boca de miel hiere.
Que es prolífera en besos y que
enseña a querer como nadie quiere.
Responsable de idilios espesos.
sé que tus caricias son umbría
en el camino de sol del viajante.
Donde descansa la fracción de un día
mientras la brisa algo le cante.
Sé, además, de tu voz apacible.
Lo sé, en serio, no te miento.
Que calma a la fiera invencible
o la despierta en un momento.
Qué gano con saber si no lo siento.
Ah... esta distancia inextinguible
que me separa del dulce tormento.
Poema francés.
Cuando la tinta ansiosa al papel solicita,
mientras las manos sostienen la frente
evitando que las rimas caigan en torrente
y el aire al cigarro amable felicita,
Algún libro gastado siempre me facilita
traer toda niebla pasada al presente,
el poema abandona su estado ausente
y el papel, su languidez en mis ojos deposita.
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La ternura extraña que me provoca
verte, pinta ante mí una grieta en el cielo
por donde escapan las hadas, rebosantes
en amor, paz, voluptuosidad divina e inocente,
para vertirlas en las anatomías rasgadas por
la tristeza, la soledad, la impotencia y abrigarlas
con la certeza de que siempre hay alguien que
nos espera al otro lado del camino, Brenda.
Hambre espiritual.
Siguiendo hace mucho tiempo un camino
con el objetivo neblinoso de la certeza,
llegué a un laberinto donde perdí la cabeza
y la verdad me decía las mentiras del destino.
Bajo un cielo remoto de sol ambiguo
y a la sombra nupcial de la soledad,
un poema en mi pecho, de sentido exiguo
vestido de gala, lloraba su verdad.
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Te dejo estas palabras para
que las enciendas, lo mismo
que una vela, de modo que
no dejes que me pierda en los
rincones oscuros del olvido,
y me encuentres en un tiempo
para nada lejano, conservando
mi escencia antigua y atrayente,
como los callejones de Bratislava,
albergando el crimen, la locura,
la pasión, que hacen latir a los
corazones del hemisferio sur
del entendimiento.
A la esperada.
Sé bien que tu boca de miel hiere.
Que es prolífera en besos y que
enseña a querer como nadie quiere.
Responsable de idilios espesos.
sé que tus caricias son umbría
en el camino de sol del viajante.
Donde descansa la fracción de un día
mientras la brisa algo le cante.
Sé, además, de tu voz apacible.
Lo sé, en serio, no te miento.
Que calma a la fiera invencible
o la despierta en un momento.
Qué gano con saber si no lo siento.
Ah... esta distancia inextinguible
que me separa del dulce tormento.